Capítulo 50: A ciegas.

411 54 24
                                    

CINCUENTA

N/A: la parte de el pasado iba a ser una novela independiente pero no se pudo así que aquí va.

N/A: la parte de el pasado iba a ser una novela independiente pero no se pudo así que aquí va

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A CIEGAS

pasado
día de la confesión

Alex se sienta en un banco apartado para poder tener algo de privacidad.

Para él pensar en la idea de su padre teniendo un hijo fuera de su matrimonio es una locura.
Por supuesto que el matrimonio de sus padres nunca ha sido una cosa muy solida ante sus ojos pero siempre creyó que eso era consecuencia de la perdida de Lucas, nunca pensó que había algo tan oscuro detrás.

¿Por qué su padre ha traído a ese después de tantos años?
¿Él y Víctor no son suficientes?
¿Tan poco los aprecia como para someterlos a esto?

—Ey Alex—levanta la mirada y se encentra con la chica que alguna vez le quito el sueño.
—Ey...

No puede decir más.

No es un buen día para charlar, mucho menos para fingir ser el Alex fuerte y frío que todos suelen ver en el fundom.

—¿Estás bien?

Ella se acerca para sentarse junto a él sin pedir permiso.

—Si, creo que si.
—¿Necesitas algo? ¿Puedo yo ayudarte?

La mira a los ojos y ve sinceridad en ellos, como siempre.Siempre sintió que podría confiar en ella, sin saber porque, después de todo no son amigos precisamente.

Deja sus rivalidades de lado y le da paso a sus verdaderos deseos, a lo que realmente necesita: apoyo, sin embargo hay una idea que no deja de dar vueltas en su cabeza.

—¿Me abrazarías?

Ve en ella una sonrisa, no una de lastima, sino, una de apoyo.
Justo la que necesitaba.

Se acerca y lo rodea con sus brazos haciendo que parte de su tristeza se desvanezca.

—Alex ¿Qué pasa?—susurra sin soltarlo, es algo raro verlo así.
—Necesito que alguien...que alguien me quiera.

Se separan y ahora ella está confundida.
Él solo necesita tenerla de su lado, esta es la manera, dando lastima, él ha aprendido eso de lo mejor: su padre.

—Alex...
—Necesito que alguien me quiera y pueda ver quien soy... yo soy más que solo errores.

La chica vuelve a aferrarse a él en silencio, es entonces cuando él entiende que esta
es su mejor jugada...

presente

Bia:
Parece que he pasado días enteros fuera de casa y no han sido más que horas, largas y dolorosas horas.
Nunca me imagine que estaríamos otra vez en una situación similar con los Gutierrez, bueno, similar no, parecida.

Entro a mi habitación y me recuesto mirando el techo, sé que no debería pero no paro de analizar todo y tratar de encontrar el momento en donde él lo decidió...se veía tan bien, parecía que estaba mejor, realmente se veía mejor.

—Filha...

Me incorporo y noto en ella la expresión que pone cuando ya no sabe que decirme.

—Ya sé, debería descansar.
—Si, pero si queres podemos hablar, si eso te hace bien.

Deja una taza de té en mi mesa de noche y al seguir el recorrido de sus manos mi mirada se topa con una polaroid donde estamos yo y Manuel.
¿Por qué? No entiendo ¿Por qué?

—No sé mae, si tan solo fuera esto...si tan solo se tratara de él y de...lo que hizo. Pero no, yo no lo vi mae, no lo vi.

Me quiebro porque estoy quebrada por dentro, porque mi novio se estaba ahogando y yo no pude salvarlo cuando él a mi me salvo tantas veces.

—Nadie lo vio, ni siquiera la gente que lo tenía en frente todo el tiempo Bia, esto a veces es así.
—Me mintió, me dijo que estaba bien ¡y mira lo que hizo mae!—ahora me siento furiosa, no debería pero es así.

Ella se acerca aún más y me abraza, lloro en su hombro por un largo rato.
No puedo, no puedo entenderlo, no tiene sentido.

—Tranquila amor, vamos a salir todos juntos de esto.

No respondo porque no sé que decir, solamente quiero que vuelva a ser todo como antes.
Nos quiero a Manuel y a mi como antes, lo quiero a él sonriendo preparando sorpresas románticas y yo pintando en nuestro cuaderno de fotografías, quiero escucharlo hablar de esa beca y de lo emocionado que se siente por haberlo conseguido, quiero...quiero volver y ver donde fue que todo empezó a ser oscuro dentro de él y ayudarlo, eso quiero.

¿Cómo vamos a salir de esto?

-

Víctor:
Mamá ha limpiado el baño hace rato y he visto todo desde donde estoy, la he visto limpiar las gotas de sangre en el suelo, vaciar la bañera llena de agua turbia y llevarse las cuchillas.
¿Cuanto tiempo habrá tardado él en decidir que eso dolía menos que lo que estaba pasando?
¿Hace cuanto lo tenia decidido?

No lo sé y no me gusta no saberlo.

—Víctor ¿Qué haces ahí hijo? Anda a descansar.
—¿Por qué crees que lo hizo mamá?

Lo piensa, realmente lo piensa como si nosotros tuviésemos que buscar tanto.

—No podemos saber eso.
—¿Y si fue culpa nuestra?
—No, no lo fue.
—¿Cómo estas tan segura de eso?
—Porque hicimos lo que pudimos Víctor

Si, es más fácil pensar así.

—No te culpes, no podías hacer nada.

No estoy de acuerdo.

—¿Podes decirme una cosa?
—¿Qué?
—¿De qué fotografías hablaban con tu hermano?

Suspiro, sé que a pesar de todo mamá también es un poco víctima de mi padre, lo sé porque yo mismo sufrí su manipulación por años.

—Cuando vinimos por sus cosas las encontramos entre sus cosas, papá no se distinguía en ninguna pero por la actitud de Lucia sé que era él.
—¿Alguna vez Manuel te menciono algo sobre eso?
—No, más de lo mismo, que él había muerto cuando nació y todo eso aunque...ahora que lo pienso recuerdo haber escuchado como hablaba con papá sobre el carrito de Lucas.
—¿El rojo?
—Si.
—¿Por qué hablaría de eso?
—Bueno, cuando tuvo ese ataque de pánico en el baño estábamos viendo las fotos de Lucas, pensé que había sido porque le pregunte por su papá y dijo que se había enterado de cosas...nunca supe a que se refería y cuando vio la foto de ese auto fue cuando se puso mal.
—¿Y cómo lleva esto a cuando lo escuchaste hablar con tu padre?
—Bueno, el le comento que alguien le había mandado una vez uno igual y papá le dijo que era de su primo—ella lo analiza, lo noto en su rostro—evidentemente eso era mentira.
—No lo puedo creer—se levanta y va a su habitación casi corriendo.

La sigo porque me preocupa.

—Mamá ¿Qué pasa?
—No puede ser —lo repite mientras baja la caja donde guarda algunas de las cosas de Lucas de encima de su placard.

Hace años que nadie abre esa caja así que me pone nervioso verla.

—Mamá... —ya he entendido lo que pasa, y tampoco me gusta.

Abre la caja y se pone pálida.
Me acerco aún más para verlo con mis propios ojos, y ahí está...el envoltorio, vació.

.

.

.

.

.

.

.

.

> Bueno, tres perspectivas distintas ¿No? Paula enganchada con el toxico esperando que cambie y enterandose cada vez de más engaños. Bia tristita porque se siente culpable y Chiarita manipulada porque es muy buena, todo muy sad.
> De todas formas este Antonio y el de la serie son iguales, una basura.
> Cambiando de tema ¿Alguien lee vitaminaM?
> Bueno, nos leemos pronto.

completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora