O16;

26 3 0
                                    

Mi mejilla ardía. Nunca había recibido un golpe tan fuerte. Esa chica tiene la mano muy pesada. No sabía qué mas hacer para que no llamaran a mis padres, no quería sumar más problemas en mi casa.

-Mire señorita, ese no es un comportamiento propio de una chica y no buscamos alumnos problemáticos en nuestra institución. -dijo el director entrelazando sus manos por encima del escritorio.

-Con todo respeto, ella comenzó. -rodó los ojos-. Y sólo me defendí, ¿o es que usted prefiere que me deje golpear?

-No, claro que no. -volteó la mirada-. De igual forma, debemos comunicarlo a sus padres.

-¡No! -me alteré-. Por favor, no. Si quiere puedo quedarme a hacer algo luego de las clases, como limpiar u otra cosa, pero se lo pido, no quiero que mis padres lo sepan. -el director me miró algo desconfiado, luego suspiró-. Ya demasiados problemas tengo en casa como para que usted siga sumando a la bolsa.

-Bien. Se quedará dos horas más luego de la jornada toda esta semana. Pero debe prometerme algo, si no deberé tomar otro tipo de medidas. -asentí efusivamente-. Esto no volverá a pasar.

-Pierda cuidado, no ocurrirá otra vez.

Jungkook me esperaba al lado de la puerta de la oficina, sentado con su teléfono. Al verme salir se levantó rápidamente y fuimos al salón a continuar con las clases.

-¿Qué te dijo? -preguntó antes de entrar.

-Debo quedarme dos horas más para limpiar el salón toda la semana.

-¿Llamarán a tus padres? -negué-. No debiste haberla golpeado.

-¿Y quieres que me deje golpear como estúpida? -solté, algo indignada.

-No, claro que no... pero no hiciste bien en seguirlo.

Esperando a que pasaran más rápido las horas, comencé a hacer un boceto de un pequeño perro. Ya no sabía con qué matar el tiempo. Al final del día observé con un poco de envidia cómo todos regresaban a sus casas. Dejé mis cosas ordenadas en mi asiento y comencé desde una esquina a barrer todo, corriendo bancos y levantando sillas, luego limpié las mesas y el escritorio del profesor. El pizarrón, la ventanita de la puerta, las ventanas, todo había quedado completamente reluciente.

Había terminado en menos horas de lo previsto, por lo que me senté en el banco del profesor a juguetear con el teléfono y me sobresalté cuando sentí que la puerta se abría. Pensaba que era el director, pero no, era Jungkook. ¿Que hace aquí a esta hora?

-Has terminado. -observó todo detalladamente.

-¿Qué haces aún aquí?

-No quería dejarte sola. -me había levantado del escritorio y me había acercado a él, que se había quedado en medio de la pizarra. El silencio era abrumador, el colegio estaba vacío, sólo estábamos nosotros y probablemente dos personas mas de mantenimiento-. Y quería ayudarte, pero por lo visto no la has requerido.

-De cualquier forma no te hubiese dejado hacerlo, era mi castigo.

-Lo siento por no intervenir, no sé que me pasó.

-No te disculpes, no estabas obligado a nada.

-Cuando te golpeó... tuve ganas de hacerlo también. -había girado el rostro para que no lo observara enfadado, supongo-. Y sé que está mal, porque es una chica y no debería hacerlo, pero me enfadó mucho, no debería haberlo hecho... ya no te duele, ¿verdad?

-No, ya pasó. Esta bien, no te molestes. -me hacía gracia la situación. El hecho de que él se arrepienta de no haber hecho algo que sabía que estaba mal hacerlo, me causaba gracia. Era tierno-. Algún día encontrará a alguien que la enamore y la distraiga para que deje de molestarme. -reí ante mi comentario y él se me unió.

-¿Y tú? -me observó-. ¿Ya has encontrado a alguien que te enamore?

-N-no se lo que es el amor. -la pregunta me había puesto nerviosa. En un momento se acercó a mí y yo choqué con el pizarrón, tenía mis manos en su pecho, sin emplear fuerza, para mantener algo de distancia entre ambos. Me puse algo incómoda al tenerlo tan cerca de mí. Nuestras respiraciones chocaban, estaba segura de que podía escuchar mi corazón a mil por segundo.

-¿No sabes lo que es el amor? -comenzó a acariciar una de mis mejillas. Negué-. ¿N-Nunca te enamoraste de alguien? -volví a negar. Estaba algo sorprendido. Comenzó a mirar mis labios y luego subió la vista a mis ojos, sonrió. Estaba más incómoda que antes, sus ojos tan profundos eran la causa y para evitar ese sentimiento, baje un poco la cabeza-. No, mírame. -luchó un poco para elevar mi rostro pero lo consiguió. Nuestras miradas se conectaron y sentí como un rubor bastante fuerte subía por mis mejillas hasta mis orejas. Su sonrisa aumento-. Dime, ¿qué ves?

-Pues... negro.-rió leve-. Veo... tus pupilas dilatadas y... un brillo. -a pesar de que no podía distinguir dónde terminaba su iris, pude ver sus pupilas un poco más grandes de lo normal, gracias a la luz que entraba por una de las ventanas. Asintió, aún sonriendo.

-¿Puedo decirte lo que yo veo? -me encogí de hombros-. Veo exactamente lo mismo. Con la excepción de que yo si distingo tus pupilas. -rió y yo sonreí leve-. Otra cosa que noto es tu corazón. Va demasiado rápido. -qué vergüenza. Cerré mis ojos rogándole a Dios desaparecer de esa aula. Aparté la mirada girando mi cabeza, aunque él volvió a moverla buscando mis ojos-. Kath... -tomó mi mano y la puso en su pecho, dejándome sentir cómo latía de rápido su corazón también, lo miré-. El mío esta igual.

Estaba sorprendida. No podía gustarme. Era imposible que me gustara. Pude ver cómo se acercaba lentamente hacia mi rostro, acariciando mi mejilla, toco con suavidad mi labio inferior, yo intentaba evadir su mirada, hasta que me dijo, otra vez, que lo observara, luego junto sus pequeños y redonditos labios con los míos.

En ese momento parecía la protagonista de un drama coreano, cuando besan a la chica y ella no se mueve ni un milímetro y nunca cierra sus ojos hasta que él se separa. Así estaba yo. Con la única diferencia que por fin pude comprobar que aquellos besos no eran los que en verdad se daban las parejas en este pequeño país. Jungkook estaba muy concentrado en atrapar alguno de mis labios y yo, lo mas nerviosa posible, los separé levemente, logrando que el inferior quede capturado entre sus dientes. Bajé la cabeza y él me abrazó.

-¿Viste? Te lo dije.

-¿Ah? -subí mi mirada, el sonreía.

-Sabía que dentro de ese frío corazón había algún rincón cálido. -sonreímos y nos quedamos así por unos minutos.

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora