Lisa se ha prometido algo ese fin de año. Hará, por todos los medios que le sean posibles, que la tímida de su compañera Rosie sea amiga de Namjoon ssi, el miembro de BTS.
Sin embargo, se topará con un obstáculo muy grande e imprevisible: Jeon Jungk...
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Nada más decirle a Chaeyoung que existe la posibilidad de que vaya conmigo a la fiesta de cumpleaños de Jungkook, muda de colores. Está claro que no quiere ir, y no porque quiera ser descortés, sino debido a que estaría latente el hecho de hablar más confianzudamente con Kim Namjoon. Una cosa es verlo en plan profesional durante los programas y otra muy distinta es interactuar con él en una fiesta.
—Venga, unnie —le insisto otro día de esos—, acompáñame al cumpleaños. Ninguna de las chicas quiere ir.
—¿Y por qué será? A nosotras no nos han invitado, Lisa.
—Entonces, si Jungkook te hubiese invitado directamente, ¿irías sin chistar? —alzo una ceja, pero Chaeyoung ni se inmuta.
—No, tampoco.
—Eso es porque tienes nervios o estás apurada por ver a Namjoon en plan amigable.
—Obvio no. Dices puras tonterías. Te aseguro que encontrarme con él no me da tristeza ni gusto.
Me mofo de ella, pero lo cierto es que no sé qué pensar sobre Namjoon. Cuando hemos coexistido en las promociones de nuestra música, este ha actuado con una normalidad preocupante, pero no dudo de que aún quiere a Annie, y hasta me arriesgo a pensar que se ha dirigido a Rosie con la aprobación de Jungkook o que incluso se ha atrevido a compartir palabras con Rosie sin que Jungkook esté enterado.
Por otros pocos días sigo insistiendo a que Rosé vaya conmigo al evento porque no quiero estar sola. Igual veo que, conforme mis intentos incrementan, mi compañera se pone más a la expectativa de que el día del cumpleaños de Jungkook llegue. Se pone diferente y más turbada que de costumbre.
Al acercarse el día, me dice:
—No me importa verle otra vez. En el caso hipotético de verlo, hablaría con él siendo indiferente, pero la verdad es que preferiría que no nos encontremos más. A ti no puedo mentirte, Lisa, aún me puede mucho lo que ha pasado. Es mejor para mí estar lejos de él.
Quiero decirle algo para consolarla, pero no puedo y, cuando menos está previsto, el primero de septiembre llega.
Jungkook habla conmigo, por primera vez desde el mensaje que mandó después de la boda, detallando a través de Instagram el sitio donde la fiesta se celebrará. Se acuerda de mí. Su invitación ha sido honesta.
Chaeyoung acaba acompañándome, pero entonces se entera de algo inoportuno. El cumpleaños de Namjoon también está cerca, así que la idea de llevar un regalo pronto es rechazada.
¿Qué se le puede regalar a alguien que podría tener todo y al que ni siquiera conoces bien? Lo decidimos justo esa mañana.
Nuestros agentes nos comprometen a portarnos bien y a que no se nos vaya de las manos el festejo. Dos horas antes para que la fiesta empiece, las mariposas me atacan por enésima ocasión.
