Tan pronto como desperté corrí al baño a vomitar, odiaba, en verdad odiaba las náuseas, me acercaba a mi sexta semana y nada parecía mejorar. Tosí fuerte por la onda que estremeció mi estómago sin que devolviera nada, prologándose esta por un buen rato. Luego de media hora delante del lavado, cepillé mis dientes, no pude evitar las lágrimas al no soportar ni siquiera la pasta dental. Estaba adolorido y frustrado, ponía de mi parte para que el bebé creciera sano, pero este parecía querer acabar conmigo. Conteniendo todo respiré profundo y aguanté mis ganas de gritar.
Me dolía el cuerpo al no poder conciliar el sueño en esa cama, ya Jungkook las había cambiado y de nuevo dormía en la de él, pero yo aun no lograba dormir bien, y no entendía porque ocurría eso.
Tenía demasiada sed, y siendo consciente de que la misma podría ser desechada de mi cuerpo me dirigí a la cocina por un vaso con agua. A este punto de mi agonía, lo que menos me importaba era mi aspecto a moribundo matutino, y es que deseaba con urgencia recuperarme de esta "enfermedad" llamada embarazo. Había leído artículos donde en periodos de gestación se llegaba a tener actitudes positivas, pero al parecer ese no era mi caso.
Ya en la cocina, llené un vaso grande con agua y le eché 4 cubitos de hielo para que la misma se congelara. No me gustaba renegar de mi condición, pero era imposible no hacerlo, es que si el vómito no me mataba lo harían todas las calorías que consumía con la comida. Era realmente molesto no tener opciones y aunque el sentimiento pesado en mi pecho no se desvanecería, no culparía al bebé por todo esto.
Al estar el agua a mi temperatura deseaba, bebí toda como un sediento dejando en el fondo del vaso solo los cubitos de hielo. Tomé mi vientre entre mis manos y las lágrimas de nuevo se acumularon en mis ojos, el dolor en mi estómago me anticipaba lo que ya sabía, no soportaría el agua. Me recargué en el fregadero y respiré entrecortadamente.
Lloré en silencio mientras esperaba la arcada.
- ¿Jimin?
No, no... suspiré para tratar de detener mi miseria. El vómito estaba cerca, las arcadas me lo indicaban, sabía lo mal que pondría. Podía sentirlo cerca de mí y quise hacerme pequeño para perderme de su mirada, mi cabello ayudó a tapar un poco mi expresión, pero aun así puse mi antebrazo recargando mi mejilla allí.
- Déjame ayudarte.
Estaba demasiado cerca y yo era un desastre, probablemente era muy caótico estando embarazado, aunque no pretendía que él lo entendiera. Sentí su mano en mi espalda y me crispé automáticamente. No quería que me tocara, era muy vulnerable a su tacto y lo que menos quería era avergonzarme a mi mismo llorando en sus brazos.
- ¿Crees que un abrazo me va a quitar las náuseas?
Me hice un lado y alcé el rostro. ¿Acaso no entendía que esto era algo que yo solo tenía que sufrir?
- Sé que no lo hará; sin embargo, leí que el té de jengibre sí - tomó mi antebrazo y me sentó en una silla del comedor. Colocando mis brazos sobre la mesa, bajé la mirada y tapé mi rostro con ellos. Estaba tan asqueado que no quería nada, solo me concentraba en respirar.
- Ya verás que con esto se te pasaran.
Escuché que daba vueltas alrededor de mí y yo solo quise comprimirme y botarme a la papelera.
- Se pasan en un rato - yo no creía que se quitaran con lo que él iba a hacer - ¿Por qué no solo sigues durmiendo? – y es que, sin falta, todas las mañanas se repetía el mismo suplicio, lo que incrementaba mi mal humor y hacía que odiara todo a mi alrededor.
Pero él no contestó.
Unos minutos después, me puso una taza humeante enfrente y se sentó a mi lado. De seguro en mi rostro había marcas del jersey una vez levanté la mirada.
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The Black Swan
Fiksi PenggemarEl bailarín cotizado Park Jimin en su afán de obtener fama y riqueza decide aceptar la propuesta del CEO Jeon Jungkook y ser su amante por una noche, pero después de esa noche el talentoso cisne negro desaparece de los escenarios, pero lo que no sab...