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Aparecimos en el parque, aunque este seguía bastante solo, y era obvio que estaría solo, eran apenas las 8:10 a. m.

- ¿Estás bien? -me pregunto Kilian al ver que me quedaba callado.

- Si, si tranquilo- dije mientras le daba una vuelta al parque.

- ¿Para qué querías venir aquí?

- Para ver a una persona.

- Entonces te dejo sólo, porque ahí viene la persona a la que querías ver. - Dijo mientras señalaba a Izaro quien venía caminando hacia nosotros con cara de pocos amigos. -Yo me evito problemas, adiós. - Soltó antes de desaparecer.

- ¡Mateo! - me grito Izaro mientras echaba a correr hacía mi - ¿Se puede saber qué hacías con un demonio?

- Me he encontrado con él cuando venía para acá- le mentí

-Dioses -dijo mientras me miraba- ¿Por qué hueles tan mal? -me pregunto mientras hacía una mueca de asco.

- A qué te refieres- le pregunte nervioso -Yo no huelo nada.

- ¡Dios Mateo! -exclamo ella exasperada -tienes impregnado el olor de un demonio encima.

- ¿Qué quieres decir con eso? -pregunte haciéndome el desentendido.

- Omugo, no me quieras hacer creer que no sabes de lo que te estoy hablando, ¿Cuánto tiempo hace que conoces al demonio con el que estabas?

- ¿Omugo? ¿Qué es eso? -le pregunte extrañado ante la mención de la palabra.

- Es idiota en el lenguaje del linaje mestizo. - dijo sin mirarme.

- Ese es el linaje al que tu perteneces ¿no es cierto? -le espete sin más rodeos.

- ¿Cómo sabes eso? -me pregunto con preocupación en su voz.

- Me lo han dicho todo, eres del linaje mestizo, al igual que eres una de las Shadow más poderosas que existen en el mundo, eres la Shadow más poderosa de los últimos cinco siglos... -me calle al ver su cara de preocupación.

- ¿Quién te ha dicho todo eso? -pregunto mientras me miraba con temor.

- Alguien que no conoces... -le dije mientras caminaba hacia ella, estaba pálida, en sus ojos reinaba el terror y cualquier pizca de alegría se había esfumado de su cuerpo, en su lugar sólo quedaba una tristeza increíble. - ¿Estás bien pequeña? -le pregunté cuando vi que se le cristalizaban sus ojitos.

- Si... es solo que... -no terminó la oración antes de lanzarse a abrazarme. -No te quiero perder.

- ¿Por qué tendrías que perderme? -le pregunte extrañado.

- Porque todos los ángeles y demonios les temen a los que pertenecen al linaje mestizo.

- Yo no te tengo miedo, eres una gran persona y sobre todo eres mi mejor amiga. - le dije sonriente.

- Te adoro. -dijo y se lanzó a abrazarme.

- Respecto a eso. - dije cuando nos separamos del abrazo - debo se preguntarte algo.

- Antes de todo, tenemos guardia en el centro comercial, vamos antes de que se haga tarde. - dijo y me tomo de la mano. el mundo volvió a desaparecer en un borrón de colores, se me fue el aire y después de eso aparecimos en el centro comercial.

- Deberías de avisarme cuando vayas a hacer eso. - me queje mientras llevaba una mano a mi estómago.

- Perdona, estoy acostumbrada a hacer esto muy seguido y Sam y Drac ya se han acostumbrado a estos cambios. -dijo y se arrodillo a mi lado, yo estaba hincado en el suelo intentando recuperar el aire. - te sientes muy mal, ¿bajo a comprarte algo?, ¿un agua? ¿un chocolate?

Un Ángel Caído.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora