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Me sorprendí al notar donde era mi fiesta. El plaza, el mismo lugar donde mi padre me vendió a Derek.

Recuerdo cuando le dije a Emilio que Derek me había comprado, jamás olvidaré la expresión de su rostro. Pero para ese momento, ni siquiera yo sabía lo literal de mis propias palabras.

Nos adentramos en el hotel, Derek se puso en medio, nos llevaba del brazo a mi hermana y a mi. No sé si sería capaz de aparentar algo toda la noche.

Fuimos hasta la azotea en el ascensor y cuando las puertas de este se abrieron, todos gritaron feliz cumpleaños.

Habían muchas caras conocidas, la mayoría de mi clase de economía estaban allí.
La fiesta tenía una decoración de todas mis películas favoritas. Supe al instante que había sido mi hermana la encargada de organizarla.

-Así conseguiremos que todos sean cinéfilos como nosotros- dijo Renata con una sonrisa.

-Y como yo.
Se me paró el corazón cuando escuché la voz de Diego. Al levantar la mirada, lo encontré frente a la barra, sonriéndome.

Sin pensarlo, fui hasta él y me abrió los brazos para recibirme. Me levanto del suelo y me hizo girar.

-No sabes cuanto te he extrañado- dije aguantando con todas mis fuerzas las ganas de no llorar.

Odie tener que separarme de Diego para saludar al resto de los invitados.

Niko y Ale, parloteaban lo guapo que era mi nuevo novio. El susodicho no me había quitado los ojos de encima mientras bebía una copa.

-¿A mi no me saludas?- oí decir a Azul a mis espaldas.

Me giré incrédulo.
Había regresado de Londres y estaba guapísima.
La abrace con todas mis fuerzas, y esta vez las lágrimas no se contuvieron.

-Tranquilo...- me dijo Azul sonriendo.

-¿Cómo estás, Azul?

-Muy bien, en verdad. Todo quedó en una anécdota que le contaré a mis nietos.

-Lo siento mucho...

-¿Por qué? Tu no me disparaste.

No no lo había hecho. Pero casi se sentía así, había sido por culpa de mi padre.

-Cariño...

Y allí estaba... su voz me congelo. Había tenido esperanzas que no viniera. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había asistido a un cumpleaños mío, y me sobraban dedos.

Me giré despacio.

-Feliz cumpleaños- dijo acercándose para abrazarme.

Me quede quieto entre sus brazos. La rabia ocupaba todos mis sentidos.

Cuando me soltó casi, casi pude ver culpabilidad en su rostro pero lo acuito pronto.

-¿Bailas conmigo?- dijo Diego a mi espalda.

Me giré agradecido por la interrupción y tome la mano que Diego me ofrecía.

Solo quería alejarme de él. Fuimos hasta la pista de baile y nos movimos al ritmo de la música.

-Cuéntame qué pasa- me dijo Diego al oído y vi a Derek mirándome fijamente al punto donde Diego tenía su mano puesta en mi -Dime que tienes.

Me aparte y retrocedí.

-No me pasa nada, ¿ok?

Diego me miro extrañado.

Le di la espalda y camine hasta Derek. Lo abrace y puse mi cabeza en su hombro.

Vendetta- Emiliaco. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora