Capitulo Cuarenta y Uno

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Regresamos a San Francisco al día siguiente después de que el recorrido por la universidad se haya concluido. Honestamente, ni siquiera disfrute de dicho paseo, había prestado atención a los detalles más peculiares pero mi mente seguía pensando en demasiadas cosas a la vez; primeramente en esos besos que le dio Ximena a Maicol, segunda, en la confesión de Andrew sobre su padre y la familia de mi supuesta actual novia.

Esa noche llore demasiado, le llame un montón de veces a Ximena pero no respondía. Así que solo me grabe y le mande un video confesándole que sabía todo, hice todos mis esfuerzos para que mis ojos no se humedecieran al momento de grabarme; podría decir que lo logre, pero mi voz se entrecortaba haciéndome quedar en evidencia de lo mal que me encontraba.

Andrew no sabía nada de esto, y no debería de saberlo porque yo no se lo contaría. Nadie aparte de Poly había hablado conmigo sobre el tema, ni siquiera Juan o Shane, quienes al volver a casa, estaban esperándome en la entrada alzando los brazos listos para darme un fuerte abrazo.

Como era de esperarse, Juan fue el primero en abalanzarse hacia a mí para abrazarme. En ese instante, sentí que absorbía toda la nostalgia que traía dentro al pronunciar sus palabras de ánimo y expresando lo mucho que me extraño. Juan sin duda, era ese amigo que toda persona necesitaba tener y que nunca desearías perder.

Shane, Juan y yo nos sentamos en la sala dispuestos a jugar Fortnite o Free fire en la consola, pero, ellos logran notar mi cara de abatimiento y preocupación mesclados.

— ¿Sucedió algo malo en ese viaje con Andrew? —inquirió Shane encarnando las cejas.

—No. Paso algo malo aquí mientras me fui.

—Lo de Ximena —musitó Juan, mirando hacia ningún punto en específico en el suelo.

— ¿Lo sabes? ¿Lo del beso? ¿Cómo? —farfullo acelerado.

—Estuve en esa fiesta. Ximena me invito —confesó, avergonzado.

—Juan —mi corazón empieza a acelerarse. — ¿Tu bailaste con Ximena de esa forma, tan provocativa?

— ¡No! —se apresuró a decir. —Pero, ammm, bueno.

— ¿Bueno que Juan? —bramo.

La mirada de Juan se percibía ansiosa y preocupada, Shane parecía confundido y yo sentía que recibiría otra noticia que me destrozaría.

—Ximena beso a mí también.

Si, definitivamente eso me destruyo.

—Pero déjame explicarte eso —se apresuró a decir.

Me quede en silencio, dispuesto a escucharlo.

—Estaba jugando con unos chicos al billar, después llego ella y me hablo para que la acompañara al estacionamiento hacia el auto de Maicol por unas cosas de la bolsa. Habia muchos carros ahí y tardamos en encontrar el auto de Maicol, le dio frio y le preste mi suéter, Alex. Te juro que todo paso muy rápido, y que nuestro beso ni duro más de un minuto, me quite de prisa, ella me miro de noseque manera y no sé, Alex, ¿me escuchar?

Estaba intentando retener mis lágrimas mirando hacia el vacío, pero mi expresión facial me delataba. Mi tristeza era más que clara.

—Entonces, ¿siempre pudo seguir saliendo? ¿Cuántas veces ha salido de casa como antes? ¿Cuántas veces ha salido contigo?

—Su castigo duro menos que la mentira que te dijo. Después pudo salir y yo —Juan soltó un suspiró. —Salí un par de veces con ella pero en plan de amigos, y mayormente Carrie iba con nosotros o si no era ella eran otras personas pero nunca solos. Nunca ha habido otra intención de mi parte con Ximena.

Mi precioso ex©༯✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora