Capítulo 31

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Mi corazón es tuyo
...

Pov JungKook

¿Por qué me atrevería a juzgar sus razones? Es alguien que siempre ha buscado la manera en que los demás no salieran tan lastimados, incluso reprimiendo sus más grandes sentimientos por el bienestar de los demás.

No imagino lo doloroso que debe ser para ella seguir poniendo a los demás por delante cuando desea vivir con libertad.

JK: ¿Ya estás despierta?

Acaricié suavemente sus cabellos.

—¿Dormiste bien? 

Sus ojos están tan rojos e hinchados de tanto llorar. Incluso mientras dormía no dejaba de llorar.

JK: No, roncas mucho.

Me dio un ligero golpe en el pecho.

JK: Por primera vez mi cama no se sintió tan fría.

Me volvió a golpear.

JK: Está bien, no estuvo fría.

La abracé con más fuerza.

Hace tanto tiempo que no unía mi cuerpo con el de alguien más... me alegro tanto que haya sido con ella.

JK: ¿Quieres irte a bañar? —negó.

—Quiero seguir abrazándote —hundió su rostro en mi pecho.

JK: O quizá podemos hacer algo más.

—Sí... tengo sueño.

¿Qué? A penas y se ha despertado, aunque no la culpo hace unas horas se ha dormido.

JK: ¿En-en serio? —asintió— Bueno, descansa.

Yo quería otra cosa. Desde hoy hasta que se vaya la traeré todos los días a mi cama. Algunas veces para dormir y otras... otras quizá no pueda controlarme.

JK: Iré a ducharme ¿de acuerdo? —asintió.

No puedo creer que de pronto se haya convertido en un tierno corderito cuando hace poco era una fiera.

Me fui a la regadera del primer piso, me di una ducha rápida, me cambié y fui a la cocina a preparar el desayuno.

¿Qué podría cocinarle? A ella le encanta la comida picante, pero creo que sería demasiado fuerte en su estado. Bueno, no importa que cocine a ella le encanta comer lo que le preparo y se molestaría si le digo que intentaba hacer una comida que le gustara.

—¡Yah!

Rápidamente dejé de pelar la papa y corrí hacia la habitación.

JK: ¿¡Qué!? —la tomé cuidadosamente de los hombros con suma preocupación— ¿¡qué pasó!?

x: Lo siento.

Este imbécil.

JK: Kim JongIn... —la fui soltando— ¿¡cómo te atreves a molestarla!?

Lo tomé del cuello y lo estampé contra el suelo.

JI: Lo-lo siento, pero ten-tenemos problemas.

JK: ¿Acaso yo estoy pintado o qué?

JI: Cre-creí que solo dormía. Perdón...

Lo solté furioso y volví hacia Ryeon.

—No debiste hacer eso... —desvió la mirada.

JK: ¿Por qué?

JI: Porque ya me había golpeado, de hecho tirado la daga —se lo quitó de su pierna.

Soulmates 《JungKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora