Capítulo Treinta y nueve

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La llamada de Ximena me deja repleto de vacilaciones inquietas. Trato de volverle a llamar e investigar donde se encuentra para averiguar qué era lo que le pasaba, pero nada, el teléfono lo tiene apagado.

Poly me mira desde el sofá frente a mí, estamos en casa de Martin justo ahora, justo cuando llame a Ximena y justo cuando estoy todo paranoico sin saber que tiene.

—Deberías de irla a buscar a su casa —sugirió Poly, con la vista en el televisor. —Y deja de tronarte los dedos.

A pesar de saber que podía ser una mala idea viajar hasta su casa y encontrarme muy probablemente con su hermana. Lleve a cabo la sugerencia de Poly, fueron 20 minutos de viaje desde la casa de Martín a la de Ximena, pero lo único que encontré al llegar fue a un grupo de personas separando a dos hombres. La hermana mayor de Ximena estaba gritando que ya pararan, Cameron estaba asustado al igual que la madre de Ximena. Pero yo no veía a mi novia por ningún lado.

Otra mala decisión, pero baje de mi camioneta y fui hasta el patio de Ximena. Mirando sorprendido la pelea, no pude dar más de mis tres pasos, porque inmediatamente la hermana de Ximena avanzó a caminata rápida hasta mi para abofetearme.

Toque mi mejilla, la miré estupefacto ¿y ahora que hice?

— ¡TU HAS CAUSADO TODO ESTO! ¡ERES UN PENDEJO! —gritó la pelirroja, golpeándome el pecho.

Para mi suerte, Jen tomo a la chica de las manos para evitar que me siguiera agrediendo.

—Deberías irte Alex, Ximena no está —me dijo Jen.

Asentí y corrí de nuevo hasta mi camioneta. Arranque lo más rápido que pude y salí de aquel vecindario.

Me estacione en algún punto, aún preocupado, llame a Juan para avisarle que no encontraba a Ximena y lo angustiado que estaba.

— ¿La has visto Juan? —le pregunté.

—No Alex, no he visto a Ximena —respondió, y cortó de inmediato la llamada.

Me rendí después de llamarle varias veces, quizás estaba con Carrie y yo andaba de paranoico. Quizás no quería verme por el momento porque tuvo una pelea en casa. Así que, frustrado, regrese a mi casa. Estaba sola, por lo que yo estaría solo, me puse cómodo, vi una serie y me quede dormido.

Ala mañana siguiente, al despertar, tengo un mensaje de Ximena.

Alex, veámonos en tu lugar, por favor. Hay que hablar de algo.

Salto de inmediato de la cama, busco unos pantalones y chamarra holgada e calidad para ir a encontrarme con ella. Conduzco como rayo, en cuestión de segundos estoy llegando corriendo por la nieve hasta específicamente el lago.

Ximena tiene puesto un gorro de lana, chamarra holgada y mejillas congeladas. Cuando la veo, no lo pienso demasiado y le planto un beso, había estado preocupado, y el frío de sus labios sabor cerezas es exquisito.

— ¿Qué pasó? ¿Qué tenías ayer? ¿Dónde estabas? —le pregunto, tomando su cara con ambas de mis manos.

—Alex, hubo un fuerte problema en mi casa. Mi hermana —tomó aire y lo expulsó —, ella reveló todo lo que sabía de ti. La apuesta y esas cosas, me hizo enojar tanto que termine revelando lo de ella también, su relación nada sana con Ian que era abusiva además. Para mi padre fue demasiado, terminó golpeándose con el novio de mi hermana y yo escape, no sé, debía de hacerlo. Regrese en la mañana y estoy castigada por huir de esa forma en la noche, y pues, "no valorarme".

—Eso es injusto. Tus padres no me conocen —declaró. —Y tu hermana tampoco, soy otro Alex.

—Ya lose. Pero estaré castigada, se supone que debo de terminar contigo pero no lo haré. Solo deberíamos de adaptarnos. Estaremos juntos en los descansos y nos llamáramos por las tardes. Funcionara.

Mi precioso ex©༯✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora