La luz era como la estrella que guiaba a los perdidos en el alta mar o en medio de un desierto. Caminé hacia ella y no me detuve, salvo calzar mis tenis y continuar sin lastimar más las plantas de los pies. Recuerdo que algo atravesó mi cuerpo, una expansión de energía que debilitó mis músculos, pero no lo suficiente para perder el equilibrio. Y me di cuenta, que no había más luminiscencia por seguir.
Al fin, estaba ahí para corroborarlo. Y era real: Los oscuros árboles estaban ahí, tan altos y enlazados en forma de cruz. Las plantas vivían en la noche y la luna parecía concentrar su energía lumínica allí. Y sólo faltaba ella. Y no tardó, y fue más intenso de lo recordaba de mi visión, pues se manifestó como lo haría un ángel: con un halo de esperanza celestial, que incluso, lo creí un instante. Qué estúpido. Aunque tuviera el aspecto nacido de uno, su alma era la de un demonio.
Había sentido el frío miedo, angustia y hasta terror, por llegar hasta ella. Sacrificado mi vida, afectando a las personas que quería...
Y eso era suficiente para no dar marcha atrás y enfrentarla, a riesgo de un cruel castigo como lo haría un dios.
Daiah jugueteaba con uno de sus infinitos rizos de oro antes de levantar la mirada y hacer contacto con la mía. Avanzó, recogiendo un puño del vestido del color a la pureza como una novia. Toda escena se regía igual a mi visión.
— Noches atrás...
— Llevas escuchando mis llamadas. Y aquí estás en respuesta —La interrumpí, terminando por ella.
Daiah entreabrió sus ojos débilmente, apenas afectada de la sorpresa.
— Predeciste este encuentro —concluyó y su paso al frente impuso su cercanía—. Entonces, tendrás las preguntas preparadas —Tomó una sutil sonrisa.
Mi lista mental desapareció de una corriente.
— ¿Y bien? —repuso ella a mi falta de habla.
«Esto no empezaba así.» pensé nerviosa.
— Yo... —Mis dedos cobraron nerviosismo y dije, con voz cortada al primer pensamiento y recuerdo surgido—. Esto acaba cuando dudas que protegeré a mi hijo.
La expresión de Daiah cambió a una meditabunda que surfeaba el interior de mis ojos.
— También desconfías de protegerlo por ti misma —adivinó una vez más.
— Sí —admití con un temblor en mis párpados; era una estupidez fingir—. No sé si seré capaz, pero tampoco estoy dispuesta a dejarte ir —Carecía de rudeza para marcar mi determinación, pero no me importó lo que pensara.
— Dejarme ir...—Una risa de contraataque—. Porque eres valiosa y tienes algo que me pertenece, sino, te recordaría a través de una lección el amenazar a un ser superior a ti.
No iba a mentir. Daba miedo Daiah. Sin duda trataba con una diosa. Como se mostraba en los relatos religiosos de múltiples culturas. Ellos se creían hechos de autoridad inexpugnable y sin piedad a dar castigos.
Más una fuerza mayor que el miedo dijo por mí:
— Quien primero provocó esto fuiste tú —Mis manos se hicieron de puño—. Y motivos de sobra tengo de hacerlo porque cuando nazca... —Recogí aire para calmar la presión de mi pecho—. Y me lo quites... —dije al fin— Haré lo imposible para cambiar este acuerdo que me has malmetido por miedo.
Su mirada a la de un verde oscuro se entrelazaron con la mía sin intención de suavizar.
— Comprendo el amor de las criaturas y el miedo a perderla, con sus grandes locuras que pueden alcanzar en desatar guerras y que marcan historias y leyendas... —Se perdió en su narrativa y unos delgados dedos tomaron un largo mechón de mi semihúmedo cabello; contuve la respiración y las ganas de apartarla—. Pero, tranquila, Sarah, no entra en mis planes hacer ningún mal a tu sangre, a tu hijo.
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El alma del lobo (Completo)
WerewolfElla descubre el resultado de una noche de pasión, pero aún no sabe que su cómplice no es humano y mucho menos de este mundo. 1° Libro - Completo | En proceso de edición Créditos de portada: @Wristofink Registrado en Safe Creative: JtIURY3CCH_201507...