Capítulo 38

736 59 1
                                    

-Jess no tenías que hacer esto- murmura.
-No, escúchame primero- él me mira atento- Eres el primer chico que realmente me demuestra como es el amor puro y sincero Nick, sin que te hagan daño y te engañen, no quiero perderte, y si te pierdo aunque sea quiero saber que te hice feliz en algún momento, porque te lo mereces... ayer fui una completa tonta, dudé de la única persona que se ha entregado completamente a mi y no fue justo, te lo juro que lo lamento muchísimo y quiero que podamos estar juntos, quiero estar contigo- concluyo y al ver que sonríe siento un alivio.
-No eres tonta Jess, te han hecho demasiado daño y yo debería haberlo entendido ayer, no es tu culpa desconfiar después de todo el daño que te hicieron y yo quiero estar ahí para ti para que puedas volver a sentir lo que es confiar plenamente en alguien.
-Joder, eres el mejor.
-Te amo Jessica, no pienso dejarte ir- no dirás lo mismo en un tiempo.

Nick se acerca a mi cortando el gran espacio que nos separaba y me rodea con sus brazos haciéndome sentir esa seguridad al estar hundida en su pecho.

-Necesitaba esto- digo sin soltarlo.
-Yo también rubia.

Nos separamos después de unos segundos y vamos a la mesa donde hay muchísima comida para nosotros dos.

-Dudo que comamos todo esto- dice al ver la gran cantidad de comida.
-No como nada desde las 10 am, así que yo no creo que quede comida- digo divertida y él ríe.
-Esta es como mi fantasía sexual de comida- bromea mientras toma un trozo de sushi.
-Quiero que sepas que me vestí así de informal porque sabría que vendrías con ropa casual y no quería que te sintieras fuera de lugar.
-Y te lo agradezco, hiciste que este gimnasio de boxeo parezca un restaurante lujoso y si venías elegante me sentiría un mal vestido- ambos reímos- ¿Cómo lograste que el gimnasio estuviera completamente solo?- cuestiona.
-Le rogué a Bruce hasta que accedió y también le pedí el favor de que te convenciera para venir.
-Es una sorpresa muy original, sino estuviéramos comiendo estos ocho kilos de sushi te propondría tener una pelea en el ring para recordar nuestros inicios y hacer esta cena más peculiar y rara- dice y no puedo evitar reír.
-Creo que es prudente que no peleemos después de comer tanto sushi señor boxeador, a menos que quieras vomitar todo esto - bromeo.
-Asquerosa.
-Cállate- saco la lengua como una niña peques y él imita mi acción- te tengo otra sorpresa- me mira sorprendido.
-¿En serio?
-Si- me levanto de la mesa para buscar el obsequio que dejé en el estante de la esquina- ten.
-¿Qué es esto Jess?
-Es un frasco con 100 papelitos que dicen las cosas que, según yo, te hacen especial- explico y él me mira directo a lo ojos- lo sé, muy cursi- sonreímos al mismo tiempo, Nick intenta abrir el frasco pero yo lo detengo.
-No lo abras.
-¿Por qué?
-La idea es que lo abras cuando estemos peleados, estes triste o cuando me extrañes... quiero que en los momentos que puedas estar mal y yo no esté ahí para ti puedas leerlos y recordar las cualidades que te hacen una increíble persona, para que no te des por vencido- explico y él asiente.

Nick no se dará cuenta del verdadero significado de este regalo hasta que se entere de toda la verdad.

-Es muy linda Jessica, de verdad gracias por esforzarte tanto en hacer todo esto.
-Te lo mereces Nick.
-¿Cómo recogeremos todo esto?- pregunta.
-No te preocupes, el sushi que sobre lo subimos al auto y todo lo demás le pagué al señor de limpieza del lugar para que me hiciera el favor de recogerlo mañana.
-¿Quieres ir a caminar?- pregunta cuando terminamos de comer.
-¿A dónde?
-Cerca de este lugar hay un lago súper bonito, podemos ir para allá- propone.
-Vale.

Guardamos algunas cosas en mi auto y con nuestras manos entrelazadas caminamos por la vacía calle en la oscura noche iluminada por estrellas, literalmente siento como si estuviese viviendo una película y quisiera que no terminara.

-Aquí es- señala el lago vacío donde se escucha un suave sonido que hace el agua, sumamente relajante.

Nos sentamos en el borde del lugar, él pasa su brazo sobre mis hombros y yo acuesto mi cabeza sobre su brazo, nos quedamos unos minutos en silencio admirando la luna y las estrellas que están sumamente brillantes.

-Desde que mi madre murió había perdido la fe de volver a creer en mi- susurra de pronto- ella era la única que se que realmente creía en mi y en mis cualidades, y tú me devolviste esa ilusión- tomo una bocanada de aire, ¿por qué cada frase que dice me hace sentir tan culpable y mal?
-No puedes permitirte dejar de confiar en ti mismo Nick, nunca.
-A veces es más fácil ver el éxito en los demás que en uno mismo- dice.
-Por eso es importante rodearte de la gente que te recuerde lo especial que eres- agrego.
-Y por eso quiero estar rodeado de ti para siempre.
-No se si seamos para siempre Nick, pero quiero que lo que duremos sea real.
-Lo es y lo será.
-¿Crees en el destino?- pregunto de pronto y el voltea a mirarme haciendo que nuestros ojos conecten.
-A veces.
-¿Qué crees que tenga preparado el destino para nosotros?
-Espero que algo duradero.
-¿Y si no?
-Entonces espero que nos vuelva a reencontrar.

Me acerco a él cortando la poco distancia que nos separa y nos unimos en un perfecto beso.

Enamorado de una espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora