Capitulo Treinta y uno

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Ximena

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Ximena

Fue una semana larga y devastadora, mirar e ignorar a Alex fue difícil. 

Quería hablarle, jugar con él en clase, discutir sobre Romeo y Julieta y que Shakespeare creo una obra de arte. Pero el solo está ahí, solo en sus propios asuntos y yo estoy aparte, pérdida en los míos deseando que sus problemas algún día también puedan ser mis problemas. 

Afortunadamente la semana había terminado, y mis preocupaciones sentimentales también, por ahora.

Armo un rompecabezas junto con Cameron cruzada de piernas en la sala de la casa. Me acabo de duchar con agua caliente por lo que traigo una toalla enredada en la cabeza secando mis rizos mojados, el frio en San Francisco está empeorando cada vez más tras el transcurso de los días y algo me dice que a partir de hoy no va a cesar.

—Tu amiga Carrie me conto que no le hablas a Alex —dijo Cameron mientras rebuscaba en un bote de calabaza una pieza para el rompecabezas.

—No te lo dijo a ti. Me lo dijo a mi cuando estábamos hablando por teléfono, y tu chismoso escuchaste todo.

—Bueno si—admite —Pero yo quiero saber por qué.

—Ay Cameron, no lo vas a entender.

—Ximena deja de tratarme como un niño y como si no entendiera las cosas de novios. —reprocha.

—Tú dices que no te importan las cosas de grandes y esas cosas del amor.

—No, no me importa— confiesa —Pero no importan las de Giselle, todo lo de ella es complicado. Me importa lo que te pasa a ti, así nada más.

—Te escuche —grita Giselle desde la cocina, camina hasta nosotros —Están hablando de los novios de Ximena, que bien —parece interesada por unirse a la conversación — ¿Quién es su novio? —le pregunta a Cameron.

Pido a mis adentros que Cameron no le diga el nombre de Alex a Giselle, sería como si aventara una bomba nuclear que tensaría el ambiente y me ocasionaría problemas con mi hermana. Haberle confiado mi afortunada y después desgraciada historia con Alex a Giselle resulto ser grave en el futuro, pero yo no esperaba volverme a encontrar con Alex, no esperaba que regresáramos a San Francisco y mucho menos esperaba tener una relación amistosa tan sincera con Alex que devolviera todos aquellos sentimientos perdidos hacia él.

—De Alex, el hermano de mi amiga Madelin —dice Cameron emocionado, pero al ver la cara de Giselle estupefacta y asombrada de una mala manera, la emoción en mi hermano se esfuma.

— ¿Alex Parker verdad? —me pregunta Giselle, con una sonrisa tan falsa y tan asesina.

—Él es mi amigo nada más —agacho la cabeza.

— ¿Nos podrías dejar solas? —le pide a Cameron.

El niño voltea a mirarme esperando que le confirme que estaré bien sin su presencia, asiento con la cabeza disimuladamente y él se levanta de suelo y sube por las escaleras con cookies y lulú corriendo detrás de él.

Mi precioso ex©༯✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora