9. Anhelo de amor.

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El brillo en la mirada de mi amigo hizo que el haberme quedado casi un mes allí hubiese valido la pena, porque antes que todo él y yo éramos eso, amigos.

Yo lo admiraba, él era capaz de amar sin perderse en el camino. Tan seguro de sí mismo, sin complejos.

- ¡Lo lograste!

- Te lo prometí.

Y es que con Taehyung habíamos sido más que amigos por mucho tiempo, era lo mínimo que podía hacer por él.

Al igual que mi familia, él era alguien que me mantenía a flote, que me daba fuerza.

Sonreí de lado dejando olvidado mi sufrimiento momentáneamente, pues me había creído fuerte para estar lejos de él después de probar sus dulces labios; pero no lo era, mi corazón dolía porque lo extrañaba intensamente.

La falta de contacto era un indicador de su rechazo y aún no lo podía procesar. En ese instante, lo que más quería era volar a Seúl y preguntarle yo mismo si nuestra noche mágica había sido tan poco importante para él.

- Gracias Jungkook. Veo que ya tienes la maleta hecha ¿Te vas tan rápido? Pensé que te quedarías hasta el fin de semana.

- Tengo asuntos pendientes en Seúl.

Un asunto con alas y bellos labios.

Estaba terminando de guardar mis cosas, acomodando los cables de mi portátil en mi maletín mientras podía sentir su mirada siguiéndome alrededor de la habitación, cuando todo estuvo guardado agarré mi maleta listo para partir.

- Jungkook, gracias de nuevo por cumplir tu promesa.

Le tomé la mano que me brindaba y lo jalé para darle un abrazo, por él había hecho aquello posible, él no se merecía ser reemplazado y me sentía terrible por no ser sincero desde el primer momento.

Yo no lo merecía, él era fuerte y un excelente ser humano, mi respeto y cariño por él me dicto a hacer lo correcto.

- Espero que te alimentes bien, eh. Me daré cuenta cuando llegues a Seúl.

- Deja de fastidiarme. Nos vemos. En verdad extrañaré tus llamadas.

Su sonrisa triste me hizo detenerme de nuevo, su dolor era el mío, era momento de alejarme.

- Te llamaré más a menudo.

- Eso lo sé.

- No hagas de esto una despedida Tae, nos seguiremos viendo, aún tenemos mucho trabajo juntos.

- No es por eso y lo sabes, ya no será lo mismo.

No pude responder nada, su mirada era calmada y me trasmitía paz.

- Ambos nos sentimos de la misma manera.

Él tenía una parte de mi vida muy importante.

- ¿Tu también me extrañaras?

Acaricié su mejilla suavemente. Él era tan elegante que me costaba creer que me tomara en cuenta en su corazón. No le quería hacer daño, pero en verdad lo echaría de menos.

- Te extrañaré, tonto.

- Adiós, saluda a los chicos - él solo sonrió cuanto obtuvo mi confesión ensalzándose glorioso en su ego, dio la vuelta desapareciendo en su habitación, dejándome allí, pensando en lo fuerte y estable que era, inspirándome a ser alguien más parecido a él.

Apenas subí al avión me coloqué mis audífonos. No quería llegar y ser demasiado obvio, pero lo había extrañado demasiado. Él sólo me había dado un poco de su amor y yo ya me sentía adicto a él. Suspiré tratando de controlar mi ansioso corazón.

The Black Swan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora