Una vez, existió un ángel, un ángel tan hermoso, grande, majestuoso e importante, además de ser el favorito de su creador. El orgullo y su arrogancia hicieron que se sintiera superior a su mismo creador, creando una revuelta celestial.
Todos los ángeles por fin podían decir lo que sentían y pensaban de su creador, éste demonio era llamado: Luzbel y dirigió una enorme revuelta en contra de su Dios. Dios envió millones de ángeles a contraatacar, envió a sus mejores guerreros para vencer a Luzbel.
Todos los ángeles reveldes fueron expulsados del reino celestial de los ángeles, hasta que finalmente fue expulsado Luzbel del cielo por parte del arcángel más poderoso que existió: Miguel.
Tan pronto como llegaron al infierno, Luzbel se proclamó rey de ese reino, ahora ya era un dios como el deseaba pero eso, eso no lo llenaba del todo. Día y noche planificaba invasiones hacía el cielo, siendo todas un fracaso... Pero un día, su creador hizo a otros seres: al humano; rápidamente se aprovechó de su vulnerabilidad y los comenzó a corromper, haciendo que lucharan unos contra otros, matando a sus propios hermanos por el dominio: el pecado los consumió lentamente hasta que no quedó nada.
El planeta que un Dios un día creó para sus seres vivientes, desapareció: no había vida, no había a quién defender o proteger, ya no había nadie que creyera en él.
- Hijo mío, serás tú quien gobierne a partir de ahora- dijo Dios al Arcángel Miguel.
- Padre, todos nosotros te necesitamos, no puedes...
- Lo siento mucho hijo, pero necesitan que los gobierne un semejante a ellos. Están hechos a mi imagen y semejanza pero nunca fueron como yo, ahora necesitan a alguien igual a ellos.
Poco a poco la fe, junto con el creador, se desvanecieron, quedando en el olvido. Mientras tanto en el Infierno Luzbel ya no veía una forma por la cual seguir viviendo y poco a poco su demoníaca llama de vida se apagó.
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Con el planeta devastado y la humanidad casi escasa por las guerras de los siglos XXI-XXII, los ángeles se vieron obligados a vivir en el cielo, protegiendo la vida de los pocos hombres que ya habitaban la tierra y resguardando la vida.
El Arcángel Miguel, pronto dio sus primeros pasos al futuro, trayendo con sigo al próximo rey del Cielo: Baruch.
- Con esta espada, protegerás el Reino de los cielos, y con este escudo resguardarás la vida de todos sus ciudadanos- dijo el Arcángel Miguel en cuanto nombró a su hijo rey.
- No te fallaré padre- dijo Baruch muy orgulloso del puesto que tenía que desempeñar.
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Poco menos de unos 100 años pasaron para que otro rey ocupara el trono y ese fue Argenis, hijo de Baruch y Kyra; y en el Infierno no se quedaban atrás, Luzbel había dejado un heredero el cual dejó a otro heredero, bueno, en realidad heredera: Elina.
Tanto Argenis como Elina eran los mejores reyes de sus respectivos reinos, claro, auxiliados de sus reina y rey respectivamente: Zoé y Tyrone...
Ahora deben ir a dormir.- ¡Pero papá!- se quejaron Ilay y Calipso.
- Es muy noche y hablar de demonios a estas horas de la noche es peligroso mis niñas- expliqué a mis pequeñas niñas.
- Cuando sea reina voy hacer que todos estemos juntos- dijo la pequeña Ilay.
- Se que lo harás mi niña.
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Heaven and Hell
Fantasy- Como primer decreto real quiero anunciar que haré un programa de rehabilitación para demonios en la cual los haremos volver a sus raíces. ¿Creen que es una idea loca? Ja, los demás ángeles lo piensan, pero yo no, yo se que es posible hacer que alg...