4. Elegante como cisne.

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La multitud aplaudía vigorosamente haciendo que ensordeciera momentáneamente, me limpié mis mejillas pues era absolutamente imposible que él hubiese comprado toda esta ovación también para mí, hice una reverencia y volví a mirar al público buscando su rostro entre ellos, pero no lo encontré. Mis cómplices del éxito se formaron a mis lados y juntos recibimos la más grande aclamación jamás escuchada.

El telón bajó y la situación me golpeó en un leve mareo que me hizo bajar una rodilla sobre el suelo, la gente hablaba, los aplausos seguían y escuchaba mi nombre por todos lados, solo una negrura apareció en mis ojos que parecían cascadas.

Sentí que alguien me levantó y me ayudó a avanzar entre el tumulto. Su perfume se me hizo familiar, pero no podía saludarlo ni sonreír, mi alma se encontraba expuesta, lo único que quería era llorar.

Él me llevó al camerino y me recostó sobre un sillón, mientras que aseguraba la puerta, desde la cual se escuchaba la voz de mi madre gritoneándome que lo había hecho de manera excelsa, él me protegió mientras que me encogía llorando.

Él lo sabía, él había experimentado esto, así que lo escuché dar vueltas por el camerino y después tomó asiento en el suelo sin decirme nada.

- Cada vez es más peligroso que lo hagas.

Yo solo hipé abrazando mi pecho, tenía los ojos cerrados.

- Lo sé.

Hoseok se quedó a mi lado, en silencio, por lo que pareció una eternidad, en mi mente solo estaba el miedo por ser juzgado, mi terror a fracasar, la soledad que me consumía. No había más.

- Vamos Jimin, siéntate, debes tranquilizarte, lo hiciste genial.

Abrí los ojos y miré a mi amigo, era cierto, el abrir mi corazón en el escenario era peligroso y cada vez era peor, pero no era solo eso lo que me tenía mal. Él se levantó y escuché que abría una botella, unos momentos después me acercó una copa con un líquido rosa.

- El Ceo ese - moví mi rostro viendo el arreglo de flores - pagó para que yo me quedara con el papel. - Vi el líquido rosa y lo moví haciendo que este ondulara en el fondo de la copa, hice una mueca y tomé el líquido que quemó mi garganta amargando más mi cuerpo.

- ¿Cómo te enteraste? - su reacción no fue la que esperaba.

- ¡Tu sabías!

- A ver, no sé nada - él se levantó y se puso a la defensiva cuando lo miré enojado, me puse de pie pero me maree de nuevo y por consiguiente volví a quedar sentado - o sea, no es que supiera algo, solo que lo sospeché, escuché lo que le dijiste en el baño, lo culpaste por su clase, por su dinero, hasta mencionaste a Kai y luego toda esa publicidad, dices que estuvo presente cuando la elección y luego tu rostro en la revista... o sea, solo había que sumar dos más dos.

- ¡Oh por Dios! - Cubrí mi rostro con mis manos, dejando caer la copa vacía cerca de mis pies y esta se rompió haciendo exactamente el sonido de mi orgullo en ese momento. - si se lo dije...pero no, no, yo no le pedí que pagara... yo no lo hice.

- Lo sé, pero eso que importa.

- ¡¿Cómo dices?! ¡Hoseok! ¡no lo puedo creer!

- Haber Jimin, tienes demasiados prejuicios acerca de la gente rica...

- ¡Yo no se lo pedí!

- Y eso es lo que importa, que él lo hizo porque quiso, él pone el dinero y tú el talento, así funciona todo, así funcionan los cantantes y modelos, alguien que invierta en ti sin que lo pidas es algo que nadie obtiene hoy en día.

The Black Swan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora