Capitulo Treinta Y Seis

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Alex

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Alex

Juan y yo nos organizamos para comprar ciertas cosas de comer e ir a la casa de Shane a pasar el resto de la noche ahí. Y como es original en nosotros, Shane no tenía idea que nos quedaríamos con él.

Al sacar la llave de su casa del escondite que no era tan secreto, se escucharon los gritos de una voz femenina que parecía ser la de Gaby.

— ¡No me digas que tu no hiciste lo mismo! —Gritó Gaby —Mierda Shane, eres un puto imbécil, un estúpido. ¿Piensas que después de haberte acostado conmigo y haberme dejado como ridícula me hubiera enamorado de ti? Estas pendejo Shane, un estúpido pendejo.

— ¡Y tu caíste tan bajo también!

— ¡Me vale mierda lo que pienses! ¡Púdrete Shane! —volvió a gritar, abrió la puerta principal. Nos miró un momento a Juan y a mí, y me dijo: —Díselo pronto.

Y si más se fue.

— ¿Que trata de decirte? Tú crees...

—No, no —meneo la cabeza. —Shane nunca le hubiera dicho a Gaby que lo de Ximena empezó... bueno ya sabes cómo.

Aunque me gustaría pensar que no; yo no estaba por completo seguro. Gaby cegó de amor a Shane como nadie nunca lo había hecho, no dudo que haya confiado en ella más de lo que debía. Y me temo que pudo haberle dicho lo de la apuesta aunque hubiese sido un fragmento.

Corremos hacia adentro cuando escuchamos algo romperse. Shane está tomando los vasos de vidrio de la alacena y los arroja a las paredes mientras grita: « ¡Puta madre!». Juan lo toma por la espalda esquivando los restos de vidrios hechos añicos en el suelo, logra sentarlo en el sofá y yo le paso un vaso (de plástico, para prevenir) de agua.

—Shanecito, no te quería preguntar porque supuse que no era fácil andar contándolo. ¿Pero qué paso? ¿Porque terminaron? —le preguntó Juan.

— ¡Esa perra aposto por mí! —gritó, y tiro el vaso de plástico hacia la pared.

—Primero cálmate —le dijo Juan haciendo que se sentara de nuevo. —Segunda, no importa que tan enojado estés; nunca ofendas a una mujer, enserio. Te ves mal.

— ¡Esque no mames! Pensé que me quería, lo juro que lo pensé.

—Te seré sincero porque soy tu amigo. No deberías ni siquiera enojarte, al fin de cuentas tú también apostaste por ella. Debe de doler, pero al menos esto te puede servir como lección para que aprendas a no volver a apostar por las personas.

Entonces, inesperadamente Shane se hecha a llorar en el hombro de Juan. Lo miro y pienso en si me pondré de esa forma cuando Ximena se entere cual fue el principal motivo por el que le hable, y eso me hace también pensar si explicarle todas las cosas que me hace sentir valdrá la pena para salvar lo que hemos construido juntos.

Mi precioso ex©༯✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora