Capítulo 18: Ataque.

593 64 8
                                    

XVIII

ATAQUE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ATAQUE

pasado

Manuel:
Víctor me envía un mensaje de la nada pidiendo que nos veamos, cuando lo leo me siento mal por no haber hablado con él sobre la situación, no fue intencional, necesitaba un retiro, aunque me cueste admitirlo.
Saco un par de libros de la mochila para alivianar su peso y salgo del departamento.

Quisiera ser un poco más hábil para decir mentiras, porque sé que con él me es imposible siquiera intentarlo. No quiero causarle problemas con nadie, pero, sé que eso tampoco depende totalmente de mi, mucho menos si para eso tengo que estar engañándolo constantemente.

*

Le escribo un mensaje a mi madre y lo escucho llamarme, tomo aire y volteo.
Su expresión cambia drasticamente, no es que se viese feliz antes, es solo que ahora, se ve espantado.

—¿Qué paso?

¿Debería decirle la verdad? ¿Es tan necesario?

—Manuel...respóndeme.
—No es nada.
—No empieces ¿Cómo no va a ser nada? ¿Te viste en un espejo?
—Por favor Víctor...
—No, no voy a parar...primero te vas de la casa sin decirme nada y ahora te veo y tenes un ojo morado ¿Tengo que creer que no ha sido mi madre?

Él no es ningún idiota, lo sé.

—¿Cómo ha pasado?

No espera mis respuestas, no porque no las quiera, sino, porque está enojado y las exige.

—Les dije que pasaría la navidad con amigos, no parecido importarle al principio, pero, Alex me enfrento y dijo que yo mentía.

Siento un nudo en la garganta pero me prohíbo quebrarme por esto, vamos, no es para tanto.

—Bueno, lo insinuó y empezaron a hacer muchas preguntas, no supe que hacer—bueno, hé fallado—la tía se enojo un poco por eso, sé que no debí haber mentido, pero, si quería ir a casa de Bia y tu sabes que ellos no me lo iban a permitir.
—No tienes que excusarte, yo te dije que mintieras...—parece tener una revelación de pronto—¿Fue el vaso roto?—asiento—por Dios Manuel, no puedo creer que mamá haya llegado tan lejos.

No sé que contentar a eso, el recuerdo me duele todavía, haciendo que me sienta igual de débil que ese día.

—¿Vos conoces a esos amigos, Alex?
—Sé quienes son ¿Es donde vive el abogado trucho?
—Se llama Pietro—no entiendo porque tiene que ser tan irrespetuoso.
—¿Y cuando te invitaron?
—En la mañana.
—¿Y quien fue?

Ellos saben que estoy mintiendo, y si no, lo disimulan muy bien.

—Thiago.
—Okey, te llevamos.
—No hace falta.
—Te llevamos, queremos conocer a tus amigos.

completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora