Capítulo 40 - FINAL

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Neji dio vueltas en la sala de espera. Le habían cosido la herida de su rostro y estaba esperando a que terminaran de vendar a Tenten para poder hablar con ella.

Sinceramente, el hospital era un lío en ese momento. Gritos, llanto, sangre. Todo le resultaba terrible, porque lo hacía recordar. Observó a Kakashi salir de una de las habitaciones, donde estaban atendiendo a algunas usuarias heridas por el derrumbe. El lugar estaba protegido por Joonins, solo por precaución. 

—¿Sabes algo de Yuun o Sai?—Preguntó el Hokage, sentándose a su lado— ¿Alguna noticia?

—No, no ha salido nadie. Solo nos queda esperar.

El peliblanco asintió lentamente y apoyó su espalda en el respaldar. Observó a Neji, pálido. E imaginó lo difícil que pudo haber sido para él regresar— ¿Cómo te sientes?

El del byakugan volteó a mirarlo y de pronto, todo el miedo que sintió en ese momento, regresó. La ansiedad de no saber qué hacer para proteger a toda esa gente, el miedo de que todo se derrumbe  frente a sus ojos, el que Tenten se sienta tan lejana y sobretodo, las palabras de Shina y la usuaria con la que peleó meses atrás diciéndole que mejor era estar muerto. ¿Para qué regresó a esto? ¿Por qué tenía que renacer?

—¿Sabes por qué se llama el renacimiento de las flores?— Cuestionó el Hokage, casi como si ignorara que el Hyuga estaba al borde de las lágrimas.

—¿Porque se utilizan flores para el jutsu?— Intentó responder el hombre, mirando a otro lado.

—Esa es una de las razones—Respondió, y luego sonrió ameno— Y también porque el renacido tiene el mismo proceso que el florecimiento. ¿Sabes cómo es eso? Siembras la semilla, pequeña, y la riegas con mucha paciencia— Neji iba a interrumpir, le iba a recriminar el hecho de cómo podía comparar su terrible resurrección hasta que escuchó lo que seguía— La semilla crece y aguanta tormentas, lloviznas, sol sofocante e insecticidas. Se vuelve fuerte, más que cuando solo era una semilla, y la persona que la cultivó, con tanto esmero y cariño se queda ahí, y florece junto a ella. Tu resurrección no solo floreció tu propia vida, cambiando incluso tu manera de reaccionar frente a todo, si no que también floreció muchas vidas más...

Neji no contestó, porque observó a su morocha salir de la sala de atención de emergencia y lo buscaba con la mirada. Se sintió aliviado de pronto.— Tenten— Susurró

—Los dejaré solos— Soltó Kakashi levantándose cuando la Amma se acercó— Estaré al pendiente de las usuarias y cómo haremos con ellas. Si saben algo de los chicos, notifíquenme.

Ambos observaron al Hokage regresar al lugar en donde estaban atendiendo a las usuarias, y entonces, la mujer se sentó. —¿Cómo estás? No pudimos hablar mucho en el trayecto por estar preocupados por los más heridos. Pero sé que fue difícil ahí dentro— Murmuró Tenten. Levantó la mano y acarició suavemente las puntadas en el rostro de su novio— Espero que no quede una cicatriz.

—Son peores las del alma—Contestó. Tomó la mano de la muchacha y la bajó, entrelazando sus dedos— Perdóname, no sé de qué otra forma expresarte lo muy arrepentido que estoy por todo lo que sucedió. Pero lo siento tanto, Tenten. Tengo miedo de perderte...

—No me vas a perder, porque yo ya te perdí una vez—Contestó la mujer. Colocó las manos en su nuca y acarició, acercando su nariz a la de él— Esto ha sido muy difícil para ambos, pero tú sabes que no tengo familia. Mis amigos eran mi familia, y cuando te fuiste... Fue tan difícil para mí, y aunque regresaste aquí, a mis brazos, y te volviste en mi hogar... Yuun también lo era para mí. Tú tienes a Hinata, yo tenía a Yuun, así de importante... Y me la ocultaste por seis meses.

«Desire»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora