Extra: Creación de los vampiros (1)

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Una vida
...

(Hace cientos de años)

Me encontraba atendiendo a los enfermos, a los pocos que quedaban y eso no es motivo de alegría, ya que no se mejoran, se mueren a cantidades exorbitantes.

Soy una sierva de los Dioses, quien fue bendecida con el don de curar a las heridas físicas y tratar enfermedades, pero ahora mi poder no salva a nadie.

Soy una inútil. He decepcionado a los Dioses. 

Soy inmune ante este mal. Otro regalo otorgado por los Dioses.

Estoy en un hogar tratando como pueda a aquellos que la enfermedad no se ha esparcido demasiado. Para los que ya es demasiado tarde, solo me queda rezar por su alma.

x: ¡Lia!

—¡Dime, Bastia!

B: Es el joven Artemis.

—¿Qué ocurre con él?

B: Ha sido infectado y la familia quiere que como sacerdotisa vayas a cuidarlo.

—Que lo traigan rápido.

B: Tienes que ir.

—Pero tengo que cuidar a los demás.

B: Lo siento... —aparecieron unos soldados.

Me quisieron tomar de los brazos, pero yo sola caminé.

Solo por que son ricos se creen con el derecho de menospreciar a los demás, pero no es así. Tal como su hijo muere cientos de miles también. No estoy en contra de brindarles ayuda, pero deben de respetar a los demás. Son egoístas. Gente como ellos no deberían de existir, no es lo que quieren los Dioses, pero lamentablemente no pueden hacer nada, ya que así es y será el humano por naturaleza.

Llegué a la casa de la familia, resé por su alma, curé sus erupciones, remojé telas para colocarlas sobre su frente y luego me retiré para volver al templo, pero no sin antes también preparar un té para que la familia refuerce su alma.

Ya era de noche, iba por un atajo, además de que si iba por la ciudad podría morir de pena por los cadáveres.

Me sentía muy cansada y mientras caminaba me daba un respiro antes de ir a cuidar a más gente. No suelo dormir mucho con esta epidemia, solo unas dos o...

¡Por Zeus!

Alguien me tocó el talón.

Miré quien era y era un chico. Sus rasgos no parecían como los de aquí, sus ojos eran como dos líneas y sus labios gruesos, pero por lo que puedo ver tiene muchos golpes y sangre por esos labios.

Lo toqué ligeramente para ver si estaba con vida, pero cuando lo hice se abalanzó sobre mí. Quiso quitarme la ropa, forcejeé contra él, pero con mis poderes logré que me suelte.

x2: Solo quiero el calor de alguien... —soltó un par de lágrimas.

—No es la manera. Usted aún es joven...

x2: Es la única que conozco —suspiré pesado.

Debo de tener paciencia y empatía. No sé que tipo de vida le tocó vivir para que piense así.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunté cálidamente.

x2: Ellos me llaman Evan.

—Significa guerrero.

Soulmates 《JungKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora