Capítulo 39, parte 2

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Sasuke caminó confiado, Naruto se colocó tras de él, por si lo necesitaba.
De la mano del muchacho salieron llamaradas negras, cálidas para él, que cubrían su brazo y le brindaban protección. Sin embargo, si alguien tocaba aquella mano, ardería por siempre.

Se acercó con la mirada fija y la mujer frente a él sonrió levantando el brazo izquierdo, haciendo que el contorno de la entrada a la prisión se llenase de llamas, azules y brillantes.

—Vamos, intenten atrevesarlas— Sus ojos completamente negros parecieron brillar y su sonrisa se fue desvaneciendo, convirtiéndose en una mueca severa— Gente de Konoha.

Sasuke se acercó corriendo, decidido a terminar con un solo golpe, pero cuando la mano del muchacho atravesó a la mujer, ella se desvaneció al contacto.

Naruto activó su modo Sanin, mientras que Choji creció unos metros para proteger al grupo. Sin embargo, en ese momento, la mujer volvió a aparecer frente a ellos, con la imagen de Sakura, los ojos llorosos y el prominente vientre.

Cuando voltearon, Sakura no estaba en el lugar de antes.

—¡Sakura! —Gritó Sasuke, caminando hacia ella— ¿Qué...?

—¡No te muevas! —Gritó Naruto, sintiendo la presencia de su amiga aún entre el grupo— Ella no es Sakura... ¿qué?

Y ahora Naruto veía a Minato, su padre, sonriéndole con cariño.

Y todo empezaron a ver a alguien que amaban, sin la habilidad de poder ir, y cortar todo de raíz. La mujer los adentró en un genjutsu, jactándose de lo sencillos y peligrosos que eran los sentimientos humanos.

Sin esperar que Neji había sufrido tanto, engañado tanto, que el jutsu de resurrección le dio algo más. El no poder adentrarse en un gentjutsu de ese tipo —emocional— más.

Su puño fue certero, cortando su flujo de chakra después de recibir un arañazo desesperado de parte de la usuaria, quién cayó al suelo inconsciente. Escuchó la sorpresa de todos mientras el lado derecho de su rostro sangraba, y Sasuke corría hacia su mujer.

—¡Te dije que no era buena idea venir! — Gritó

—¡Carajo, no empiecen a pelear ahora! —Gritó Neji, enojado y con los nervios a flor de piel— Vamos a entrar a esa mierda de cueva, vamos a encontrar a Yuun, y nos vamos a largar sin importar la cantidad de cabezas que cortemos, así que eviten sentimentalismos, que esas mujeres quieren jugar con eso.

El grupo no mencionó nada más al escucharlo enojado. Choji levantó a la mujer y con su palma lograron abrir el lugar. Se adentraron, mirando la luz solar por última vez antes de que se cerrase el lugar de vuelta.

Algunas velas se prendieron a los lados de pronto, y notaron que ese lugar era tal cual lo describió Shikamaru. Tendrían que separarse.

—Avanzaremos todos —Susurró el Nara— Encontraremos más usuarias, pero debemos ser capaces de no dejarnos persuadir. Debemos ser más inteligentes que ellas, recordemos que la mayoría son pésimas a corta distancia y con el contacto. Estemos preparados, y sigamos avanzando.

Sin embargo, no avanzaron más de cinco metros hasta que otra usuaria se les presentó. Tenía el cabello negro cortísimo, los ojos del mismo color y de proporción larga y delicada. Era bella, sí, pero su mirada era venenosa, como la de Shina.

—Siempre pensé que la forma en que vería a tantos hombres atractivos y poderosos sería en otras circunstancias— Los ojos de la mujer se pintaron de negro y sus labios brillaron— ¿quién quiere jugar primero?

El que actuó primero fue Sai, no demoró ni un segundo en que de sus pinturas una serpiente se arremolinara hasta la muchacha y se enrroscase en su cuerpo.

«Desire»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora