Capítulo 22: Acto y consecuencia.

571 61 16
                                    

VEINTIDÓS

ACTO Y CONSECUENCIA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ACTO Y CONSECUENCIA

presente

Lucia:
Entro a la habitación 15 y me encuentro a mi hijo dormido, por supuesto, sé que debería conformarme con esto, pero no, quisiera poder escuchar su voz y pedirle perdón, de todas maneras ni siquiera debería estar aquí así que trato de que esto sea más confortable.

Me atormenta, me aterra imaginarme su reacción al despertar después de está cirugía. No sé como podrá él perdonarme por haberlo traído a padecer esto, yo solamente quería que supiera la verdad, pero me equivoque, confié en el hombre equivocado...otra vez.

Tomo su mano y las vendas en sus muñecas son difíciles de ignorar, pensar en lo aterrado que tiene que haber estado para creer que está era la salida es doloroso.

—Amor, yo sé que puedes escucharme, todo va a estar bien cariño. Esto va a ser muy pequeño algún día y yo estoy contigo, yo te voy a ayudar y vamos a salir adelante, estas personas no van a volver a hacerte daño nunca más, te lo prometo, todo va a mejorar...te lo prometo hijo.

Escucho a alguien acercarse y volteo encontrándome con una de las enfermeras que me acompañó hasta aquí.

—Disculpe señora pero tenemos que llevarlo ya al quirófano.

Lo sé, sé que tienen que apresurarse para proteger el resto de su mano, pero, no quiero, no quiero que esto le este pasando a él.

Asiento y me despido.

La enfermera mayor se acerca a mi y temo que sean más malas noticias.

—Sé que es un momento muy complicado para usted señora. Aquí conocemos a Manuel hace un par de meses—escuchar eso de nuevo duele el doble—y es un chico muy dulce, me imagino lo doloroso que tiene que ser esto para usted, es un proceso largo y muy complejo. Lo que él va a necesitar es mucho apoyo, la primera vez que estuvo aquí por un ataque de pánico hablamos con su tío y pensamos que realmente eso iba a ayudar, créame cuando le digo estamos tan sorprendidos como usted.
—¿Sobre qué hablaron?
—Le sugerimos terapia, de hecho él habló con la Dra. Tapia y ella se ofreció a darle seguimiento.

Sé que ese fue Antonio, no sé si fue desinterés o manipulación, pero, sé que fue su culpa.
Fui muy estúpida al pensar que él sentía cariño sincero por nuestro hijo.

*

Salgo y Alice levanta la mirada chocándose con la mía. Creo que ella es la persona más cercana a un conocido que tengo en Argentina, me acerco y ella me ofrece su mano.

—¿Cómo estás?
—No sé, sinceramente no sé.
—No pasa nada, esta permitido estar mal.

Bia se acerca de prisa a nosotras:

—¿Cómo está Manuel?
—Hola Lucia ¿Cómo está? ¿Está bien?—su madre le reclama.
—Está bien, no pasa nada.
—Perdón, es que realmente he estado esperando por tanto tiempo...
—Está en cirugía.
—¿Cirugía? ¿Por qué?

Pienso en eso de nuevo de repente, el medico me dijo que era muy poco probable que hubiese sido una caída, otra cosa más que esa familia le hizo a mi hijo.
Pienso que la posibilidad más cercana es Paula, por lo menos es la única persona que Manuel me comentó que lo trataba mal, pero, sé que todos los demás la encubrieron así que no me fió de ese vago recuerdo.

completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora