Capítulo 38: Mentiroso.

465 52 13
                                    

TREINTA Y OCHO

TREINTA Y OCHO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MENTIROSO

pasado

No hay mucha charla durante el trayecto, más que un par de veces que Mariano intenta hacer que el muchacho le cuente algo, pero este parece estar en otro lado, así que deja de insistir.

—Voy a responder una llamada ¿Si? Ahora vuelvo.

No obtiene nada, ni siquiera un movimiento de cabeza, de todas formas baja y atiende a su mujer.

—Mariano ¿Qué pasa?
—Encontré a Manuel—escupe la información.
—¿Cómo que "encontraste"?
—En el parque Alice, solo, durmiendo junto a un árbol.

Ella guarda silencio.

—¿Qué hacía ahí?
—No sé, no ha dicho nada desde entonces...no se ve muy bien.
—¿Vos crees que esa mujer lo echo de nuevo?
—No tengo idea, pero es seguro que algo paso.
—Pobre chico...
—Estoy yendo para allá, pedí permiso en el trabajo porque pensé que era lo mejor.
—Bueno, yo termino más tarde la redacción, no hay problema.
—Okey, nos vemos.
—Los espero.

Termina la comunicación y mira un segundo a él chico que lo espera dentro del vehículo.
¿Por qué insiste con quedarse después de todo lo que esa familia le hace? No puede entenderlo, bueno, no del todo, si sabe lo que es amar a alguien en otro país y las dificultades que eso suele conllevar, pero su caso es otro... sufre, y no entiende como eso podría valer la pena.

*

Abre la puerta sin soltar el brazo del español, parece que si lo hace este va a perder el equilibrio así que simplemente lo guía hasta una de las sillas del comedor mientras tanto, su mujer los observa desde la cocina un par de segundos antes de acercarse.

—Hola.

Más silencio.

—Te lo dije, no dice nada.

Ella asiente y se sienta frente a él para tomarlo de la mano.
Su marido se aleja para servir té caliente en una taza y llevarla hasta la mesa.

Bia no esta en la casa, por suerte, porque con toda la preocupación que ha cargado por él todos estos días esto la haría pedazos.

—Manuel...—intenta que él la mire a los ojos aunque es difícil—no pasa nada ¿Si? Estas bien...

La mujer habla despacio, ha tratado antes con gente en estado de shock pero sabe muy bien que su cercanía con él puede influenciar en su actuar así intenta mantener la compostura, ante todo lo que esto le hace sentir: impotencia, mucha impotencia.

...

Víctor:
Me he pasado la noche en vela llamando a mi primo una y otra vez sin éxito.
Él ni siquiera ha respondido uno de mis mensajes para decirme que esta bien, eso delata que no lo esta.

Nunca hablamos mucho de su padre, él decía que no era algo que le preocupara pero por mucho que le restará importancia sé que mamá le ha hecho daño con sus palabras. No solo le ha dicho que lo han abandonado, si no que también, ha confesado que todos le han estado diciendo mentiras sobre ese hombre.
Me da vergüenza.

Ella junto a mi hermano comen como si nada, yo en cambio no puedo probar bocado, han sido muchas horas... no sé como pueden dormir en paz siendo tan crueles.

—¿Todo bien hijo?

Suelto una risa irónica ante su pregunta.

—¿Cómo va a estar todo bien mamá? 
—¿Qué pasa hermanito? ¿Estás mal porque tu mejor amigo se fue?
—No se fue, ustedes lo espantaron, le dijeron cosas horribles solo con la intención de lastimarlo y ni siquiera se han preguntado donde ha pasado la noche.
—Seguro se fue a la casa de su otra familia: los Urquiza.

Lo dice con desprecio, se parece tanto a mamá.

—Exacto, prefiere a esa chica que a su verdadera familia, después de todo lo que hemos hecho por él Víctor, se lo ha buscado.
—¿Cómo podes hablar así mamá? No puedo creer que realmente pienses todo eso, más después de que te conté la verdad...—me mira con sorpresa.
—Cállate Víctor.

—¿De qué están hablando?
—Nada, ya sabes como es tu hermano.
—No mamá, basta de mentiras, estoy harto de los secretos de está familia...lo único que eso ha logrado es que nos separemos.
—No entiendo nada—Alex se ve realmente confundido, y asustado.
—¿Queres decirlo vos? ¿O yo se lo digo?
—Basta...te lo advierto.

—Mamá no quiere que lo sepas, pero yo ya no voy a mentir más, estoy cansado.
—¡Víctor!
—Helena no iba manejando ese auto.

Mira a mamá esperando que ella le diga algo, ella sigue concentrada en mi. No me importa que me odie, no voy a seguir ocultando esto.

—Era Lucas.
—¡Basta! No voy a permitir que ensucies así el nombre de tu hermano—ahora llora.
—No estoy ensuciando nada, estoy diciendo la verdad...
—Basta ¿No te alcanzo con lo que esa familia ya le hizo a esta familia? ¿Ahora mentís para encubrirla?

Mi hermano sale de su shock y se acerca a abrazarla.

—Mamá tiene razón ¿Cómo podes hacerle eso a tu hermano? ¡Siempre preferís a los demás que a tu familia de verdad!
—Alex...
—Mira como está mamá, y todo por tus inventos...esta vez te pasaste Víctor.

Su negación me enfurece, no puedo creer que no quieran ver la realidad.

—Acá, los únicos mentirosos son ustedes. De nada sirve que vivan entre engaños porque algún día, todo esto que construyeron con base a mentiras se les va a caer, y yo no voy a estar cuando quieran volver a empezar. A mi ya me perdieron.

Ya estoy cansado de todo esto, no sé como he podido mentir sobre Helena por ellos,
Soy un traidor, y por nada.

Entro a mi habitación y reviso mi celular para ver si Manuel por fin ha dado una señal de vida: nada.
No sé que voy a hacer sin él aquí, pero ahora que he oído a mamá y Alex hablar así me pregunto: ¿Realmente lo hicieron volver para maltratarlo por placer?

¿Qué clase de familia tengo?

completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora