22. El Tridente

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Dries's POV:

Ya llevaba un buen tiempo volando; justo ahora acababa de llegar a Hell Town: todo se veía muy normal, pero algunas casas y edificios estaban destruidos. Aterricé en el centro de la ciudad: todo estaba vacío, algunas casas destruidas por unos picos de piedra negra y brillante.

Un ruido se escuchó dentro de una de las casas: era una diableza y su cría, ambos estaban heridos. Corrí a auxiliarlos.

- ¿Qué pasó aquí?- pregunté a la diableza.

- Alguien se llevó el Tridente de la reina y destruyó todo a su paso - dijo la demonio casi llorando.

- ¿Está en el castillo?- pregunté preocupado.

- No lo sabemos, creo que sí - respondió la demonio.

- Vayan a los Terrenos de los Dragones, ellos los resguardarán- dije y algunos demonios más salieron de las casas.

- Gracias su alteza - respondió la diableza y rápidamente ella junto con otros demonios fueron a donde les dije.

De nuevo emprendí el vuelo y aterricé frente a la puerta del palacio: todo se veía en orden, solo algunos ventanales estaban rotos. Caminé hacia la puerta y la jalé para abrirla, pero algo me lo impedía: seguí jalando hasta que de mis manos liberé unas llamaradas y pude abrir la puerta. Entré y caminé buscando a mis padres pero no había nadie, en su lugar, habían varios picos de piedra saliendo del piso y la puerta había sido bloqueada por uno de estos picos.

Caminé por el pasillo y escuché un ruido en la planta alta, subí rápidamente y todos los pasillos estaban repletos casi en su totalidad de estos picos. De nuevo escuché un ruido: el ruido provenía de la habitación de mis padres y rápidamente me dirigí ahí. Entré de golpe y ambos estaban capturados por esos picos.

- ¿¡Qué pasó aquí!?- dije rompiendo los picos con mis llamaradas.

- ¡Está aquí!, ¡Voltea!- dijo mi madre y rápidamente volteé.

La puerta se cerró y detrás de ésta estaba Cassandra, con el Tridente en sus manos y éste emanaba una resplandeciente luz verde limón.

- Lo sabía - dije atónito.

- Eres inteligente Dries, más de lo que aparentas - dijo Cassandra girando El tridente.

- Solo se analizar la situación. Y la verdad fue fácil comparado con lo bien que haces tus maldades, ¿Acaso hay algo que te distrae?- dije algo molesto y rápidamente ella me lanzó un rayo del tridente que me dejó atrapado en piedra negra.

- Eso es algo que a ti no te importa - dijo Cassandra acariciando el Tridente.

- Claro que me importa porque vas a perjudicar a ambos reinos - respondí forcejeando para salir.

- De hecho, los beneficiaría: imagina que ambos reinos se unan, tendremos muchos más recursos y nuestra tecnología crecería considerablemente - explicó ella algo emocionada.

- Este no es el modo. Ilay está haciendo todo lo posible para ayudarnos y...

- Ilay me interesa lo que que interesa tu vida y la de tus padres... Tan solo imaginac como será el reino sin monarcas.

Me hizo sentir tan molesto que todo mi cuerpo se encendió en llamas y con el calor rompí las rocas; en el reflejo vi como mis cuernos eran más grandes y mis ojos eran rojos. Tomé a Cassandra por el brazo y la levanté.

- Nunca te atrevas a amenazar a mi familia y a mí, de nuevo - dijo y la dejé caer haciendo que soltara el Tridente y este se puso completamente negro.

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