Mire por última vez a mis padres, hace cinco minutos que nos estábamos despidiendo, nadie había dicho nada de la historia de Sam e Izaro, todo había sido muy rápido, ahora estába en el patio de mi casa apunto de dejar mi vida para tomar otra, extrañaría todo, pero tenía que hacerlo.
- Vamos es hora, - la voz de Izaro me sacó de mis pensamientos. - volveremos. - dijo cuando vio que no quería irme.
Me limite a asentir y tomar la mano que me ofrecía mi amiga, diriji una última mirada a mi familia y, sin decir nada más, me eleve en el aire junto a los tres ángeles que estaban conmigo, mi familia nos decía adiós con la mano y yo no pude evitar continuar el gesto. Vi como mi casa y mi familia desaparecía mientras yo me elevaba en el aire, después logré sentir un par de cuerpo a mis costados.
- Es duro, pero en cuanto esto termine los volverás a ver. - me dijo Drac poniendo una mano en mi hombro como apoyo. Instintivamente busque a Izaro con la mirada, no encontré a nadie, antes de preguntar Drac dijo. - Quiere estar sola, nos alcanzará en Zariya.
Yo me limite a asentir y comenzar a nivelarme con los chicos, quienes me retaron a seguirles el rimo, minutos después los tres estábamos enfrascados en una carrera de todos contra todos. Media hora después el clima comenzó a cambiar a un clima muy frío, pude avistar a lo lejos una ciudad muy linda, llena de luz y edificios muy bonitos.
- ¡Bienvenido a Zariya! - dijo Sam mirando la ciudad.
- Es muy linda. - dije admirando la ciudad.
- En realidad es una de las ciudades más lindas que verás en tu vida. - continuó Drac.
- ¿A donde vamos entonces? - pregunté mirando al par de chicos que miraban la ciudad.
- Al taller de Otsana. - dijo Drac mientras me jalaba hacia un lado.
- ¿Quién es Otsana? - pregunté extrañado.
- Es una amiga, - dijo Sam mirandome. - bueno, en realidad es más amiga de Izaro, se conocen desde hace mucho.
- ¿Cómo sabrá Izaro que estamos ahí? - les dije confundido.
- Es el lugar en el que siempre nos reunimos cuando venimos hacia acá. - dijo Sam mientras reía.
Asentí en respuesta y comence a seguirlos, no pasó mucho para que yo pudiese divisar a otros ángeles, alumnos del Bastión y guardias de este según me explicaron Sam y Drac además de otras criaturas que estaban de parte de los demonios.
- Zariya es un lugar de reunión, uno de los puntos neutros entre ángeles y demonios, aquí puedes ver criaturas buenas y malas, ángeles mestizos y demonios como tal. - Me explico Drac. - aunque suelen venir más los demonios jóvenes, o los que están en el Ile Odi, es muy extraño toparse con algún demonio que sea criatura.
- Cuando eso pasa, nosotros nos encargamos de ellos, no los matamos pero si les damos la advertencia de que se vallan para que no causn problemas. - completo Sam.
- Entiendo. - les dije. - ¿es aqui? - pregunté al ver que nos de teníamos en frente de una puerta negra, el lugar en el que estábamos estaba oscuro pero seguía desprendiendo mucho calor.
- Bienvenido al sector de forjas. - dijo Sam entusiasmado. - aqui es donde se crean nuestras armas.
- Y este es el taller de Otsana. - dijo Drac tocandola puerta.
Tocó tres veces seguidas, luego dos y por último cuatro, segundos después la puerta se abrió dejando ver a una chica morena, de pelo negro y ojos carmesí, quien, sin decirnos nada, dio media vuelta y se internó dentro de su taller.
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Un Ángel Caído.
FantasyJuntos en las tormentas. Juntos en las guerras. Juntos en las sombras. Juntos hasta el final