Capítulo 53: Mientras tanto.

369 56 14
                                    

CINCUENTA Y TRES 

CINCUENTA Y TRES 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MIENTRAS TANTO

pasado

Manuel:
Camino a casa tarde, bastante tarde, ya casi no hay gente por ahí y no es realmente desagradable...bueno, hasta que veo a Alex recargado en un árbol.

¿No tiene nada mejor que hacer que meterse conmigo?
Parece que no.

—Primo...

Freno junto a él y sonríe con superioridad.

—¿Hace cuánto estás allí parado Alex?

—Es una casualidad que te encuentre, estaba con Mara. Mi vida no gira en torno a vos, no sos tan importante.

No se cansa de repetirme eso, ya lo sé.

—Ahh.
—¿Qué tal tu tarde de mentiras?
—Como si te importara...
—Me importa, me importa saber que haces y me importa que no digas más mentiras ¿Vos sabes que las mentiras tienen patas cortas?
—Tu lo sabrás mejor ¿No?
—¿Qué queres decir?
—Nada, olvídalo.

Retomo mi paso y él me detiene.

—Repetí lo que dijiste—habla con enojo, como si esto fuese algo realmente ofensivo...no es así, lo que sucede es que estaba esperando algo para enojarse más, como siempre.
—Y-yo, lo siento.
—No mientas, a vos te encanta hablar mal de mi y de mi familia, sos un malagradecido.
—¡¿Por qué?! ¿Por que quiero a una chica? ¡No seas ridículo Alex! Además...no es como que tenga tanto porque agradecer.
—¿Qué decís? Si no fuera por nosotros no tendrías nada.

Sé que no debería prenderme en su juego, pero es tan molesto.

—Mira Alex, dejemoslo.
—No.
—Alex...
—Te digo que no.

Me empuja y me doy contra un árbol.

—No vuelvas a decir eso de mi familia.
—...

No he dicho nada.

Lo veo alejarse y es entonces cuando voy tras él, cuando ya hay una distancia considerable entre nosotros.

No entiendo, realmente no entiendo que es lo que tiene contra mi. A veces me gustaría saber si este es el verdadero él. porque si es así todo ese tiempo que fuimos amigos estuvo mintiendo.

Ya no importa, después de la audición todo va a mejorar...

*

Me levanto completamente molesto, no he podido pegar un ojo en toda la noche, no ha sido solo el golpe que me he dado en la pelea con mi primo, ni el dolor de cabeza, es que simplemente no he podido dormir.

Víctor entra a la habitación y me mira con sorpresa.

—¿Qué te pasó?
—¿Por qué?

Alcanzo mi teléfono y abro la cámara delantera para encontrarme con mi rostro repleto de manchas rojas, debí haberlo imaginado...

completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora