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—¿A almorzar? —le pregunté inquieta.

—Sí. No tenemos nada para hacer este sábado, así que, si quieren pueden venir. Jin hará una comida especial.

—Le preguntaré a mis padres.

Desde que mi padre nos había visto, con el tema de las flores y el pequeño show, le inquietaba que pidiera permiso para ir a verlos ensayar. Cuando Verónica se fue a su casa, mamá comenzó una charla en la que me dijo que ellos no se enfadarían con el asunto de Jungkook, si actuaba con prudencia.
En cuanto a su invitación, no quería decirle que no, pero no me sentía cómoda comiendo en casas ajenas. Cuando me quedaba a dormir en la casa de mi prima, en nuestro país, y me quedaba a almorzar, mi estómago se reducía al tamaño de un maní y no comía nada.

Ya en el día sábado, esperaba a mi prima en la estancia para ir a almorzar con los chicos.

Caminábamos a paso tranquilo, era medio día, y estaba comenzando a hacer algo de frío en Seoul. Al llegar a la residencia tocamos la puerta y nos abrió Jin.

—Pasen, los chicos las están esperando.

Nos quedamos en la estancia mientras Jin los llamaba. Jungkook bajó corriendo las escaleras y Taehyung venía detrás de él. Se quedaron junto a nosotras, hablando un poco y luego nos ofrecieron ir a sus cuartos.

—Disculpa el desorden. —cerró la puerta.

—No te preocupes.

—Ven. —caminó hasta la cama y tomé asiento junto a él—. No hay mucho para hacer hasta que esté la comida. —colocó un poco de música para que la habitación no esté tan silenciosa y me observó—. ¿Qué quieres hacer? —me encogí de hombros—. Yo... no tengo libros, así que no podemos hacer lo que hacías con Hyunjin. —reí.

—No solo me gusta leer, Jungkook. No compares. —lo observé.

Me recosté un poco y él lo hizo a mi lado, apoyando su cabeza en su mano y acariciando con delicadeza el contorno de mis labios, bajando por mi mandíbula, cuello, clavículas, hombro y brazo izquierdos. Lo observé sonriente.

—Me haces cosquillas.

—Tienes la piel muy suave.

—Gracias.

Se acercó a mi rostro y dejó un par de besos cerca de mis labios, y cuando estaba a punto de besarlos, Jin nos llama. Suspiró y reí.

La mesa estaba puesta y la comida, servida. Casi todos estaban sentados para almorzar, faltabamos sólo nosotros. Verónica y yo nos sentamos juntas. Había en verdad mucha comida en mi plato, más de lo que acostumbraba a comer normalmente. Me quedé observándola unos minutos, luego pude sentir un pequeño susurro proveniente de Tae.

—Creo que no come porque no sabe utilizar los palillos —le dijo a Jungkook, él me observó.

—¿Quieres un tenedor? —me preguntó Nam, negué.

—¿Por qué no comes? —me preguntaba Ronie. No contesté.

La mayoría estaba ya acabando, o por la segunda ronda, yo no había tocado ni un fideo. Jungkook bebió de su vaso, limpió su boca y se levantó, colocándose detrás de mí y, tomando mi mano delicadamente, acomodó los palillos plateados entre mis dedos y moviendo su mano sobre la mía, levantó un poco de comida, con la intención de llevarla a mi boca, pero giré el rostro.

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora