La tarde siguiente, durante uno de los pequeños descansos que podía tener, Marín tocó a mi puerta para decirme que me esperaban en la sala de juntas.
Su tono era serio así que no dude en hacer lo que me pedía.Todos estaban allí, incluida mi psicóloga Milena.
-Tenemos que hablar- me dijo ella muy seria, casi molesta.
-¿Que sucede?- pregunté.
Karen apoyo sus codos sobre la mesa y se inclinó hacia adelante con las manos unidas.
-Tú psicóloga nos ha informado que llevas dos semanas mintiéndole compulsivamente, eso es lo qué pasa.
Eso era lo último que hubiera esperado oír.
-¿Cómo?- dije haciéndome el desentendido.
-Lo qué oíste, Joaquín- dijo Emilio, obligándome a voltear a verlo- Has mentido, por lo que no se te considera estable para poder llevar acabo esta misión.
-¡¿Qué?!- dije elevando la voz- ¡No he mentido en nada!
-Llevó treinta años tratando pacientes con estrés postraumático, sé cuando un paciente no dice la verdad. Quería esperar un poco más para hablar con Karen, pero cuando Emilio me llamo esta mañana preocupado por ciertas actitudes tuyas...
Me giré para mirarlo.
-¿Emilio, cuál es tu puto problema?- Me voltee hacia los demás echando humo- No le hagan caso, él no quiere que trabaje con ustedes, él solo quiere...
-Protegerte, es exactamente lo que quiero- Me interrumpió al tiempo que se ponía de pie- Y eso también implica ayudarte cuando creo que no estas estable mentalmente...
-¿¡Me estás diciendo loco!?
-Lo qué Emilio trata de decir...- Interrumpió Milena- Es que no has aceptado lo qué pasó en casa de Derek, que no has contado toda la verdad y por lo tanto no eres fiable para una misión.
-¡No es cierto!
Justo en ese momento entró alguien más a la sala, sentí que el alma se me iba.
-He pedido hablar con el agente Royer...
-¿¡Que les has contado!?- Le grite a Roy.
-La verdad. Lo que tú y yo sabemos qué pasó...
-¡Cállate!
Mire a Emilio, muy serio y atento a lo que Roy decía.
-¿Y qué pasó, Roy?- Le pregunto Emilio con calma, aunque sus músculos tensos decían otra cosa.
-Eso es algo que Joaquín te contará cuando esté preparado, no antes ni después.
-Me pegaba ¿si?- dije cortando a Roy e intentando que no sacara aquello a la luz.
-Ya sabemos que te pegaba, Joaquín. Pero hay algo que no nos estás contando, algo que me ocultas, ¡Me estás volviendo loco!
-Emilio- interrumpido Milena con voz suave- Joaquín está en todo su derecho de decidir qué cuenta, a quién y cuando. No se puede obligar a una víctima a hablar, eso lo hará cuando esté listo. Tampoco puedo obligarte a que me lo digas a mi- me dijo- Pero te recuerdo que yo soy la persona que te trata, la que hará un informe sobre tu salud mental y tu capacidad para afrontar una misión.
Apreté los labios con fuerza, no quería echarme a llorar. Menos enfrente de todos los que ahora estaban convencidos que tenía un problema.
-Tienes una semana para presentarme el informe sobre él, Milena- dijo Karen levantando sus cosas para irse.
