24. Reflejo de amor.

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- Mi madre, ¿no la has visto?

Mi papá se tomó el pelo mientras me miraba aún el vientre, sonreía. Desde la partida de Taehyung, Jungkook tenía que ir a la oficina a resolver algunos asuntos personalmente y como hoy tenía que estar casi toda la mañana fuera de casa, llamé a mi papá para que viniera.

- Tu madre está un poco ansiosa después de que supiera que tendrías dos bebés. Quedé con ella para ir a la cena de Navidad con su familia.

Miré hacia la televisión de nuevo. Si estuviera en casa con ella, aquella noticia habría sido un martirio.

- Me ha de estar odiando.

Murmuré cansino.

En verdad, decepcionarla había sido algo que no me había importado después de nuestra pelea en el hospital; pero ahora que había crecido mi miedo por no regresar a los escenarios, me daba cuenta que mi madre había sido siempre un pilar en mi vida que alimentaba esa parte de mi ambición por ser siempre el mejor, sin embargo, ahora era como si solo hubiera silencio.

Pude notar como esas ambiciones solo regresaban cuando buscaba a ese Jimin de algunos meses atrás que ignoraba los regalos de cierto caballero.

Aunque de ese yo ya no había mucho, pero el tener a mi padre allí conmigo mirándome con cariño, hacia que yo me sintiera de la misma manera como en aquellas mañanas cuando desayunábamos juntos y él siempre pedía que buscara mis sueños.

- Padre...

- ¿Sí?

- ¿A ti también te decepcioné?

Tocó mi mano y la guardó entre las suyas, sus manos maltratadas por el trabajo en la tienda.

- Yo estoy orgulloso de ti, mi Jiminie. Siempre lo he estado.

Respiré profundo y bajé la mirada un poco.

- Tengo miedo padre, podría estarme equivocando sin darme cuenta. No sé si regresaré a bailar tampoco - tomé mi vientre - yo solo quiero que todo esté bien.

- Si tan solo dieras un paso a la vez.

Tenía muchos miedos, en verdad. Estaba la cuestión con Jungkook, él era un hombre en toda la extensión de la palabra y yo sentía que a veces mis sentimientos me sobrepasaban, contenerme me costaba.

- No puedes saber si volverás a bailar... es algo que en su momento lo resolverás.

En el peor de lo casos debía de perder la esperanza.

- ¿Y si ya no regreso?

Mi corazón latía rápido.

- Entonces será porque algo más te está haciendo feliz. En el caso de que sean tus hijos, estoy seguro que valdrá la pena cada minuto que pases con ellos.

Aunque Jungkook tratara de tranquilizarme siempre, yo sabía que sería difícil porque eran dos. Tenía mucho miedo, pero suprimí mi deseo por querer exponérselo a mi padre, pues ya sabía sus respuestas. ¿Qué pasaría cuando alguno se enfermé o cuando lloren ambos sin saber por qué?

- Siento que...

La puerta del garaje sonó indicándome que Jungkook había llegado.

Me asomé por la ventana y él me saludó con una hermosa sonrisa.

- Jimin... debes dejar de pensar de más en el futuro, hijo. Ahora debes cuidarte y comer bien.

Regresé con mi padre a la espera de que él apareciera por la puerta.

- Eso es lo que haré.

No, eso no calmaba mis miedos; sin embargo, estaba seguro que ni él ni Jungkook querían saber cuánto yo me preocupaba.

The Black Swan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora