-¿Y Emilio para quien trabaja?- pregunto con fingida calma.
-Para nadie- dije limpiando mis lágrimas- Solo es venganza por lo que me hiciste.
-Así que es un acto de amor- dijo con ironía.
-Dos millones y medio de dólares...- El precio seguía aumentando.
-¡Te he dicho la verdad!- No podía decirle la verdad, si se enteraba me mataría y a mi hermana la vendería.
-No, no lo has hecho- dijo al mismo tiempo que sacaba su teléfono. - Por ahora déjenla donde estaba, luego les aviso que hacer...- y colgó.
-¿¡A dónde la llevas!? - Grite mientras me levantaba y volvíamos por el pasillo- ¡Ella no tiene nada que ver con esto!
-Te dije que si no eras tú, sería ella- Contestó a la vez que entrábamos al despacho- Veo que a los Bondoni les gusta esto de recibir pero no dar nada a cambio. Tu padre por ejemplo, quiso jugármela y ahora lo mande al infierno... literalmente.
¿Qué? Oh, Dios...
-¿Lo mataste?- le pregunté desgarrado. Mi padre...
-Yo no lo mate... lo mande a matar que es diferente- me dijo soltándome sobre una silla- No fue sencillo eh... el hijo de puta tenía más seguridad que yo. Pero tu hermana fue la recompensa de un arduo trabajo.
Me lleve las manos a la cara e intente controlar el ataque que estaba sufriendo.
Mi padre estaba muerto...
Sabía que si vendía a mi hermana no la volvería a ver nunca...¿Dónde mierda estaba el FBI?
-Voy a explicarte que va a pasar- dijo sentándose en un sofá frente a mi- Vas a decirme para quien trabaja Emilio Osorio. Vas a darme la lista de nombres de las personas que están tras de mi y me vas a decirme cuál era el precioso Olán que tenían para acabar conmigo.
-Véte al infierno.
-El infierno es este, mi príncipe. ¿Y sabes una cosa? Yo soy el puto rey.
-Tú poco sutil intento de burlar mi seguridad, al que yo te di acceso por cierto, me demuestra que el imbecil del que te has enamorado es más idiota de lo que pensé.
Entonces se escuchó un estruendo a fuera del despacho.
Derek se levantó y me señaló con el dedo.
-No te muevas.
Luego saco la pistola y abrió la puerta.
-Señor, pillamos a este sujeto en el subsuelo. Mato a seis de nuestros hombres- oí decir a un hombre.
-Te voy a subir el sueldo por esto, Dorian- le dijo Derek al tipo- Entrenlo y sosténganlo.
Me levante en seguida cuando vi a Emilio. Lo traían con las muñecas atadas a la espalda.
-¡Emilio!- fui hasta él pero Derek me detuvo a medio camino.
-Quieto, muñeco- dijo contra mi oído y Emilio se removió entre los guardaespaldas.
-¡No lo toques hijo de puta!- gritó furioso.
-¿Que no lo toque?- dijo Derek acariciándome el rostro- Voy a hacer algo mucho mejor que tocarlo, Osorio- Me removí y me sujeto con más fuerza- Pero antes me voy a desahogar contigo- le dijo a Emilio.
Me apunto con la pistola y me ordenó que me sentara.
-Sujétenlo bien- le ordenó a los hombros fortachones que lo tenían.