Capitulo Veintidós

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Ximena

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Ximena

Alex se fue molesto por alguna razón. No creo que haya sido por celos, me dejo muy en claro y me hiso sentir patética por preguntar semejante cosa, entonces no entiendo por qué se enojó. Simplemente lo hiso, y es extraño porque generalmente soy yo la del malhumor.

— ¿Dónde está Alex? —pregunto Juan detrás de mí a las afueras de la casa.

—Se fue.

—Ahí no, no, no— Juan toca su cabeza desesperadamente —Ya me voy chinos locos o Amargada como te llames.

Desapareció corriendo por la calle hacia la salida del vecindario de Tyler, me hubiera propuesto a llevarlo hasta su casa pero no me dio tiempo de decírselo con la velocidad con la que se fue.

Me quedo sola parada en el poste, yo también quiero irme, me siento avergonzada, no estaba insinuando que le gustara con decirle que estaba celoso, pero eso parecía y no pude mantener las palabras dentro de mi boca.

Carrie me alcanza en la carretera y se ofrece a irnos a la suya para platicar de lo sucedido. El camino es silencioso, Maicol viene en los asientos de atrás mirando a Carrie por el espejo retrovisor, se tratan de decir algo con esas miraditas, algo que no quieren que escuche.

La casa de Carrie estaba desolada, y esa sería una buena oportunidad para que Maicol también se pudiera quedar a dormir en su habitación. Ese era el único problema de un grupo de tres en el que eran dos chicas y solo un chico. Siempre en las pijamadas solo somos Carrie y yo porque en mi caso, no dejarían nunca que un chico duerma en mi misma habitación y en caso de Carrie no es diferente.

El asunto no fue tan incómodo como en el transcurso, yo seguía sin decir nada, pero Carrie no paraba de hablar como de costumbre haciéndome preguntas tipo «Verdad que si Chinos locos» y yo solo asentía con la cabeza silenciosa.

—Lamento haberle dicho eso a Alex. No debí de preguntar si aposto por ti.

—No debiste de preguntar— reconozco.

— ¿Por qué la cara larga desde hace rato chinos locos? ¿Fue por la estúpida pregunta del Maicol o por que el Alex te dijo algo más? —pregunto Carrie.

Me cruzo de brazos y permanezco en silencio, ¿Fue por la pregunta estúpida de Maicol o porque Alex me dijo que no era la gran cosa? Prefiero contarle la verdadera versión a Carrie cuando estemos solas y a Maicol solo le contare un ochenta por ciento.

Suspiro.

—Tal vez, fue más por lo que paso con Alex...

Intento no voltear a ver directamente a Maicol, lo hago por el rabillo del ojo y noto que tiene la cara pensativa.

—Creo que estaba celoso—insinúa Carrie.

—Yo no lo creo—dice Maicol —Mira Ximena no quería decirte esto porque te quiero mucho y por qué sé que te vas a sentir humillada cuando te lo diga. Pero ahora que veo que ya te estas ilusionando con Alexander de nuevo no voy a permitir que te lastimen. Cuando ustedes estuvieron en una relación y siempre que se daban besos y te ibas el hacía expresiones de asco y se limpiaba los labios.

Siento un nudo en el estómago, no quiero seguir escuchándolo pero a la vez quiero saber que más hacia.

—El, siempre nos decía tus secretos. Todo lo que le contabas, tus miedos, y tu sueño de escribir. Decía que querías ser una aburrida escritora y tu pavor a las ratas, se burlaba de tus frases y siempre decía que eras una gorda fea que le daba asco.

Ahora siento el nudo hasta la garganta, mis ojos se quieren humedecer, quiero llorar. Tendría que estar muy enfadada, pero me siento triste y poca cosa. Si tal vez no hubiese sido una niña gordita, bronceada, con cabello rizado y si hubiera sido una chica casi igual que Fanny, delgada, ojos azules, cabellos lacio, rubios y blanca, tal vez Alex si me hubiese querido como yo quería que lo hiciera.

—Oh de verdad lo lamento—Maicol se acerca hasta mi para abrazarme —Te juro que si en aquellos momentos hubiese abierto los ojos como ahora, le hubiera partido la cara a ese imbécil por decir esas cosas de ti.

¿Qué ganaba con que le rompiera la cara? Aun así lo seguiría queriendo, por más veces que me rechazara, por más veces que se limpiara los labios después de un beso. Yo iba a estar ahí.

Eso es lo peor de enamorarse de un persona que los sentimientos no sean mutuos. Lo sabes, y te quedas ahí, solo manteniendo la esperanza de que algún día te pueda querer tanto como tú lo llegas a querer.

 Lo sabes, y te quedas ahí, solo manteniendo la esperanza de que algún día te pueda querer tanto como tú lo llegas a querer

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