Capítulo 21

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Aprecio
...

Pov JungKook

x: JungKook.

Al fin llega. 

Me tiró un zape.

JK: Hermana —dije sobándome la cabeza.

SJ: ¿Qué? ¿qué? ¿Cuál es tu problema? —suspiré cansado.

JK: Nada.

Es muy temprano. Estoy desayunando y no esperaba que viniera tan pronto, sobre todo cuando se encontraba con mis padres en Italia.

JK: ¿Por qué no me avisaste para recogerte? —se sentó a un lado.

SJ: No importa —tomó un poco de café—. Ahora dime que es tan urgente para escaparme de nuestros padres.

JK: JunRyeon volvió.

Casi escupe el café.

SJ: ¿Cómo dices? —asentí— Esto puede sonar muy duro, pero ella murió. Es imposible.

JK: ¿Qué es imposible para la chica privilegiada con el sello oscuro?

SJ: No lo sé.

JK: Su cuerpo de otro mundo se teletransportó aquí cuando allá murió.

SJ: Oh por Dios... —se cubrió la cara con una mano— debe ser una anciana —rodé los ojos suspirando.

JK: Es una jovencita de casi 20 años.

SJ: ¿¡Qué!? ¿y dices que murió? ¿tan joven? —asentí— No puedo creerlo... que niña tan infeliz —habló con tristeza—. En esta vida le fue mal y en la otra también. Menos mal no recuerda nada —fruncí los labios.

JK: Sí, sí puede —apoyó su codo sobre la mesa y frotó su cien.

SJ: ¿Cómo? —soltó incrédula— De por sí uno no puede aguantar con sus recuerdos de una vida para soportar los de otra.

JK: Hablé con su guardián y dice que es una maldición. Cada vez que muera y regrese; vendrá recordando cada una de sus vidas pasadas por ser portadora del sello oscuro. Sin siquiera saber quienes fueron sus enemigos en su vida original.

Suspiró.

SJ: ¿Y qué puedo hacer?

JK: Ocurrió un incidente hace unos días —me miró preocupada y con intriga—. Tenía una reunión con otros clanes y la encerré en su habitación. No dejé sirvientas o guardias que la custodien, para que los líderes pensaran que era un sitio inhabitado, pero... de la nada sentí dolor, angustia y pena.

Me cuesta decir esto, pero si no lo hago ¿Cómo recibiré ayuda?

JK: No sabía porqué. Aquellos sentimientos se volvieron en desesperación. Ni siquiera noté cuando había llegado a la habitación de Ryeon y cuando la vi me sentí destrozado —recordar ese momento es muy duro—. Se encontraba en el suelo abrazándose a ella misma, mientras se ahogaba con su propio aliento y sin dejar de llorar —apreté mis labios—. Quise abrazarla, quise darle de mi calor y quitar nuestras penas, pero ella incluso me tenía miedo a mí. Creo un caparazón de ramas y no pude volver a verla hasta que se desmayó.

Soulmates 《JungKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora