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Capítulo 20: Solo.

XX

SOLO

presente

Antonio:
Me quedo parado en la recepción cuando Lucia se marcha, inmóvil.
No puedo creer que ha gritado eso delante de tanta gente, delante de mi hijo, delante de los Urquiza...no puedo creerlo.

No me hé atrevido a mirar a Víctor, no sé que podría decirle, no creo que haya algo que podría decirle...estaba a punto de contarle lo de Manuel antes de que ella llegara, pero, decir eso suena a excusa, y no aliviaría su decepción. Hé tenido tanto tiempo para contárselo....
Está bien, no hay nadie a quien culpar más que a mi mismo, ocultar esa verdad ha sido mi responsabilidad, Lucía siempre quiso revelar ese secreto, y yo no se lo permití, es mi culpa que todo haya explotado así.

Veo a mi mujer salir de el área de guardia, ahora debo decírselo, me lamento un poco por eso, ella no tendría que estar pagando por mis errores.

—Antonio ¿Puede ser que haya visto a Paula?
—Si.
—¿Y qué tal?
—Mal, todo muy mal.
—¿Ella te hecho la culpa?—no respondo— Tampoco puede, ella abandono a su hijo acá—esa es la Paula de siempre—no puede pretender que no ha hecho nada cuando es algo obvio que también tiene parte de la responsabilidad.
—Basta Paula...

Ese siempre fue su mecanismo de defensa desde que el accidente de nuestro hijo ocurrió, trate de ser comprensivo durante mucho tiempo, pero, no es momento.

—¿Qué? ¿Vas a decirme que no tengo razón?
—No sé, no sé Paula. Lo único que sé es que a vos no te habría gustado que la gente nos dijera eso cuando nuestro hijo menor se escapo de la casa y termino muerto.

Su expresión delata que la he herido con mis palabras, no era presidente mi intención, pero, necesitaba que se callara.
Manuel también es hijo mio, y por ende, esto es culpa mía también.

—¿Por qué me decís algo tan horrible?
—Perdóname.
—¿Paso algo con esa mujer?
—Perdóname, no debería haber dicho eso.
—¿Qué paso? ¿Hablaste con ella?
—Por supuesto que hable con ella...alguien tenía que decírselo.
—¿Qué te dijo?

Está mujer tiene que dejar de hacer preguntas, no es momento para sus reclamos, debería tener un poco de empatía.

—Se puso a gritar y decir cosas, lo que se esperaba.
—Esa mujer siempre le echa la culpa a los demás.

Basta mujer.

—Voy a ver a Víctor.

Camina hacía él y la sigo.
O se lo digo ahora o...

—¿Cómo pudieron haberme ocultado que Manuel es mi hermano?

Tarde Antonio.
Tarde.

Paula voltea a mirarme entre sorprendida y enojada.
Esto iba a pasar algún día, lo sabía, así que, es mi culpa.

*

pasado

Antonio:
Entro a la cocina y Paula sostiene mi celular, me había prometido que dejaría de hacer eso...

—Paula...
—Perdón, como no venías...es Manuel.

Me alcanza el aparato y respondo:

—Hola.
—¿Hola? 
—¿Quien habla?
—Thiago, yo soy amigo de Manuel.
—Ah, hola...¿Pasa algo?

Es algo obvio que si.

—Si, es que Manuel me dijo que no llamara a nadie, pero, pensé que era mejor que si...como es la última persona con quien hablo...
—Pero ¿Qué paso?
—Se sintió mal, por lo que entendí....
—¿Donde están?
—En la guardia del Hospital General.
—Salgo para allá.

Corto la llamada y descuelgo las llaves del auto.

—¿Donde vas?
—A ver a Manuel.
—¿Por qué?
—Se sintió mal, está en la guardia.

Hace  un mal gesto con los ojos.
Paula no sabe cuando es y no es momento para sus reclamos.

—Paula por favor.
—No, está bien, corre a ver a tu hijo...
—¡Shh!
—¿Qué? Si con lo poco que te importan tus hijos de verdad...
—Paula por favor, para, para ahora. No es momento, acá la que me dijo que lo mandara a vivir a otro lado fuiste vos.
—Por que no quería seguir lidiando con él, y sin embargo, ahora es peor.
—¿Y qué queres que haga? ¿Qué lo deje a la deriva?
—¡Quiero que pienses más en tu familia! Tus hijos te necesitan, Alex cada vez pasa menos tiempo con vos y Víctor no habla con nadie...
—Hablaba con Manuel.
—¿Qué?
—Hablaba con él, después de todo fue él el que lo convenció de volver a rehabilitación.
—Perfecto, defendelo ahora...

—Me voy Paula, después hablamos...cuando estés más tranquila.

*

Me acerco a la recepción y cuando estoy a punto de preguntar un muchacho se me acerca.

—¿Señor Antonio?
—Si.
—Soy Thiago, yo le llame.

Estrecho su mano y él me entrega el celular de Manuel.

—Gracias por avisarme.
—No hay de que.
—¿Sabes qué paso?
—No muy bien, fue casualidad que yo lo acompañara, cuando llegue los para médicos ya estaban ahí.
—Bueno, voy a pasar a verlo.
—Yo me tengo que ir, pero, dígale que espero que se sienta mejor.
—Yo se lo digo, gracias otra vez.

Se aleja y la recepcionista me acompaña a la habitación donde Manuel habla con un doctor.

—Tío...
—Hola.
—¿C-cómo...? Thiago te llamo.
—Hizo bien, además de todas formas me habrían avisado Manuel.
—No quería molestarte.
—No me molestas, no sé cuantas veces te lo voy a decir...

Asiente y el medico se me acerca.

—¿Usted es su tutor?
—Si.
—¿Podemos hablar un momento?
—Claro, ahora vuelvo.

Él asiente y salgo junto al doctor.

—¿Cómo está?
—Está bien.
—¿Y qué paso? Porque dijo que se sintió mal.
—Fue un poco más que eso, no puedo dar ningún diagnóstico exacto, pero, estamos casi seguro de que se trato de un ataque de pánico.
—¿Qué?
—Estamos esperando que el psicólogo llegue para poder confirmarlo, pero, es muy probable que estemos en lo correcto.
—Y ¿Por qué?

No creo que haya sido para tanto, quizá Paula tenga razón ahora y tenga que dejar de darle tanta atención...
No es para tanto.

Manuel:
No debería, pero, no pude evitarlo, hé odio todo.
Y no ha sido buena idea, como ninguna de mis ideas últimamente.

No sé porque, pero, puedo imaginarme la cara de mi tío y no me gusta.
Sé lo que puede estar pensando ahora, lo que va a pensar Paula cuando se lo cuente...drama, ese chico solo hace drama.

Nada más.

Por eso no quería que supiera, porque no le importa...porque de todas formas, en esa casa, estoy solo.