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Era de mañana y me estaba arreglando para ir a la prepa, quería pasar por Lili, quería pedirle disculpas por lo que había pasado ayer. Cuando termine de desayunar salí rumbo a casa de Lili, cuando llegue a está toque el timbre a lo que abrió Lili con una manzana a medio comer en la mano me miro y sonrío.
-Perdón - Fue lo único que se ocurrió decir - perdón, enserio no quería hacerte sentir mal no sé qué me paso... yo solo... ¿me perdonas? - Dije al ver el brillo de sus ojos, cuando no me contesto comencé a hablar de nuevo - yo... enserio no quería hacerte sentir mal, no me di cuenta de lo que estaba diciendo, enserio te pido perdón por... - no pude terminar porque ella me rodeo con los brazos y me abrazó cuando yo la abracé volví a sentir aquellas plumas en su espalda. Me separe de golpe.
-¿Pasa algo Mat? - Dijo ella cuando me separe, yo sólo la mire sin poder decir nada - has vuelto a sentir las plumas ¿verdad? - Yo sólo atiné a asentir y ella me sonrió, pero de repente su sonrisa se borró, sentí calor en mi espalda, pero lo atribuí al sol que me estaba pegando en esta, ella volvió a abrazarme sin decir nada y sentí un fuerte dolor en los omoplatos, la parte donde el hombro se une a las costillas. Lili me pego más a ella mientras ese dolor se iba desvaneciendo, puedo jurar que cuando el dolor estaba en su punto máximo se me aclaro la visión y vi claramente una corona de estrellas en su cabeza y unas lindas alas de color entre café y dorado detrás de ella, hechas de plumas, cuando iba a hablar me desmayé.
Desperté en una cama que no era la mía porque no estaba en mi cuarto, estaba en un cuarto que sentía que conocía pero que no recordaba, cuando me senté, escuche una voz que se acercaba por las escaleras, era mi tía Valen, la madre de Lili, a quien yo tenía la mala costumbre de llamar tía, seguida de la voz de mi madre que hablaba con cierta preocupación, supe de pronto de quien era el cuarto, era de Lili, pero ¿qué hacía yo ahí?, ¿por qué no estaba en la prepa?, note de repente la música que había en el cuarto, era como si yo estuviera en otro lugar, venía de un pequeño reproductor de música que tenía Lili, el cual le había regalado mi padre cuando cumplió 8 años, tenía varias piezas de música inspiradas en fantasía tal como le gustaba a ella, la puerta se abrió y me sobresalte.
-Has despertado ya hijo - Dijo mi tía valen cuando me miro - ¿te sientes mal todavía?
-¿Qué ha pasado? - Hable cuando mi tía me toco la frente.
-Parece que ya no tiene fiebre - Dijo mi tía y después me miro - te has desmayado en la puerta, Lili te ha metido a la casa, dice que te has quejado de un dolor en la espalda y que después te has desmayado, estabas ardiendo en fiebre Mateo.
-¿Dónde está Lili? - Hable por fin después de unos minutos de silencio.
-Ha ido a la prepa, se quería quedar aquí pero no la he dejado, alguien tendría que avisarles a los profes por qué has faltado.
-Valen, muchas gracias avisarme lo de Mateo y gracias por dejarlo quedarse aquí en estas horas - Hablo mi madre mirando a su amiga.
-No hay problema Koala - Dijo mi tía mirando a mi madre. Desde que yo tenía memoria ellas siempre se habían dicho así, era como un apodo cariñoso que se tenían, mi madre le decía a mi tía Valen y mi tía le decía a mi madre Koala, del mismo modo mi tía le decía a mi padre mosquetero y mi madre le decía a mi tío (el padre de Lili) guitarrista, ya que cuando eran jóvenes, según mi tía Valen mi madre dormía mucho y le gustaban los koalas, mi padre se disfrazó un día de mosquetero y se le declaro a mi madre y mi tío Michel tocaba mucho la guitarra.
-¿Puedo ir a la prepa? - Hable intentando levantarme de la cama, pero me quede a medio movimiento cuando la puerta se abrió dejándome ver a Lili quien de inmediato dejó sus cosas en el suelo y corrió a abrazarme.
-Me disté un susto de muerte, tonto - Dijo ella mientras me tenía abrazado por el cuello y estaba sentada a mi lado en la cama, cuando la volví a abrazar pude sentir esas plumas con claridad en su espalda, me iba a separar, pero ella no me dejo - has como que no sientes nada - Me susurro.
-Bueno, nosotras los dejamos solos - Dijo mi madre mientras jalaba a mi tía para que se fueran, cuando la puerta se cerró me separe de Lili.
-¿Qué fue lo que pasó en la mañana? - Dije mientras la miraba - y quiero saber la verdad. - Cuando termine de decir eso ella bajo la mirada de tal forma que note que se sentía culpable.
-No puedo decírtelo - Dijo cuando notó que no le quitaba la mirada de encima - necesito primero pedir permiso a mi superior para poder decírtelo, si no estaré en graves problemas.
-¿Superior? - Dije más que extrañado - ¿problemas?, ¿de qué estás hablando? no te entiendo.
-No puedo decírtelo, sólo no me presiones, me siento mal cuando no puedo decirte las cosas porque siento que te estoy escondiendo otra cosa más.
-¿Otra cosa más? - Dije cuando ella termino de hablar - ¿me estás escondiendo algo? - Comente dolido.
-No puedo contártelo - Dijo ella con lágrimas en los ojos - pero pronto podré hacerlo te has vuelto uno de los nuestros y. - se quedó callada durante unos momentos y después me miro - lo lamento no debí de decir eso... yo no... simplemente no debí decirlo perdón.
-Mateo - Dijo mi madre desde la parte de abajo - hijo ya nos vamos.
-Voy - conteste y me levante de la cama - Tengo que irme pequeña - Dije dándole un beso en la frente como solíamos hacer cuando nos despedíamos con cierta tristeza.
-Mat - Dijo cuando yo ya había tomado mi suéter - me puedes prometer que hoy en la noche te acostaras de costado sin que tu espalda toqué el colchón - Me pidió con cierta preocupación a lo que yo asentí confundido - gracias.
-¿Por qué quieres que duerma así? - Dije de repente percatándome de su comentario.
-Mateo, apurate hijo - Dijo mi madre.
-Ya voy - Dije y cuando voltee a ver a Lili me quede sorprendido aquella corona de estrellas había vuelto a aparecer junto con las alas que había visto en la mañana y cuando parpadee y la volví a ver ella estaba normal.
-Anda, ve antes de que te regañen - Dijo y me abrazo paso lo mismo volví a sentir aquellas plumas entre mis dedos y cuando me separé de ella de alguna forma supe que aquel tacto de plumas tan extraño era real, pero me negué a aceptarlo.
Cuando llegué a mi casa fui a dormirme y por fin después de un tiempo dormí tranquilo, aun así, la imagen me persiguió en sueños, una linda chica con una corona de estrellas y unas alas de ángel entre marrones y doradas.

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Un Ángel Caído.
FantasíaJuntos en las tormentas. Juntos en las guerras. Juntos en las sombras. Juntos hasta el final