7. Solos

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Mientras tanto en el infierno no habían cambios parecía como si el príncipe nunca se hubiese ido, todo el reino seguía sus actividades normales y no mostraban siquiera alguna emoción tras la partida de los cinco mejores demonios... O al menos eso se pensaba.

En el castillo se celebrabá una reunión, una reunión de la élite del infierno: Tyrone y Elina, Belcebú (padre de Cassandra), Astartea (madre de las gemelas) y Mammon (padre de Hamza) todos con una actitud cabis baja.

- ¿¡En serio los extrañan tanto!?- preguntó Tyrone bebiendo una copa de vino.

- ¿¡Y qué tu no!? Son nuestros hijos... ¿Sabes cuanto los hemos extrañado?- se quejó Astartea.

- En realidad nos da lo mismo- respondió Elina.

- Es su hijo y son tan insensibles- habló Mammon con tono despectivo.

- Eso no implica que le tengamos que querer, ¿o sí?- respondió Tyrone azotando la copa en la mesa de centro.

- Es mejor que nos vayamos si no queremos problemas- habló por primera vez en la noche Belcebú.

- Tienes razón amigo mío- respondió Tyrone chasqueando los dedos y unos demonios pequeños llegaron a llevarse todos los utensilios.

Todos se levantaron de los sillones de terciopelo rojo y salieron del castillo sin más que decir.

- No por ser un demonio dejarás de sentir emociones Tyrone, es tu hijo- dijo Belcebú y salió del castillo.

Elina se levantó rápidamente del sofá arrastrando el tridente dirigiéndose hacía su habitación. Tyrone la tomó del brazo jalando su vestido púrpura y Elina rápidamente se soltó de su agarré.

- No vuelvas a hacerlo- dijo Elina golpeado el pecho de Tyrone.

- ¿En serio lo extrañas?- preguntó Tyrone algo dudoso.

- Es mi hijo Tyrone... Lo tuve en mi vientre, lo cargué por nueve meses, di la mitad de mi vida, ¿y dices "que si lo extraño"?- dijo Elina ya molesta.

- Eres muy blanda- dijo él haciendo que Elina se molestara más.

- Te lo repito: soy su madre. Deberías estar orgulloso de él por tan sólo estar en nuestras vidas- habló Elina aún más molesta.

- ¿¡Cómo quieres que esté orgulloso de él si no es como yo!?: le enseñé a absorber almas ¿y que es lo que hace? Las libera para ayudar a los humanos. Le enseñé a poseer a los seres humanos y los ayuda a resolver sus problemas- reprochó Tyrone igualmente molesto.

Elina comenzó a reírse (algo lo cual Tyrone no soportaba, y menos que se rieran de él) y dijo lo siguiente:- Puedes tener un millón de ejércitos demoníacos a tu favor, un reino que te obedece sin pensarlo, pero Dries es el único demonio que nunca vas a poder tener bajo tu mando.

Tyrone se molestó aún más y se sentó en el sofá, Elina se sentó junto a él y lo abrazó.

- No quieras ocultar lo que sientes... Deja de suprimir tus emociones. Claramente yo sé que lo extrañas- dijo Elina ya calmada.

- Lo extraño con todas las almas que tengo en mi interior... Al igual que tú- dijo Tyrone y besó delicadamente a su esposa Elina.

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Mientras tanto, en el cielo se llevaba a cabo otra clase más. Justo es éste momento acababa de terminar y todos ya estaban regresando a sus respectivas habitaciones: en el pasillo iban caminando todos los demonios, Ilay y Xanto.

- Mañana tendremos la clase en la Tierra, así que preparen sus cosas y nos vemos fuera del castillo para irnos- dijo Ilay antes de que todos fueran a sus habitaciones.

- ¿¡En serio iremos a la Tierra!? Nunca pensé siquiera salir del infierno y ahora ya voy a conocer la Tierra- dijo Hamza con gran entusiasmo.

Ilay sintió un pequeño nudo en la garaganta: con obvias razones, imagina llevar a unos demonios a un lugar que ni siquiera conocen y ahora a otro lugar desconocido. Ilay le sonrió a los demonios y ellos comenzaron a hablar entre ellos muy emocionados (incluso Cassandra).

- Xanto los despertará por la mañana como siempre lo acostumbra, pero esta vez nos veremos frente a la puerta del catillo- explicó brevemente Ilay.

- ¿Cuál lección tendremos mañana profesora?- preguntó Dries con una sonrisa ladeada.

- La lección será del segundo valor: ser natural- habló Ilay imitando la voz de una profesora.

- Muy bien profesora, la veremos mañana- dijo Dries con una risilla.

- Hasta mañana, descansen- dijo Ilay y entró a su habitación y los demonios igual.

Xanto entró a la habitación de Ilay, junto con ella. El pequeño querubín tomó un frasco con agua rosada y en él metió unos palillos de madera que hacían que la habitación emanara un olor muy dulce y agradable; Ilay entró a su armario y se quitó el vestido quedando completamente desnuda y se cubrió con una bata de baño.

- Xanto, ¿puedes preparar el agua por favor?- dijo Ilay desde el armario.

- Claro- respondió él y voló rápidamente al sanitario.

El baño era enorme y como regadera, había una pequeña nube: Xanto concentró una esfera de luz en sus manos y la depositó en la nube, la cual  comenzó a llover agua caliente. Xanto salió del baño y entró Ilay; después de unos diez minutos, ella salió y se puso su pijama.

- Estoy listo- dijo Xanto con una risilla y acostado en la cama de Ilay.

Ella tomó una almohada y golpeó a Xanto que esta, él tomó otra y también la golpeó y así simultáneamente. Los dos cayeron rendidos en la cama y siguieron riendo sin parar.

- ¿Quieres que traiga los bocadillos?- preguntó Xanto.

- Si- le dijo Ilay levantándose de la cama.

Xanto salió de la habitación y en muy poco tiempo regresó y cerró nuevamente la puerta. Los dos se sentaron en el suelo y comenzaron a comer los pastelillos que Xanto había traído.

- ¿Te puedo decir algo?- preguntó Ilay a Xanto y él asintió con la cabeza.

- Dime- dijo después de que acabó de masticar el postre.

- Creo que me gusta Dries- dijo Ilay algo nerviosa.

Xanto comenzó a ahogarse e Ilay le dio unos cuantos golpes en la espalda.

- ¿¡Qué dices!?, ¿¡Sabes en el problema que te estás metiendo!? Como tu mejor amigo debo decirte que está mal.... Bueno, no... Pero sí. ¿Me entiendes?- dijo Xanto tan rápido que se quedó sin aire- Si se hacen más que amigos tu quedarás expulsada, Calipso tomará el trono, Argenis lo mandará a matar y todo se va a arruinar.

Ilay se quedó cayada y no se movió para nada.

- No me interesa lo que diga papá, o los Tronos o todos, me gusta y creo que también le gusto y voy a luchar por lo que quiero Xanto- dijo Ilay con valor en su voz.

- Como mejor amigo es mi trabajo apoyarte. Tienes todo mi apoyo Ilay, te prometo que no diré nada- dijo Xanto simulando que su boca era un cierre.

- Eres el mejor- dijo Ilay y lo abrazó.

Heaven and Hell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora