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La extraña nota estaba escrita con mucha rapidez, me quedé sorprendido ya que la letra no era de nadie de mi familia, la forma de escribir era extraña y al mismo tiempo muy formal, como si la persona no quisiera sonar irrespetuosa en el momento en que yo la leyera. La nota, con una pluma negra, decía:

Mateo:

Lamento mucho no poder decirte esto de otra forma, pero tienes que saber que tú no eres normal, ellos harán todo lo posible para que no te enteres de esto, intentarán hacer que tú poder disminuya de la peor manera posible, eso te afectará mucho, ¡No dejes que te encierren en el bastión! Tal vez ya sea tarde para que te niegues al entrenamiento, pero por nada del mundo creas en lo que te digan. Eres especial y ellos te temerán en cuanto empiece tu cambio, no podré ir a verte en mucho tiempo, las relaciones se están tensando y ya no tenemos la libertad de estar en un lugar neutro, debes de tener cuidado, no confíes en nadie, no dejes que te cieguen con sus palabras, intentaremos sacarte de ahí lo más pronto posible, ten cuidado.

Atte.: Kilian.

Su nota me dejo extrañado, ¿A qué cambio se refería? ya sabía que no era normal, pero ¿podría ser más anormal entre los ángeles? y ¿de qué temerían? o ¿por qué tendrían que temerme? ¿Quiénes querían sacarme del bastión? ¿por qué querrían encerarme allí? no entendía mucho a lo que se refería, pero estaba claro algo, tenía que buscar respuestas. Un pequeño golpe en la ventana hizo que me sobresaltara, descubrí que había sido Sam quien había tocado mi ventana, estaba parado en el balcón de la terraza y me hacía señas para que le abriera la puerta, la nota que tenía en las manos comenzó a quemarme. me le quede viendo un momento, su contenido había cambiado, ahora sólo tenía dos cortas y extrañas frases:

Guarda esto, que nadie la vea. Me pondré en contacto contigo por esta nota.

Decidí hacerle caso, la guardé en el bolsillo de mi pantalón y después de eso le abrí la puerta de la terraza a Sam.

-¿No te has cambiado todavía rapaz? - Dijo él una vez estuvimos dentro de mi cuarto.

-La verdad es que no - Dije mientras le miraba. - me he quedado pensando en lo de esta noche y has llegado tú.

-Se nota que estas distraído - Dijo mientras soltaba una risita - has tarado un poco en abrirme.

-Ya, lamento eso - Dije mientras tomaba mi ropa y me acercaba al baño - me iré a cambiar y nos vamos ¿vale? - Dije mirándole

-Vale, te espero aquí rapaz. - Dijo mientras se acostaba en mi cama.

Me introduje en el baño mientras miraba la nota que había sacado de mi bolsillo, la guardé en la alcancía que tenía en uno de los cajones de baño. Minutos después, una vez que me había cambiado y peinado un poco salí del baño mientras miraba que Sam veía con curiosidad los dibujos que había estado garabateando en las paredes de mi cuarto, había pensado en pintar un mural con las imágenes que había visto en el "sueño" que me había mostrado Kilian, así que había empezado a dibujar las imágenes que más recordaba en las paredes.

-¿Nos vamos ya? - Pregunte haciendo que él se sobresaltara.

-No entiendo porque si ya te había sentido llegar me he sobresaltado - Dijo mientras reía - ¿los has dibujado tú? - Pregunto mirándome curioso.

-Emm... si... sí, los he dibujado yo - Dije un poco incómodo, por alguna razón sabia que él se enojaría si se enteraba de lo sueños que me había mostrado Kilian. - ¿por qué la pregunta?

-Nada más, me parecen muy lindos y detallados.

-Ah ¿gracias? - Dije sin saber cómo contestar a eso.

Un Ángel Caído.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora