Capítulo 21: Agobio.

587 65 15
                                    

XXI

AGOBIO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

AGOBIO

pasado

Manuel:
Salimos de la guardia en silencio, un silencio incómodo.
Sé que Thiago no ha tenido malas intenciones, pero, hubiese preferido que mi tío no viniese, hubiera sido más fácil para mi.

Mi tío quita el alarma y otra vez esas ganas de huir se apoderan de mi.
No es para tanto, no es para tanto.

—Tío no hace...—me interrumpe.
—Subí Manuel.

Le hago caso, sin objetar, no tengo porque causar más problemas.
Cuando me siento en el asiento junto a él no enciende el auto y eso me asusta.
Exagero, lo sé, no hé hecho nada.

—¿Hay algo que no me estés diciendo?
—¿Qué?
—Hay algo que te preocupe, algo que te haya hecho sentirte así...

Lo pienso, realmente lo analizo, pero, sé que no es buena idea comentarle lo de la foto.
Él nunca quiere hablarme de ese hombre, y si le comento esto va a pensar que soy un estúpido, y podría tener razón, pero si ellos no me hubiesen negado tantas respuestas yo no me refugiaría en la primera pista de verdad que encuentro.

—No sé, no fue nada...solamente me sentí mal, quizá es por la mudanza...
—Pensé que ibas a ponerte contento por eso, todos somos conscientes de lo mala que ha sido tu relación con mi esposa estos últimos meses.
—Yo sé, pero lo que menos quiero es causar más problemas ahora.
—Manuel, tenes que parar de pensar así, te lo pido por favor, si yo me estoy ocupando de vos es porque así lo decidí ¿Entendés eso?
—Si.
—Vos quédate tranquilo, lo que menos podrías dar son problemas. No tenes porque pensar en ese tipo de cosas.

Sus palabras me alivian, al igual que como me agobian. Parece ser que Víctor no es el único dentro de esa casa que no me odia, y entonces pienso...ellos dos se enfrentan con su familia por mi, por que yo quiero quedarme aquí, y lo peor que podría hacer seria decepcionarlos, esa presión es lo que me agobia, si fallo en algo no solo pierdo yo, sino también, los hago perder a ellos.

¿Cómo quiere que no piense en esas cosas?
¿Cómo podría dejar de pensar en que cada cosa que haga tiene tanto peso en la vida de ellos?

No puedo, no voy a poder olvidarme de eso.

-Gracias tío, de verdad.

Sonríe y enciende el motor.
Fue solo un mal rato, no fue para tanto.

No pasa nada.
*
Antonio:
Entro a la casa y me encuentro a Paula sentada en el comedor.
Sé que quiere continuar con la charla que dejamos a medias, la conozco.

—Hola.
—Hola.
—¿Cómo está Manuel?
—Bien, fue un pico de estrés, nada de otro mundo.

Se ríe ante mi respuesta.

—No fue buena idea que se fuera de la casa...—espero alguna señal de que esto sea otro de sus golpes hacía él pero parece que es una afirmación genuina—creo que le estamos poniendo un peso muy grande sobre los hombros Antonio, él siempre vivió con mucha gente, no creo que sea una transición sana.
—¿Me estás hablando en serio, Paula?
—Obvio, lo analice, y ahora que me decís lo del pico de estrés veo que estoy en lo correcto. Alex me comento que está semana es la última antes de los primeros exámenes importantes, creo que es muy poco considerado hacer que él se encargue de más cosas...
—Perdóname por la sorpresa, cuando me fui no pensabas ni el 3% de lo que me estas diciendo ahora.
—Tenes razón, me equivoque, me deje llevar por mi dolor y...sentí que estabas tratando de reemplazar a Lucas.

Veo la sinceridad en sus ojos y eso me duele porque la entiendo, y en parte tiene razón, no quiero reemplazar a mi hijo, pero, quizá si quiero que su vacío no sea tan grande.
Ella no tiene ese recurso, quizá por eso ha estado tan enojada con Manuel últimamente.

—No podría hacer eso, nadie, nunca va a poder reemplazar a mi hijo. Nadie.
—Perdóname Antonio ¿Por qué no le decís que vuelva? Así va a poder concentrarse en sus pruebas.
—Gracias Paula, no sé que hice para merecer alguien como vos...
—Somos una familia, y estamos juntos en esto.

presente

Lucia:
Cada una de las palabras del Doctor Rojas me hacen trizas, no puedo creer que mi hijo haya estado pasando por esto y yo no lo haya podido ver. No puedo creer que fui yo quien lo dejo aquí, yo le hice esto también.

Pienso en cada una de nuestras llamadas y en como no escuche en su voz todo lo que padecía, siempre creí en sus excusas, nunca me imagine cuan mal la pasaba con esa familia, cuanto lo tienen que haber atormentado para que sufriese ataques constantes, o para que llegue a lo de hoy: va a perder sus dedos.

No puedo siquiera imaginarme lo difícil que va a ser esto para él, recuerdo lo emocionado que estaba cuando me contó que le habían dado una beca del en el conservatorio y el recuerdo es insoportable.
¿Cómo puede ser que en una semana hayan cambiado tanto las cosas? ¿Cómo puede ser que desconociera tanto la vida de mi hijo?

Esto también es culpa mía.

Me arrepiento de mis decisiones, debería haberlo dejado en casa, conmigo.
No debería haber dejado que los Gutierrez se involucraran así en nuestra vida, después de todo no obtuve nada de lo que quería.

Antonio se salio con la suya, y yo lo ayude.
Esto es totalmente mi culpa.

Esto es totalmente mi culpa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora