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- Felicidades. - dijo Izaro mientras me abrazaba.

- Serás un increíble Illusion. - me aseguro Otsana.

- Dejando de lado las felicitaciones, - dijo Drac. - ya se nos ha hacho tarde, debemos irnos.

- Elijo mis regalos y nos vamos. - dijo Izaro.

Sin decir nada más los cinco nos encaminamos directos al lugar donde Otsana nos había dirigido antes. Al entrar me sorprendí al ver todas las armas que estaban en la sala. Eran miles, y todas brillaban con un tono azul y morado.

- Están hechas de obsidia mágica. - dijo Izaro mientras las miraba.

- Sabía que te gustarían, por lo que son mi regalo de cumpleaños. - dijo Otsana sonriendo.

- Eso es muy caro - dijo Izaro mientras miraba las armas sorprendida. - No puedo aceptarlo como un regalo, es seguro que gastaste mucho para conseguir el material y...

- Nada, - la interrumpió Otsana. - esto es tuyo y punto.

- No puedo aceptarlo... Esto... Es muy caro, por lo menos dejame pagarte algo... - replicó mi amiga.

-  No, es no. - dijo la peli negra mirando a la castaña.

- Acabas de hecha a perder nuestro regalo. - dijo Drac.

- En realidad su regalo puede ser eso. - dijo Otsana señalando una armadura.

Era de color negro con algunos toques azules y morados como los de las armas, era hermosa, tenía diseños de alas en los hombros, grabados de símbolos extraños varias partes de la armadura, resaltaba partes plateadas y doradas en algunos bordes, tenía huecos que supuse que eran para las armas, y parecía estar salpicado de estrellas azules.

- Dioses... - dijo Izaro mientras miraba la armadura.

- Cuánto por ella. - se apresuró a decir Sam, Drac e Izaro le miraron. - nome vean así, no pienso dejar a Iz sin un regalo.

- Sam tiene razón, ¿cuanto por esa armadura? - dijo Drac mirando a Otsana.

- Trescientas lunas. - dijo Otsana, los chicos a sintieron.

- Chicos, no tienen porque comprarme eso...

- Calla, es tu regalo de cumpleaños. - dijeron los dos al unísono.

- Ve a probatela, te enseñaré como funciona. - dijo Otsana felizmente.

- Te voy a odiar de verdad. - se quejo mi mejor amiga, recibiendo una mirada fulminante por parte de Otsana. - Vale ya voy. - dijo y se introdujo en un pequeño cuarto que estaba en la sala. 

Los chicos le entregaron unas monedas plateadas con el símbolo de un par de alas curzdas a la chica que estaba viendo las armas, ella asintió y les sonrió un poco. Después de eso Drac se dedico a mirar algunas de las armas, Sam se acercó a la pared un donde yo estaba recargado y se coloco a mí lado, Otsana sin embargo se encargo de acariciar a Ayax, quien se había tumbado ceca de la puerta y había estado alerta desde que llegamos a la sala.

- Estoy lista. - dijo Izaro saliendo de la pequeña sala.

La mire detenidamente, la armadura le quedaba increíble, estaba claro que había sido hecha para ella en particular. Otsana sonrió orgullosa de su creación y se acercó a Izaro.

- Está reforzada específicamente en los lugares más importantes, al ser de odsidia mágica sólo coloque cota de malla en ciertas partes, por ejemplo en los tendones, además de un poco de piedra de luna en el corazón. - dijo sonriendo con emoción.

Un Ángel Caído.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora