17. Fugitivo

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Narrador's POV:

Ya era un día más, todos estaban despiertos y ayudando a decorar la enorme nube donde sería el baile; estaba a punto de anocher así que todos estaban más apresurados. Ilay y Dries se encargaban de decorar el techo de la nube-salón, Calipso y Cassandra decoraban los bordes de la nube, Hamza y Xanto acomodaban las mesas y sillas, y finalmente las gemelas arreglaban la pista de baile.

- ¿Cómo vas con las orillas Calipso? - preguntó Ilay desde arriba.

- Bien, ya casi acabamos - respondió su hermana desde abajo.

- ¿Necesitan ayuda Xanto?- de nuevo preguntó Ilay.

- Estamos bien - respondió Xanto y Hamza asintió la cabeza.

- ¿Porqué les preguntas a todos?, están bien, todos están ayudando, no te preocupes - habló Dries mientras sostenía un enorme rollo de tela e Ilay la colocaba en la orilla del techo.

- Quiero que esta vez todo sea perfecto. Hace unos años no lo fue - respondió Ilay con una risa.

- Te entiendo, pero cada quién está haciendo sus cosas... Déjalos, todo saldrá bien - dijo Dries dándole un beso en la mejilla a Ilay.

- ¿Cómo es que me haces sentir tan bien siempre?- dijo Ilay con una risa.

- Mis poderes demoníacos de persuasión actúan sobre ti - dijo Dries y comenzó a reír.

Ambos rieron y se dieron un tierno y rápido beso en los labios. Terminaron de decorar y posteriormente procedieron a colocar unas luces para iluminar la pista; cuando terminaron, bajaron del techo y todos se colocaron en la pista para ver como se veía.

- Me gustó. Sólo hay que arreglar esos listones - dijo Ilay señalando unos listones un tanto caídos.

- Yo me encargo - dijo Cassandra y rápidamente fue para arreglarlo.

Hamza estaba cerca y ambos comenzaron a mirarse algo extraño. De repente Hamza chocó con Cassandra y ella ya no pudo aguantar y explotó.

- No entiendo que es lo que quieres, desde ayer en la tarde estas molesto conmigo por alguna extraña razón, ¿¡qué quieres!?- dijo Cassandra muy molesta y Hamza sólo la miró despectivamente.

- No quiero nada, bueno, me tienes cansado con tus actitudes - respondió Hamza un tanto elocuente.

- ¿¡Qué actitudes!?, ¡Eres tú el que tiene actitudes fuera de lugar! - respondió Cassandra ya gritando.

- Por supuesto que no - contestó Hamza levantando la voz.

- ¿Sabes qué? Esta plática no está funcionando - dijo Cassandra llendo al otro lado del salón.

- No funciona por tu falta de prejuicio- respondió Hamza y Cassandra se llenó de ira.

Cassandra rápidamente se arrastró hacia Hamza, lo tomó del cuello y lo levantó del suelo.

- ¡Cassandra!- gritó Ilay - bájalo inmediatamente.

Cassandra miró a Ilay y soltó a Hamza; él se levantó y se transformo en un búho de plumaje verdoso.

- ¡Espera Hamza!- gritó Ilay y voló hacia él.

- Espera - dijo Dries y la detuvo del pie.

- ¿¡Qué pasa!?- dijo Ilay algo molesta.

- Deja que se relaje - dijo Dries e Ilay se soltó del agarre.

- No puedo dejar esto así, necesito hablar con él y después con Cassandra- dijo Ilay y extendió más sus alas para volar más rápido.

Siguió un pequeño rastro de plumas verdes hasta que llegó a la habitación de Calipso: en la ventana había una pluma verde, un poco más grande. Entró por la ventana y vio a Hamza sentado en la cama algo molesto.

- ¿Quieres hablarlo?- preguntó Ilay sentándose en la cama junto a Hamza.

- Es sólo que... Desde hace años no nos llevamos bien y chocamos mucho, cualquier cosa nos hace explotar - explicó brevemente Hamza.

- ¿Quieres que hable con Cassandra?- preguntó Ilay algo preocupada.

- Claro, si me haces el favor - dijo Hamza más tranquilo.

- No te preocupes - respondió Ilay y se levantó de la cama.

Iba caminando hacia la puerta cuando de repente, del baño de la habitación, sale Calipso en una bata de baño y con el cabello húmedo.

- ¿No estabas ayudándonos?- preguntó Ilay entre risas.

- Decidí tomar un baño - respondió Calipso igual que su hermana.

- Muy bien, hablaré con Cassandra. Nos vemos luego hermana - dijo Ilay y rápidamente corrió a Calipso para vencerla en la mejilla.

Finalmente Ilay salió de la habitación; justo cuando iba a salir del palacio, vio una figura en los aires: una figura completamente negra con enormes alas y un mechón rojo en la cabeza.

- ¿Dries?- preguntó Ilay para sus adentros.

Ella caminó hacia la ventana y la abrió, se paró en el marco de la misma y se dejó caer para volar y seguir a lo que parecía ser Dries. El cielo estaba tornado de un color magenta oscuro, casi morado para dar paso, posteriormente al color azul marino tan característico de la noche. Lo que Ilay pensaba que era Dries bajó a la Tierra, más específicamente a una playa cercana y se detuvo en una rama de un árbol frondoso (al igual que Ilay, sólo que ella estaba más lejos).

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En la playa se encontraba un joven, caminando tranquilamente cerca de la costa, con los pies descalzos y con los pantalones arremangados poco abajo de las rodillas. Este joven no era como todos los demás y se preguntaba porque a su vida no había llegado el amor; llegó a una roca enorme y se sentó en ella para mirar la gigantesca luna llena.

De repente, cerca del bosque, se escuchó un extraño ruido, un ruido hasta cierto punto viscoso y carnoso. El joven se levantó y fue a inspeccionar un poco en esa zona; subió por una pequeña ladera y se quedó petrificado con la imagen que vio: un demonio negro completamente, con un mechón de pelo rojo, enormes alas de cuervo y ojos anaranjados como la lava; este demonio estaba devorando a una mujer: su boca se abría como la de una serpiente y el cuerpo de la chica se deslizaba dentro de la garganta del demonio.

El demonio lo miró, e inmediatamente el joven comenzó a correr lo más rápido que pudo para llegar al pueblo y pedir ayuda; el demonio se transformó en una serpiente de fuego escarlata y lo siguió. Bajo el joven una ráfaga de fuego recorrió sus pies y tomó su forma original frente al joven.

- ¡No me hagas nada! Por favor- imploró el chico ya en el suelo por el susto.

- Ya viste mucho humano - contestó Dries sujetando del brazo al joven y elevándolo unos cuantos centímetros del suelo.

- No diré nada, por favor... Aunque les diga nunca me harían caso - dijo y el demonio lo dejó caer.

- ¿Porqué lo dices?- preguntó Dries algo confundido.

- Nadie me toma en serio...

- A mí tampoco - dijo Dries algo decaído.

Ilay voló un poco más cerca de ambos, en una rama más alta pero más cerca de ellos.

- ¿Se podría saber porqué?- preguntó el joven algo preocupado.

- Piensan que no soy capaz de tomar almas... Por eso maté a esa mujer - explicó Dries algo decaído.

- En mi caso piensan que no podré encontrar el amor, nadie me toma en serio por eso.

- Entonces no somos tan diferentes - dijo Dries ayudando a levantar al joven.

Ambos se vieron a los ojos, se acercaron uno al otro, y culminaron la escena en un beso apasionado. Ilay no podía creerlo, estaba devastada: Dries le había mentido respecto a todo, y aunque llevaran apenas unas semanas de relación, ambos juraron estar juntos por siempre.

Ilay voló a gran velocidad hacia el reino y se adentró en su habitación (que por cierto estaba oscura) se dejó caer en la cama y comenzó a llorar como nunca antes.

Heaven and Hell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora