Capítulo 30

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-¿Sólo piensas manejar por la ciudad?- pregunto cuando comienza a conducir por las calles vacías de la ciudad.
-Estoy pensando a donde podemos ir- dice si quitar la mira al camino.
-Se me ocurre algo- digo y el frunce el ceño.
-¿Qué?
-Sólo sigue mis indicaciones- digo y él asiente.

Le voy explicando el camino a mi destino secreto y él solo conduce sin reproche, ninguno de los dos habla sobre nuestra pequeña discusión de la tarde, solo nos fijamos en llegar al lugar.

-Aquí es- digo y él aparca.
-¿Es un muelle?- pregunta bajando del auto.
-Si, aquí solía venir de pequeña con mis papás- digo nostálgica mientras nos adentramos al lugar, realmente hacía mucho que no venía.
-Es lindo- dice mientras nos sentamos en el muelle de madera que está justo en frente de un lindo lago.
-Mi padre ama pasear en canoas, así que de pequeña veníamos a remar por las tardes- cuento.
-Yo y mi papá realmente no hemos hecho muchas cosas juntos, yo era muy unido a mi madre, aunque murió cuando estaba pequeño puedo recordarla muy bien. Mi padre jamás fue muy familiar ni el mejor padre, pero aún así se preocupa por mi, lo sé.
-A veces aunque no sean los mejores padres, los queremos, porque al fin y al cabo son nuestros padres...
-Exacto.
-Oye... lo siento por lo de esta tarde, pensándolo bien yo también me molestaría si hablaras con una ex tuya, pero que sepas que yo con Zac jamás tendría algo, solo me causa nostalgia verlo porque recuerdo nuestra amistad antes de toda la horrible "relación"- cambio de tema y él voltea a mirarme.
-Jess yo lo siento, me cuesta confiar en la gente y por eso desconfié de ti, porque aunque llevemos poco tiempo saliendo, debo admitir que me gustas muchísimo y tengo miedo de perderte, pero prometo que de ahora en adelante trabajaré en ello y haré todo lo posible por poder tener confianza plena en ti- me duele cada una de sus palabras... ¿confiar en mi? Si le haré daño al final de todo esto.
-Tranquilo, te entiendo, se lo difícil que puede llegar a ser confiar en alguien.
-Me gustas muchísimo Jessica, no quiero que venga alguien y te arrebate de mi vida.
-Nick, tú también me gustas demasiado, eres una persona increíble y la única que ha logrado enamorarme en tan poco tiempo. No temas, que yo no te dejaré por alguien más, quiero estar contigo.

Nick se acerca aún más a mi besándome dulcemente, luego nos separamos y él me rodea por los hombros con su brazo y yo dejo caer mi cabeza en su fuerte pecho, nos quedamos en silencio observando y apreciando en leve sonido que hace la suave brisa en el agua del lago, es un momento perfecto y quisiera poder paralizarlo para siempre, definitivamente no quiero que esto se acabe.

...

Ayer por la noche, después de estar horas con Nick, volvimos a casa y tuve que subir sigilosamente por mi ventana, sintiéndome como una completa adolescente.

He estado considerando dejar las clases en el gimnasio de boxeo, amo luchar en el ring pero ver clases todas las semanas no es lo mío, yo soy más de hacer cosas diferentes cada semana y a mi manera. De todas maneras como la misión está en pausa, seguro conseguiré la aprobación de mis padres, y además como Nick y yo estamos saliendo puedo seguir saliendo con él fuera del gimnasio.

-Cariño, tu desayuno está servido- escucho a mi mamá desde el comedor y bajo junto a ellos.
-Buenos días- digo llegando a su lado.
-¿Cómo estás amor?- pregunta mi padre.
-Bien... quería hablar de algo con ustedes.
-¿Qué sucede?
-Estaba pensando en salirme de las clases de boxeo, Nick y yo ya somos amigos, cuando necesite información sobre él podemos salir a otros lados y ya- comento.
-No hay problema hija, de todas maneras no hace falta que salgas ahorita con él, recuerda que la misión está en pausa.
-Bien- es lo único que respondo, claramente seguiré saliendo con él pero ellos no tienen que saber.

Al terminar de comer recogemos todo y ellos se preparan para irse.

-Cariño, mañana pensamos en tener un día familiar, hace tiempo que no salimos los tres juntos a un día completamente relajado, nos vendrá bien a todos- dice mamá y yo asiento.
-Me parece genial- sonrío.
-Perfecto, ¿cine?- pregunta mi padre.
-Cine- confirmo.

Mis padres salen de casa rumbo al trabajo y yo decido arreglarme para ir al gimnasio a retirar mi inscripción, aunque es miércoles se que Bruce da clases todos los días.

Me visto rápidamente y salgo de casa, subo a mi auto y conduzco hasta el gimnasio. Al llegar al lugar veo a Bruce con un grupo de niños entre los 13 y 16 años, son muchísimos y Bruce se ve bastante ocupado, decido sentarme en una banca a esperar que termine la clase para hablar con él.

Cuando termina me levanto y camino hacia dónde está.

-Hola Jessica, que sorpresa, ¿qué te trae por aquí?- pregunta en cuanto me ve
-Quería hablar contigo, solo que te vi un tanto ocupado- comento.
-Si... es que son muchos niños, no se en que momento se volvieron tantos, ya ni se que hacer- murmura agotado y en ese momento se me ocurre una idea.
-¿No estás dispuesto a contratar a alguien para que te ayude con las clases? Tal vez te facilitaría todo.
-Si, es una buena idea, ya lo he pensado pero no se a quien podría contratar.
-A mi se me ocurre alguien... hablaré con él y haré que venga a hablar contigo ¿bien?
-Si perfecto Jess, gracias- sonrío amable.
-Bueno, a lo que vine es a retirar mi inscripción de las clases.
-Oh, ¿te irás? Me gustaba mucho tenerte aquí, eres increíble.
-Si, es que no soy muy de ver clases, me gusta más hacer las cosas por mi cuenta y variar- explico y él asiente.
-De todas maneras puedes venir de vez en cuando, solo pagas la hora y puedes practicar libremente- me explica.
-Buenísimo, cuando tenga ganas de luchar un rato vengo.
-Seguro Jessica, eres bienvenida siempre. Pasa con mi recepcionista, él te devolverá la inscripción .
-Perfecto, adiós Bruce- me despido y camino hacia una oficina que hay al fondo del lugar.

Ya allí un hombre delgado me atiende y hace todos los papeleos para devolverme mi inscripción, ya lista salgo de lugar y llamo a Nick.

-Hola amor- escucho su voz después de varios tonos.
-Hola bebé, te tengo una propuesta- suelto.
-¿Qué cosa?
-¿Estás en tú casa?
-Si.
-Vale, voy para allá.
-Aquí te espero, te quiero- dice y una sonrisa sale inesperadamente de mis labios.
-Y yo a ti- cuelgo.

Enamorado de una espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora