11
Había un chico moreno, de pelo negro azulado y ojos violetas, una corona de estrellas oscuras reposaba sobre su cabeza y portaba unas alas de ángel de color negro con destellos azules, lo identifique de repente, era el chico que había visto en mi cuarto el otro día y también lo había visto en el bastión.
-Hola Ángel. – Saludo, su voz era una promesa de algo incierto, la muerte y el olvido era lo que parecía acercarse a él. - Me llamo Kilian - Hablo mientras me miraba, las sombras parecían bailar a su alrededor. -y tú eres Mateo
-¿Cómo sabes mi nombre? -Dije de forma firme, aunque estaba algo asustado.
-Te he estado observando - Se limitó a decir - y debo de admitir que para ser un neófito eres un poco... emm ¿cómo decirlo sin que suene mal...? venga... eres un poco demonio.
-¿Qué? -Dije extrañado. - No te comprendo chico
-Ya, es lógico que no me comprendas, no sabes mucho de esto, pero... haber, ¿Cómo empiezo...?
-¿Qué te parece por el principio? - Dije de forma irónica.
-A mí no me hablas de esa forma - Me reprendió con una voz que era una promesa de muerte. - Perdona, no quería asustarte, es sólo que debes de pensar cómo te diriges a mí. - Me dijo mientras caminaba por mi cuarto y se sentaba en mi cama.
-Está bien, - Hable sin prestar demasiada atención a lo que hacía y me preocupaba por que mis padres escuchasen algo.
-Tranquilo Kurik - Dijo el chico mientras me miraba, las estrellas parecían bailar en sus ojos violetas. - tus padres no van a escucharnos, eres el único despierto.
-¿Kurik? - Pregunte extrañado - ¿Qué significa Kurik? y ¿Cómo sabes que soy el único despierto?
-Es como nos decimos los demonios entre nosotros, las sombras me lo dicen, es por eso que sé que eres el único despierto.
-¿Hablas con las sombras? - Pregunte extrañado
-Las sombras y la oscuridad son mis amigas. - Dijo simplemente. - y deberás acostumbrarte a mi presencia, me veras muy seguido.
-¿Qué quieres decir? - Dije y cuando mire hacía el lugar en el que estaba Kilian sólo pude ver unas cuantas sombras y una pluma negra con destellos azul marino en ella.
-Maldita sea. - Susurre para mí mismo mientras me buscaba mi pijama - Donde se vuelva a meter a mis sueños lo mato.
Escuche una risa cuando termine de decir eso y luego la voz de Kilian diciendo:
-¿Estás seguro de eso? - Su voz nuevamente era una promesa de muerte.
-Emm, no lo decía enserio, sabes que no haría algo así. - Dije un poco nervioso por lo que me pudiese hacer.
-A veces eres bastante asustadizo Kurik.
-Con todo el perdón del mundo - Dije mirando a la nada - Eres insoportable.
-Mira quien habla. - Dijo y su voz sonó distante. - Debo irme, pero te molestare por la noche.
-¿Qué? ¿a qué? déjalo así - Termine por decir y me adentre en el baño para lavar mis dientes y ponerme el pijama. - Solo espero que me dejes dormir.
Al no recibir respuesta alguna decidí meterme por fin en la cama, en cuestión de segundos ya me encontraba dormido, esta vez no tuve ningún sueño extraño, pero aun así la voz de Kilian y la imagen de los dos pequeños bebés me persiguió durante toda la noche.
Era de mañana, me dirigía a casa de Izaro para ir a la prepa, era extraño, pero tenía el presentimiento de que ella haría todo lo posible para que no entrásemos a clases, divise a mi mejor amiga en la puerta de su casa hablando con unas personas que no logre reconocer desde la distancia, camine más rápido y les reconocí por fin, eran Sam y Drac.

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Un Ángel Caído.
FantasyJuntos en las tormentas. Juntos en las guerras. Juntos en las sombras. Juntos hasta el final