Un Ángel Caído.

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Caminaba rumbo a casa de Izaro mientras pensaba en lo que había visto, aquel chico tan extraño, me daba la sensación de que fue él el que me mostró todo lo que vi en mis sueños, o en lo que creo que eran mis sueños, porque si soy sincero, en realidad pienso que lo que vi en la noche no fueron mis sueños si no que era algo así como un recuerdo que no era ni mío ni del chico, bueno, eso es dando por hecho que el chico sea el pequeño niño o bebé que vi por la noche.

-Hey, Mat - Escuche decir a Izaro - ¿cómo estás? ¿has pasado una buena noche?

-Si, - Le dije - ¿Y tú? ¿Qué tal la guardia nocturna?

-Ha estado todo relajado, pero ¿por qué la pregunta rapaz?

-¿Rapaz? - Dije intentando recordar de donde había escuchado esa palabra - ¿Qué significa rapaz?

-Rapaz es como los ángeles decimos a los neófitos o como nos decimos entre nosotros.

-He escuchado esa palabra antes - Dije mientras la miraba.

-Seguro que te la ha dicho Sam.

-¿Ese es su verdadero nombre?

-No, su verdadero nombre es Arnau Zigor - Dijo mientras me miraba.

-¿Arnau Zigor? - Dije sorprendido - ¿Y qué significa?

-Pues yo tengo entendido que Arnau significa Veloz como el Halcón y Zigor es algo así como persona misteriosa.

-Vaya - Dije mientras abría mi casillero.

-¿Qué haces? ¿Por qué sacas tus libros?

-Pues porque tenemos clases - Dije con tono obvio.

-Y ¿Quién dejo que entraríamos a clases?

-Emm pues se supone que eso se hace en la escuela - Dije mientras cerraba mi casillero, el brillo que veía en sus ojos era extraño.

-En realidad, hemos venido para hacer guardia - Dijo Izaro - y para comenzar a entrenarte.

-¿A entrenarme? - Dije sorprendido - No lo dirás enserio.

-Será mejor que entrenes un poco antes de entrar en el Bastión.

-Entonces nos saltaremos las clases.

-Si - Dijo ella con tono infantil - algo así.

-Vale - Dije aceptando su propuesta.

-Bueno, entonces vamos - Dijo ella mientras me tomaba de la mano.

-¿A dónde vamos?

-A la azotea, - Dijo ella -nadie nos vera así que pues vamos.

Tomé su mano y al hacerlo volvió a pasar lo de ayer, el mundo se redujo a un borrón de colores, me comenzó a fallar el aire y estuve a punto de desmayarme, aparecimos en la azotea.

-Sigo sin saber cómo haces eso - Dije cuando recuperé la respiración.

-Eso no importa - Dijo ella - debemos de ponernos a entrenar, ya después te enseñare a cómo hacerlo.

Sin más que decir ella volvió a mostrarme sus alas mientras que yo la miraba.

-¿En dónde vamos a entrenar? me atreví a preguntarle.

-Aquí en ella azotea - Dijo ella de forma obvia.

-¿Y si me caigo? – Pregunte asustado.

-No te caerás - Dijo ella tranquilamente.

-¿Estás segura? – Dije un poco más tranquilo.

-Totalmente - Dijo ella.

-Bueno pues comencemos - Dije un poco emocionado y al mismo tiempo lleno de terror.