20. Venganza 2/2.

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Yuna siguió atacando a Lewa, del otro lado de la puerta, Demetrus quería entrar pero no podía, pues la chapa estaba rota. Yuna se asomó discretamente a la ventana y vio que ya iban Calipso y Cassandra rumbo al Árbol.

Yuna lanzó un rayo en forma de látigo y sujetó a Lewa, la jaló hacia ella, y la derribó; Lewa intentó soltarse pero, ni con su Báculo, lo logró. Yuna extendió las alas (en sí forma de Calipso claro), se envolvió en ellas y cambió completamente su forma: su piel se tornó rosada, su cabello se oscureció y se hizo más largo, el vestido se tornó rosa y los ojos se hicieron negros en su totalidad.

- ¡Sorpresa!- dijo Yuna levantando a Lewa del suelo.

- No puede ser, ¡Es una trampa!, ¡Demetrus, sacalos de aquí!, ¡váyanse!- gritó Lewa desde adentro de la habitación.

- ¿¡Qué pasa!? - preguntó Demetrus desesperado.

- ¡Vete!, ¡Es una trampa!, ¡Yuna está aquí! - gritó Lewa desesperada y Yuna la arrojó al marco de la ventana.

- ¿Qué? - dijo Demetrus sin darle crédito a lo que escuchaba.

Demetrus volteó rápidamente, un rayo de luz verde subió desde la base y deshizo las escaleras. Ilay y Dries salieron de la biblioteca, las gemelas y Adrik, de su habitación, al igual que Zeth y Hamza: todos estaban atrapados dentro del Árbol entre los pasillos.

- ¡Comienza la fiesta perras! - gritó Cassandra desde abajo lanzando enormes rayos de energía verde.

- Busquen la manera de subir a la copa - dijo Demetrus e Ilay asintió.

- Llevalos a la copa, enfrentaré a Calipso y Cassandra - le dijo Ilay a Dries y el negó con la cabeza.

- No puedes contra las dos tú sola, deja que los lleve y bajo a ayudarte - respondió Dries e Ilay le sonrió.

- Llevalos - dijo Ilay y le dio un beso en los labios.

- Regresaré a ayudarte - habló Dries y comenzó a volar.

Las gemelas y Adrik volaron hacia la copa, después Zeth y Hamza y por último Dries, que bloqueó los ataques. Ilay creó un escudo de hielo para proteger a los demás; se dejó caer en picada y lanzó un enorme rayo de humo blanco que le impidió a Calipso y Cassandra ver. Lanzó un rayo de hielo a Cassandra y otro a Calipso: ambas en los brazos para impedirles mover sus armas.

- ¡Liberanos de aquí! - dijo Calipso intentando liberarse del hielo.

- ¿Me vas a escuchar? Sólo quiero que me escuches hermana - dijo Ilay bajando el tono de su voz.

- Te escucho - respondió Calipso de mala gana.

- Se qué has... Hemos sufrido mucho hermana, lo único que quiero es que todo regrese a la normalidad; sé que todo cambió en cuanto mamá murió: todos queríamos estar solos, queríamos afrontarlo solos y a veces estar sólo no es la mejor opción. Perdimos ese amor, perdimos la cercanía que teníamos y eso nos llevó a la separación... Lo único que quiero es que escuches lo que te voy a decir: si alguna vez te lastimé, te dejé sola, te pido que por favor me perdones - habló Ilay con la voz entre cortada, y las lágrimas no paraban de brotar de sus ojos.

- Me dejaron sola... Nos llevamos a penas unos cuantos años, pero yo viví más con nuestra madre, me dolió más que muriera, me dolió más verlos a todos tristes, ver que todos estaban juntos y yo estaba sola...

- No estabas sola - interrumpió Ilay.

- Claro que sí, estaban conmigo físicamente, ¿pero donde estuviste en el aspecto emocional?

Ilay no respondió y comenzó a llorar más fuerte, a tal punto de quedar arrodillada en el suelo.

- No te perdono Ilay. Ambas sufrimos, pero nunca intentaste arreglar las cosas: me dejaste sola, me quitaste la corona, la atención, me dejaste sin amor, y eso no te lo puedo perdonar - explicó Calipso que estaba a punto de derretir el hielo con su magia.

Heaven and Hell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora