Narrador's POV:
De regreso al Heaven Town, Ilay seguía encerrada en su habitación junto con Xanto, ambos estaban buscando abrir las ventanas pero los guardias Querubines y Serafines ya habían bloqueado éstas con hielo. Xanto voló hacia la puerta y por una rendija, vio a los guardias en la habitación de los demonios y otros que pasaban de vez en cuando.
- No hay forma de salir, hay guardias por todas partes - dijo Xanto preocupado.
- Todas las ventanas están bloqueadas Xanto, nuestra última escapatoria es la puerta - dijo Ilay y pensó un poco.
- Puedes utilizar tus poderes para romper el hielo y salir, o para aturdir a los guardias - dijo Xanto algo pensativo.
- Tienes razón - respondió Ilay con una sonrisa.
Rápidamente sus manos se iluminaron por una luz azul que salía de las mismas: puso sus manos en el suelo y la luz de sus manos se transformó en unos enormes picos de hielo que facturaron el suelo. Varios de los guardias comenzaron a bajar y en el momento que el pedazo de concreto cayó en el suelo de la planta baja, Ilay rompió la puerta con uno de los picos, así uniendo los sonidos.
Rápidamente abrió la puerta de la habitación de los demonios, que, estúpidamente, dejaron con la llave puesta. Rápidamente salieron todos: las gemelas y Hamza.
- ¿Están bien? - preguntó Ilay y los tres asintieron con la cabeza.
Pasos se escucharon subiendo las escaleras; nuevamente Ilay utilizó sus poderes para hacer una pared de hielo que les impidió el paso a los guardias.
- Vesta, rompe la ventana - dijo Ilay señalando la ventana que estaba en medio de ambas habitaciones.
- Por supuesto - dijo Vesta y creó una esfera de energía la cual lanzó a a la ventana y la destrozó por completo.
Hamza salió primero y se transformó en un dragón de mediano tamaño: las gemelas subieron a su espalda y Xanto voló hasta donde estaban las gemelas, Ilay voló pero una cadena la jaló hacia adentro del palacio.
Varios guardias Serafines llegaron y con cadenas, apresaron a las gemelas, a Hamza y a Xanto (a los tres demonios con cadenas santas, las cuales los quemaban). El serafín que sostenía la cadena de Ilay la jaló y la tomó por el cuello.
- Llévala a la Habitación de Hielo - dijo Calipso y dio media vuelta.
- Déjalos libres Calipso, ellos no cometieron el error - suplicó Ilay.
- No puedo hacer eso hermana, también serán en encarcelados - respondió Calipso sería.
El serafín se llevó a Ilay a la habitación y la encerró en una jaula de picos de hielo. Y casi junto a ella a las gemelas, en otra a Hamza y en otra a Xanto, todos encadenados.
El serafín se fue y cerró la puerta de la habitación, casi en ese momento Ilay comenzó a usar su magia para intentar romper la jaula pero era inútil: el hielo de la habitación era sumamente resistente, solo un objeto relativamente fuerte o afilado sería capaz de romperlo.
- Detente - dijo Agni con esfuerzos.
- ¡No me voy a detener hasta que los libere! - gritó Ilay y su voz resonó por toda la habitación.
- Debes hacerlo... Si no, no habrá a quién liberar - dijo Vesta cansada y con la voz quebrada.
- No digan eso... Debo hacerlo, ustedes no merecen estar aquí, necesito salvarlos... Déjenme hacer esto por ustedes - dijo Ilay desesperada.
La puerta de la Habitación se abrió y bajó Calipso, aterrizó en el suelo suavemente y caminó hacia Ilay, abrió sus manos y las jaulas de las gemelas, Hamza y Xanto se alegaron.
- Bueno, es tiempo de decirte la verdad hermana - dijo Calipso y se sentó frente a Ilay.
- ¿La verdad? Yo solo quiero que me expliques que pasa - respondió Ilay algo molesta y confundida.
- Bueno lo que pasa es muy simple: no sabes identificar entre buenas y malas personas hermana. Lo malo no es siempre como parece, al igual que lo bueno; lo blanco no es sinónimo de bondad, ni el negro de maldad.
- Ve al grano - dijo Ilay molesta y desesperada.
- Me encanta cuando te enojas, eres tan... Tierna - dijo Calipso con tono burlón.
- Solo dime que pasa - dijo Ilay ya cabizbaja.
- ¿Crees que tus amigos demonios son malos?, ¿Crees que tu reino está lleno de bondad? Bueno, aquí la novedad Ilay: el pedazo de cristal era efectivamente de Cassandra y ese mismo veneno lo utilizamos para usar a Hamza en nuestro favor y papá está perdiendo su vida gracias a otro veneno que hizo Cassandra - explicó Calipso e Ilay se quedó atónita.
Era tanta impotencia y tanto sentimientos encontrados que Ilay comenzó a llorar, muy enojada, decepcionada y triste.
- ¿¡Como pudiste hacernos esto!?, ¡Todo nuestro amor, siempre hemos estado contigo... Siempre he estado contigo¡ - gritó Ilay golpeando el hielo.
- ¿Y cuando dijeron que no sería reina?, ¿Estuviste ahí?, ¿¡Estuviste!? Tantos años tú y papá me negaron, me decepcionaron y me hicieron sentir menos, me hicieron sentir una basura y ahora los haré sentir una verdadera mierda a ti y a todos los que no creyeron en mí - habló Calipso y se levantó del suelo.
- ¿Y mi amor?, ¿N-no valió nada? - dijo Ilay con el rostro empapado de lágrimas.
- No... Para mí es un amor que no interesa: un amor que yo concidero falso y forzoso, pues nunca me has amado - dijo Calipso fingiendo tristeza.
- Claro que no... Yo te amo, siempre te lo he demostrado, siempre he estado contigo Calipso - dijo Ilay llorando desesperada.
- Y cuando se trató de tu trono, no estuviste - dijo Calipso caminando hacia la entrada.
Calipso caminó hacia el centro de la habitación, justo de bajo de la entrada. Extendió sus alas y justo cuando iba a volar, Ilay habló.
- Perdóname - dijo Ilay tirada en el suelo, llorando, despeinada y extremadamente desesperada.
- No - respondió Calipso sin darle la cara.
- Deja de insistir Ilay, quiere que pienses eso, tú sabes bien que no es cierto. ¡Quiere hacerte sentir mal!- dijo Xanto desde su jaula.
- Ella tiene razón Xanto: siempre le dimos la espalda, nunca la apoyamos Xanto - dijo Ilay con la voz quebrada.
El suelo de hielo se abrió frente a Calipso y de un grieta salió Cassandra y en sus manos llevaba el Tridente de Luzbel; entonces ahí fue donde Ilay se dio cuenta de todo.
- ¿Sabes quién tiene razón Ilay? Xanto: eres tan fácil de manipular que creerías todo lo que yo te dijera, cualquier cosa que yo inventara te la creerías, cada mentira, cada palabra, cada sonido, todo absolutamente. Pensé que eras más inteligente y me das a pensar muchas cosas - explicó Calipso y tomó por la cintura a Cassandra.
Todo el cuerpo de Ilay se calentó, se llenó de ira y decepción y comenzó a golpear los picos de la jaula de hielo.
- Eres un ser miserable Calipso.
- La miserable eres tu hermana, solo mira donde estás; y yo, ja, solo mira donde estoy. Si me permites, tengo que dominar un reino - dijo Calipso y voló justo en el momento que salieron de la habitación, la puerta se cerró fuertemente.
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Heaven and Hell
Fantasy- Como primer decreto real quiero anunciar que haré un programa de rehabilitación para demonios en la cual los haremos volver a sus raíces. ¿Creen que es una idea loca? Ja, los demás ángeles lo piensan, pero yo no, yo se que es posible hacer que alg...