Ilay's POV:
Me desperté muy temprano por la mañana, el cielo apenas estaba rosado y decidí vestirme: me puse uno de mis vestidos habituales, cepillé mi pelo y mis dientes y por último me peiné.
Salí de mi habitación y en la puerta estaba Xanto esperándome con dos tazas de café en una bandeja de plata.
- Buenos días Ilay, ¿dormiste bien?- preguntó y posteriormente bebió de su taza.
- En realidad dormí muy emocionada- respondí muy ansiosa de comenzar la rehabilitación.
- Bien. Ya están despiertos, los desperté unos cinco minutos antes de que salieras- dijo Xanto volando a la puerta frente a mi habitación.
La puerta se abrió dejando ver a las gemelas vestidas con un vestido igual al de ayer, a Dries con la misma ropa de la cena, Cassandra y Hamza (supuse que tenían un cambio igual para cada día).
- No pienses mal Ilay: tenemos varios cambios de la misma ropa- dijo Dries con un tono cómico en su voz.
- Ay no, no se preocupen- respondí con una risa nerviosa- Síganme por favor.
Comencé a caminar y junto a mí Xanto y detrás de nosotros Dries y los demás demonios. Llegamos hasta la puerta trasera del castillo: una puerta la cual llevaba al jardín central, tal jardín estaba repleto de plantas y con un invernadero de vidrio en su totalidad que ocuparía como aula de clase.
- Entren- dijo Xanto abriendo la puerta de cristal dejando ver un aula de clases.
En la parte frontal del invernadero estaba un escritorio café oscuro, con una mesa grande y otra pequeña, frente al escritorio había una mesa larga con cinco sillas de madera.
Todos nos sentamos en nuestro respectivo lugar y comenzó la clase; Xanto con una trompeta pequeña hizo que todos prestaran atención.
- Bueno hoy damos inicio al programa de rehabilitación para demonios, ustedes fueron los cinco afortunados así que comencemos la clase. Obviamente todos saben como comenzó todo: Luzbel desafiando a Dios, la guerra de los ángeles y los demonios, etcétera... Bueno, para que él programa funcione deben mostrar avance por lo menos en unos tres meses y para ser un ángel nuevamente necesitan ser:
- Auténticos.
- Naturales.
- Gentiles.
- Empáticos.
- Leales.
Al cumplir estos cinco puntos podrán ser ángeles de nuevo- expliqué como toda una profesora.- ¿Y cómo vamos a lograr esos puntos?- preguntó Hamza con tono de interés en su voz.
- Fácilmente: haré una tabla donde recolectarán puntos de cada valor que les acabo de nombrar, si logran obtener diez puntos en cada valor antes o en tres meses, ¡volverán a ser ángeles!-expliqué a grandes rasgos con gran felicidad.
- ¿Y de qué será la clase de hoy profesora?- preguntó Dries haciendo que me sonrojara un poco.
- Bueno, comenzaremos con lo básico- dije y comencé a explicar la clase.
Era una nueva experiencia, una nueva etapa de mi vida la cual (a pesar de que apenas empezaba) me ponía tan feliz enseñar a los demonios a ser ángeles nuevamente. Había algo que me gustaba de ellos cinco, no eran como los clásicos demonios de los que me hablaban mis padres, eran... Diferentes y especiales
°.°.°.°.°.°.°.°
Terminamos la primera lección más o menos en una o dos horas, salimos del invernadero a tomar un pequeño receso, el cuál, los demonios aprovecharon para juguetear y Xanto se encargó de llevar almuerzos para todos. Cassandra subió a un árbol mientras armaba muñecos de ramas y hojas con una magia verde que sacaba de sus manos; las gemelas leían un libro que les había prestado, Hamza perseguía a los animales que habitaban ahí y Dries practicaba arquería con un arco que había encontrado cerca del invernadero.
- ¿Qué haces?- pregunté a Dries mientras él intentaba apuntar con una flecha a un árbol.
- Practico mi arquería- respondió Dries sin siquiera poder poner la flecha en la cuerda del arco.
- Lo haces mal- dije entre risas y él se sonrojó un poco- Dámelo- me lo entregó.
Puse la flecha en la cuerda y la estiré hasta que se puso tensa, tomé con firmeza la flecha y el mango del arco, apunté a un árbol con un hueco y solté la cuerda haciendo que la flecha saliera a gran velocidad clavándose contra la madera del árbol.
- ¿Vez? Lo sostenías mal: tu agarré debe ser firme pero no tenso... Sólo relájate- expliqué entregando el arco y posteriormente volé para ir por la flecha y se la entregué.
- Me sorprende alteza- dijo Dries sonrojado (y al instante yo también me sonrojé pues pude sentirlo en mis mejillas)- ¿Cómo es qué..
- Mi padre me enseñó... Bueno, de hecho a mi hermana y a mí- dije para después sentarme en un tronco cortado- Inténtalo tú... Y sólo llámame Ilay.
Dries asintió con la cabeza y realizó todos los pasos que hice yo al pie de la letra: apuntó y disparó la flecha perforando el árbol justo en donde yo clavé la flecha.
- Aprendes rápido- dije con una sonrisa y dando unos cuantos aplausos.
- Gracias- respondió Dries sonriendo dejando ver sus colmillos- ¿Todo eso te lo enseñó tu padre?- preguntó.
- Sí- respondí tomando su mano para que se sentara.
- Que suerte tienes- habló Dries en cuanto se sentó con voz baja.
- ¿Porqué lo dices?- pregunté algo preocupada.
- Pues mi padre nunca me enseñó cosas así, nunca pude ni he podido hacer cosas junto a mi padre... Lo único que me ha enseñado es a absorber almas, a poseer a los humanos pero... No lo tolero, quiero estar con mi padre pero, no comparto nada de similitudes con él- explicó Dries algo decaído.
- No todos somos iguales a los padres y eso es lo que nos hace especiales, somos distintos entre todos y ante todos- dije intentando animarlo (y creo que funcionó).
- Siempre he querido complacerlo pero creo que por eso no he podido ser feliz... Sólo busco que él me vea como quiere que sea y no busco ser como lo que realmente soy... ¡Gracias Ilay! - dijo Dries y me abrazó.
- Razonas muy bien- dije después de que el abrazo terminó.
- Es de las pocas cosas que me enseñaron mis padres- respondió él con una sonrisa ladeada.
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Heaven and Hell
Fantasy- Como primer decreto real quiero anunciar que haré un programa de rehabilitación para demonios en la cual los haremos volver a sus raíces. ¿Creen que es una idea loca? Ja, los demás ángeles lo piensan, pero yo no, yo se que es posible hacer que alg...