11. Visita a Hell Town

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Era el día de descanso, era apenas muy temprano, tan temprano que el cielo todavía estaba de un color negro azulado; Ilay ya estaba casi lista sólo se peinaba y todo estaría preparado para ir a un día de descanso al relajante Hell Town.

Ilay (en cuanto acabó de peinarse) salió de su habitación con la valija en mano y con toda la actitud. Xanto ya estaba en la sala principal (con una pequeña maleta igualmente) esperando a los demás. Justo cuando Ilay iba hacía con Xanto, salió Calipso de su habitación y caminaron las dos juntas hasta donde se encontraba el rubio querubín.

En unos minutos más salieron los demonios con sus maletas en mano y muy emocionados.

- Vámonos, le pedí a un cochero que si podía llevarnos...

- No Ilay, esta vez vamos al Infierno, nosotros los llevaremos... Al estilo Hell Town- dijo Dries con un tono de voz elocuente.

Todos salieron del castillo y frente a la puerta se abrió un enorme portal color morado que simulaba un pentagrama: de éste mismo salió una enorme carroza negra con detalles de oro masizo en las puerta y ventanas, tirada por cuatro caballos negros con alas de murciélagos. El cochero abrió un compartimento en la parte trasera y ahí depositó todas las maletas; todos subieron poco a poco hasta que todos estuvieron dentro y listos para irse. El cochero hizo que los caballos corrieran al borde del reino y en cuanto llegaron a la orilla, se dejaron caer y otro portal morado se abrió, entrando así a Hell Town.

Los caballos, casi al instante de a ver entrado al reino, abrieron sus alas y comenzaron a deslizarse por los aires hasta descender y llegar al castillo. El cochero abrió la puerta y comenzó a bajar las maletas; Dries fue el primero en bajar y ayudó a las mujeres a bajar.

- Gracias- dijo Ilay con una sonrisa.

- Por nada- respondió Dries de igual manera.

- ¿¡Y como es que un cochero del Infierno vino por nosotros!?- dijo Calipso algo confundida.

- Llevábamos una esfera de comunicación: es como una esfera de cristal que nos permite contactar con el reino- explicó Dries- Yo contacté con mis padres y ellos enviaron al cochero.

La enorme puerta del palacio sa abrió de golpe, dejando ver a los reyes del Infierno: Tyrone y Elina. Ambos corrieron hacía Dries y lo abrazaron con cariño.

- No sabes como te hemos extrañado. Ayer que nos llamaste sentimos tanto alivio- habló Elina con la voz entre cortada.

- Yo también los he extrañado- dijo Dries sin soltar a sus padres.

- Ahora volvemos, iremos a ver a nuestra madre- dijo Vesta tomando la mano de Agni y salieron hechas un bólido.

- También iré a ver a mi padre- dijo Cassandra y comenzó a deslizarse más rápido.

- Te acompaño, también iré a ver al mío- dijo Hamza siguiendo a Cassandra.

Ilay, Xanto y Calipso se quedaron frente a los reyes, mientras que ellos abrazaban a su hijo. Al terminaron el abrazo se dirijieron a ellos y también los abrazaron.

- Gracias por traer a nuestro hijo de vuelta- dijo Tyrone conmovido.

- No se preocupe... Y además sólo serán dos días- Dijo Ilay algo apenada.

- Dos días serán más que suficientes- dijo Elina dando fin al abrazo- Entren, la comida está casi lista.

Todos entraron al castillo y se dirigieron directamente al comedor; mientras que Dries con su poder telequinético se llevó las maletas poniéndolas cada una en su respectiva habitación. Cuando comenzaron a servir la comida, fue cuando Dries fue para comer con todos los demás.

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