Un Ángel Caído.

26

- Hey Kurik, no vas a hacerme caso. - dijo Kilian hacercandose a mi.

- Planeas contestarme. - me espetó Izaro enojada.

- Me ha ayudado en algo. - le dije seco y mire a Kilian. - pensaba que ya no nos veríamos.

- Pues me estarás viendo seguido dentro de poco. - dijo él mientras se sentaba a mí lado en las escaleras. - Le he contado a los chicos sobre ti y al parecer les agradas. - dijo riendo.

- Eso es bueno. - conteste alegre. - solo hay un problema.

- ¿Cual? ¿Ya te han dicho que somos una mala compañía por ser demonios? - dijo mirando con odio a Izaro.

- Puedes irte al diablo Rod - le espetó la castaña fríamente.

- Lo mismo digo Aledis. - dijo él de la misma forma.

- Me refería a que no me los has presentado. - dije mientras le daba un codazo a Kilian.

- Eso no es problema. - contestó el riendo. - ¡HEY CHICOS VENGAN! - grito haciendo señas a un grupo de chicos que había visto antes.

Los muchachos corrieron hacia nosotros y me saludaron con la mano. Kilian los presento.

- Supongo que ya conoces a Ragnar. - dijo Kilian. - lo has visto esta mañana en la plaza. - al escuchar eso Izaro miró al morocho que Kilian señalaba.

- Hola Mateo. - me dijo Ragnar de forma cortes. - Hola Izaro. - dijo tomando la mano de la castaña y depositando un beso en esta, logrando que mi amiga se sonrojase.

- Ragnar. - se limitó a decir.

- El es Kenric. - dijo Kilian presentando a un chico pelirrojo con pecas y ojos cafés.

- Un gusto. - contestó el dándome la mano, la cual estreche.

- El es Axzen. - dijo y un chico de cabello rubio castaño lacio, piel blanca, ojos verdes y algo alto asintió en mi dirección.

- Y yo Ayden. - dijo un chico alto, un poco moreno, pelo rizado de color castaño y ojos negros mientras hacía un paso de baile muy chistoso. - soy gemelo de Axzen por cierto.

- Y aunque no nos parecemos somos muy iguales en cuestión de personalidad. - dijo Axzen riendo.

- Ten cuidado con estos dos, son unos bromistas y unos grandes guerreros. - me advirtió Kilian.

- Y ten cuidado con Kilian que así como lleva matemáticas tendrás que hacerle la tarea entera. - dijo Kenric riendo.

- Qué chistoso. - le dijo Kilian con sarcasmo.

- No te enfades Kurik, disfruta tu cumpleaños número dieciseis, que dentro de poco nos separamos de nuevo no nos vemos en mucho tiempo. - dijo Axzen mirando a Kilian con una sonrisa. - Hey ¿qué pasa? - dijo cuando vio que este ya no sonreía.

- Me gustaría saber donde está. - dijo él pensativo.

- ¿Cómo estás tan seguro de que sigue viva después de tanto tiempo? - preguntó Ragnar dejando de mirar a Izaro.

- No lo sé, sólo se que sigue viva, y me gustaría estar ahí con ella en nuestro cumpleaños. - dijo él melancólico.

- ¿De quién hablas? - me atraví a preguntar.

- De mi hermana, - dijo el con tristeza. - según Mirt tengo una hermana, pero no le conozco porque nos separaron a nacer, yo me quedé con los demonios y ella con los ángeles...

- Eso es una vieja historia. - dijo Izaro con brusquedad. - estas hablando de los herederos del linaje mestizo, el heredero está muerto...

- No está muerto... - dijo Kilian mientras miraba a Izaro con odio. - Y tampoco lo está la heredera.

- Deja de creer en cuentos y abre los ojos Rod, es imposible que alguno de ellos esté vivo, hubiesen reclamado su puesto desde hace años, y ninguno lo ha hecho.

- ¿Qué tal si no saben que son los herederos? Además ¿Por qué te metes si no sabes de quien habalo?

- Estas hablando de una historia absurda, es un cuento para dormír y punto - dijo ella enojada

- ¡ESTOY HABLANDO DE MI HERMANA! ¡ NO ES MI CULPA QUE TU HERMANO ESTE MUERTO, SUPERALO YA DEMONIOS! - grito Kilian mientras miraba a Izaro enojado.

- ¡Kilian! - grito Ragnar reprendiendo a su amigo.

- Lo siento... Yo...

- Dejalo así Kurik, necesitas descansar un poco. - dijo Ragnar mientras le sonreía.

Izaro miraba el edificio por el cual Drac y Sam habían desaparecido, su cara había cambiado, parecía triste y enojada al mismo tiempo, no dijo nada y Ayax gruñó cuando Kilian intentó acercarse a su dueña.

- Yo, no quería hacerte sentir mal, solo que, estoy cansado y también estoy enojado comigo mismo por no haber deducido que...

- Dejalo ya Rod. - dijo ella fría.

- Solo quiero que...

- Dejala. - dijo la voz de Drac en advertencia.

Repare en qué mi amiga estaba precionando un pequeño medallon que tenía el mismo grabado que habia visto dibujado en su escudo, lo sostenía entre sus dedos y este estaba cerca de uno de los broches en los que Otsana había estado trabajando, el medallon parecía estar pegado a la armadura, me di cuenta de que funcionaba como un broche. Me quedé extrañado, no entendía que demonios era ese broche.

- ¿Qué no has escuchado? He dicho que la dejes. - volvió a repetir Drac con una advertencia en la voz.

- Kilian mejor vamos, tenemos que llegar a casa antes de que sea más tarde. - dijo Ayden mientras tomaba a Kilian por un brazo.

- Nos vemos luego Mateo. - dijo Kilian un poco más relajado.

- Adiós chicos. - dije sonriendo.

Sentí la mirada de Sam y Drac sobre mi pidiendo una explicación, simplemente me alse de hombros y los mire, Izaro tenía una lagrima en la megilla y cuando intende acercarme Ayax me gruñó.

- Los alcanzó en el Bastión. - dijo mi amiga y se fue caminando sin esperar respuesta.

- ¿Tiene un hermano? - le pregunté a los chicos.

- Eso a ti no te incumbe. - me dijo Drac enojado. - Vamos debemos ir al Bastión. En cuanto Orson se entere de esto nos mata.

- De seguro que ya se ha enterado, no se le escapa nada y este lugar es muy público. - dijo Sam mientras miraba  a nuestro alrededor. - Mejor nos vamos.

Sin decir nada más los dos se elevaron en el aire sin previo aviso, les seguí extrañado por su actitud, comprendía que estuviesen enojados porque me llevara bien con los demonios, pero no entendía porque no querían contarme del supuesto hermano de Izaro. Sin preguntar nada más los seguí al bastion, dejé que el aire nocturno me librarse de pensamientos la cabeza y disfrute de la vista hasta que llegamos al Bastión, al entrar pude divisar a Orson y a Vikram esperándonos en el patio.

- Se han enterado ya. - dijeron Sam y Drac al unísono antes de dirigirse hacia ellos.