EL CLUB DE LAS GUAPAS [COMPLETA]

• Prólogo • Parte II

¡¡NONONONONONONONOOOOOO!!¡¡¡¿QUÉ ACABO DE HACER?!!!

Me aparto enseguida de Chris e intento largarme, paso de dar explicaciones porque sé que solo voy a empeorar las cosas... pero entonces él se ríe.

Es muy hermoso. Tiene el pelo dorado, los ojos color miel, los labios más rojos que la sangre y la piel pálida. Es como una Blancanieves de pelo dorado, solo que es un chico.

Antes de que pueda reaccionar, me agarra del pelo y vuelve a besarme. Lo hace realmente bien, se nota que es uno de esos tipos que follan con todas.

Por unos momentos estoy como en una nube de besos y caricias, que solo se interrumpen de vez en cuando cuando a Chris le dan ataques de risa.

Pero sé que tengo que despertar.

-Para, estás borracho -digo apartándome bruscamente.

-Pero tú no -se funde en carcajadas muy ebrias. Noto como el corazón se me acelera. No puedo engañar a nadie, quiero continuar, aunque sé que no está bien, ni para mí ni para él.

-Por eso -trato de mantener mi dignidad, pero él me retiene.

Es un poco más bajo que yo, pero entrena mucho y es difícil que lo venza.

-Será divertido -asegura, riéndose- Vamos, quiero probarlooo...

Él me suelta, como si estuviese dejando que me vaya, pero en realidad no es así. La única forma de que lo rechazase... no, ni existe.

Volvemos a besarnos y acaricio todo su cuerpo. Él no es demasiado musculoso, pero su cuerpo está ejercitado y su piel suave, una combinación mucho más perfecta a mis ojos.

-Necesitamos un condón -caigo en la cuenta cuando nuestras caricias se hacen demasiado profundas.

Él gruñe y estira el brazo para sacar uno del cajón de su mesilla y me lo tiende. Lo agarro confundido procesándolo bastante despacio.

Se ríe. Me besa. Y pierdo completamente el control de lo que estoy haciendo.

♥⭐💎♥⭐💎♥⭐💎♥⭐💎♥

El sol entra de pleno por la ventana hacia mi cara, así que abrir los ojos es una tarea brutal.

Y, cuando al fin logro despertarme y mirar a mi alrededor, el mundo se me viene abajo.

Porque no es mi casa. Porque sé todo lo que pasó anoche y lo terrible que eso va a ser.

-Quiero morirme -murmuro en voz alta.

A mi lado, Christian Deller elije ese momento para desperezarse tranquilamente, al menos hasta que su mano roza mi hombro y da un respingo.

Al principio, moderado: cree que soy una de sus ligues. Luego, sus ojos se posan en mí y veo lo muy cabreado y asqueado que está. Pero no me doy cuenta de que también está asustado.

-Lárgate, maricón -me espeta con todo el desprecio del mundo.

No me esperaba eso de él. Es decir, sabía que no se lo iba a tomar bien pero... ¿echarme con solo dos palabras, fulminándome así con la mirada? No es posible, Chris jamás actuaría así.

-¡Date prisa, joder! -chilla- ¡¿O es que quieres que te pegue?! ¡Me das caso, cabrón!

Actúo por reflejo sin tener muy claro todavía lo que está pasando. Cojo mis pantalones y me los pongo mientras me alejo de él. Milagrosamente tengo el móvil, pero no la cartera ni las llaves.