13. De Regreso

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Dries's POV:

Me desperté tranquilamente en cuanto vi la Lava Topacio brillar más a través de la ventana; me levanté y me puse una bata de la misma tela de mi abrigo. Me dirigí al sanitario y lavé mis dientes, luego salí y acaricié a Giles para después vestirme y bajar al comedor.

Giles iba detrás de mí y juntos bajamos al comedor donde ya estaban todos esperándonos. Un demonio vestido como mesero me sirvió mi desayuno y agradecí en cuanto esto pasó; Ilay y yo siempre cruzábamos miradas en cuanto podíamos y en cuanto tenía la oportunidad, le daba un poco de mi desayuno a Giles.

Después de desayunar todos fuimos a nuestras habitaciones, yo e Ilay fuimos a la biblioteca del castillo, mientras que Calipso y Xanto fueron a explorar el castillo con mi madre.

- ¿Qué te gustaría leer? - pregunté a Ilay que estaba sentada en una banca cercana.

- Lo que gustes...¡Oh! ¿Tienes algo sobre nosotros... Sobre nuestro origen? - preguntó Ilay un tanto emocionada.

- Déjame ver - respondí y comencé a buscar un libro en los enormes estantes.

De repente, Ilay estaba volando junto a mí y le sonreí, pero ella se veía un tanto incómoda o preocupada.

- ¿Qué pasa? - pregunté descendiendo un poco y ella igual.

- Es sólo qué... Tengo miedo de nuestra relación, ¿sabes? Nadie en el reino quiere que nos relacionemos con demonios, por esa razón también hice mi programa de rehabilitación: yo sé que no todos son malos, pero quiero demostrarlo, quiero que todos vean que se equivocan al juzgarlos. Y mi padre nunca aceptaría lo nuestro... Él cree en mí, pero no le gustará nada saber que su hija se relaciona con un demonio - explicó Ilay casi al borde del llanto.

- Te entiendo... Mantendré mis impulsos demoníacos ocultos - dije abrazándola y ella rió.

- No será por mucho, solo hay que mantener un poco de distancia y ser discretos - explicó Ilay y me besó en la mejilla.

- Me parece bien - respondí dando un beso a ella igualmente en la mejilla - ¿Te parece si vamos a leer?

- Vamos - respondió y ambos volaron a la mesa en la que se encontraban.

Llegaron a la mesa y comenzaron a leer el libro: era un libro de pasta gruesa y de piel, con hojas de pergamino y varias ilustraciones escritas con tinta que se estaba desgastando. Me senté frente a Ilay y ambos comenzamos a leer.

- ¿Porqué no aceptan a los demonios?- pregunté algo decaído - No es por hacerte sentir mal.

- Supongo que por Luzbel: al ser expulsado, los demás ángeles, no confiaban en él por todo el caos que ocasionó. Desde ahí todos piensan que todos los demonios son iguales - explicó Ilay.

- Algo similar pasa aquí con los ángeles - dije pasando de hoja.

- ¿En serio?- preguntó Ilay algo risuella.

- Sí: lo expulsaron del cielo, y ven a los ángeles como unos traidores mentirosos que sólo ven por ellos mismos- dije e Ilay comenzó a reír.

- ¿Tan despiadados nos ven?- dijo Ilay y yo también comencé a reír.

- Sólo un poco - respondí y los dos reímos un poco más alto.

°.°.°.°.°.°.°.°

Ya era casi de noche y todos ya estabamos preparando nuestras cosas para regresar a la vida cotidiana en el cielo para la rehabilitación. Estaba en mi habitación preparado mi maleta mientras que Giles insistía en acariciarlo y finalmente cedí; me senté en la cama y Giles rápidamente subió a mis piernas y movió su cola de un lado a otro mientras le acariciaba su espalda escamosa.

- Te voy a extrañar pero será poco tiempo... - dije a Giles pero caí en cuenta de algo.

Si la rehabilitación funcionaba (cosa que veo muy factible) significaba que no volvería a ver a mi familia, ni a mis amigos que se quedaron aquí, ni a mi reino... Entonces tomé la decisión de despedirme de todos.

- Te voy a extrañar escamoso - dije volteándolo boca arriba y acariciando su barriga.

Me levanté y cerré la maleta y posteriormente fui a la habitación de mis padres. Ambos ya estaban listos para la cena y decidí hablar con ellos antes de cenar e irnos.

- Hola mamá, hola papá, quiero hablar con ustedes - dije sentándome en su cama mientras que mamá se ponía labial y mi padre acomodaba el cuello de su traje.

- ¿Es sobre Ilay y tú? - preguntó papá mirándome a través del reflejo del espejo.

- ¿Eh? ... Eh sí, de hecho. ¿Como supiste? - dije algo perturbado.

- ¿Olvidas mis poderes de leer la mente? - dijo con ritmo.

- Cierto, lo olvidé por completo - dije entre risas.

Mamá se sentó junto a mí en cuanto terminó de arreglarse y luego papá.

- Si eres feliz con ella nosotros también; haz lo que quieras hacer, se tú mismo hijo - dijo mi madre y me abrazó seguido de mi padre.

- Perdóname si alguna vez te hice sentir mal o te obligaba a ser algo que no eras pero... Eres mi hijo y quería el bien para ti, ahora veo que en realidad te hacía mal. Te amo hijo - habló papá sin separarse del abrazo.

- Yo también los amo - dije y me separé del abrazo- vayamos a cenar.

Los tres salimos de la habitación y nos dirigimos al comedor, donde ya estaban todos esperándonos. Todos cenamos muy cómodamente, mientras platicábamos, reíamos y demás cosas que nos hacían sentir bien. Luego de la cena fuimos por nuestras cosas y salimos del palacio: fuera de éste estaba el mismo carroaje en el que llegamos; el cochero comenzó a subir las cosas al carroaje y posteriormente comenzamos a subir nosotros.

- Los voy a extrañar - dije para despedirme de mis padres mientras todos los demás demonios se despidían de sus padres.

- Y nosotros a ti - dijo mi madre y me besó en la frente.

- Los veré pronto - dije sin dejar de abrazar a los dos.

- Por supuesto... - dijo papá y mamá se separó del abrazo- Pronto, ¿cierto?

Lo miré y supe a lo que se refería, el asintió con la cabeza y lo volví a abrazar.

- No te preocupes... Estaremos bien, todo estará bien - dijo mi padre y me separé para dar fin al abrazo.

Caminé hacia el carroaje y subí a él (ya todos estaban dentro y sólo faltaba yo), me senté junto a Ilay y el carroaje comenzó a avanzar para, por la ventanilla, ver a mis padres despedirse de mí con la mano.

Heaven and Hell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora