• Epílogo • Edel

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—Uyuyuy... —Shen hace sonidos raros que no estoy apto para comprender a las 7:57am— ¿Y esa pedazo de sonrisa?

—¿Quién es el señor Orgasmo Múltiple hoy? —Laia, como siempre, molestando— ¿O es una señorita? Dime que es una tía, me vendría bien —suspira, pero no estoy en condiciones de tenerle pena solo porque lleva una semana sin mojar. De hecho, creo que Julian definitivamente me ha robado la capacidad de sentir tristeza.

—Para que lo sepas... —respiro profundamente, preparado para darles la noticia, pero Shen me interrumpe:

—No jodas... ¡¡¿ESTÁS SALIENDO CON JULIE?!! —chilla, reventándome el oído interno.

—Oh, vaya —Laia patea el suelo— Eso explica mejor tu cara, la verdad...

—¿Qué cara? —inquiero.

—Ya sabes —Shen hace un aspaviento rodeando mi divina imagen— Esa cara.

—Como si te hubieses fumado algo —aporta Laia.

—Una droga llamada amooooorr —canturrea Shen sonriendo.

Ya sé lo que estáis pensando: ¿cómo puede alguien tener tanta energía como Shen por la mañana? Esa sí se droga... O, bueno, igual vuestra duda existencial es qué coño hago yo narrando el epílogo de la historia. Pues la verdad, nada, solo satisfacer mi necesidad de protagonismo.

Aunque la verdad es que, con la cacho sonrisa boba que llevo, ya estoy brillando más que bola de discoteca. Odio darle la razón a Laia, porque a veces es un poco una cabrona, pero la verdad es que parezco fumadísimo. Solo de pensar en Julian mi corazón se acelera. 

No he estado tan encoñado de alguien desde... nunca.

Pero es que él es una criatura de luz, es el ser más hermoso y tierno del mundo, y su lado cabrón solo lo hace aún más interesante. Aún me siento culpable por ocultarle lo de Chris, seguramente habría sido más fácil nunca llegar a enamorarme de él, pero él me ha dejado claro que no va a rendirse. Si solo soy un flechazo de unas semanas o un capricho, estoy dispuesto a ser la cosa irrelevante más feliz que le ha pasado en la vida.

Porque, para mí, su sonrisa no es nada irrelevante. 

Nunca he sido bueno para las relaciones largas (no confundir esto con que sea precoz, porque no es ese el caso), pero definitivamente voy a hacerlo tan bien como pueda con ese adorable chico, mientras él me quiera a su lado.

El timbre que anuncia el inicio de las clases me hace gruñir al interrumpir mis ensoñaciones con Julian.

—Agh, mierda —Laia verbaliza las quejas de los tres— Me cago en la puta, enserio. Y tú no pongas esa cara de fastidio —se dirige a mí—, que yo voy a estar escuchando a los pelmas de mis compañeros mientras a ti te dan las notas... Que morro tienes, joder.

—Sí, una cosa... todo el día haciendo absolutamente nada con un montón de profesores intentando sentirse útiles —suspiro— Y cuidadito, que uno de esos "pelmas" —hago un gesto exagerado de comillas con los dedos— es mi novio.

—Que se pone agresivooooo —exclama la vicepresidenta emocionada.

—Me estás difamando —niego, igual que negaré todo el día que me muera y vaya ante Diosito—, llamándome agresiva, por favor, sin ser yo nada de eso...

Me despido de las chicas y me dirijo a mi clase. Las notas me causan cierta emoción, pero no tanto como a los que van por ahí cantando lo mucho que sus sietes y ochos les ayudarán a entrar en X universidad para estudiar tal carrera con la que siempre han soñado.

Realmente envidio lo claro que lo tiene la gente. Yo, mientras no sepa qué coño hacer con mi vida, seguiré sintiéndome un fracasado sin importar lo mucho que me feliciten mis profesores.

EL CLUB DE LAS GUAPAS [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora