21 - Historia

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Una vez que Pabbie tiene el reporte y está hecha la denuncia en la jefatura de policía, Kristoff las acompaña hasta la residencia y vuelve con su tío a pasar lo que queda de la tarde del domingo.

Y Anna y Elsa quedan solas, al pie del Edificio Lund, mirando cómo el muchacho se aleja.

La rubia toma aire y cierra los ojos. Ha sido un día muy largo e intenso. Y aún no termina.

"¿Quieres dar un paseo?" invita. La pelirroja hunde las manos en los bolsillos de su abrigo y asiente cansada. "No será largo, lo prometo."

Mientras ponen marcha hacia el parque central del campus, Anna parece recuperar un poco de su energía habitual.

"Gracias," susurra con una sonrisa ligera. "Por cuidarme y estar conmigo hoy."

"No hay nada que agradecer, somos amigas, ¿verdad?" Hace una pausa antes de agregar: "De hecho, creo que te debo algunas explicaciones..."

Anna la mira de reojo sin detenerse.

"Oh... No tienes..."

"Quiero hacerlo. Quiero contarte."

"Soy toda oídos, entonces."

Elsa mira al frente, seria.

"Mi madre se llamaba Elena Lund."

Anna la mira confundida por un instante, pero enseguida refleja en su rostro la conexión que hace mentalmente.

"¿Lund? ¿Como el edificio en el que vivimos?"

"Exacto," confirma con una sonrisa triste.

"Presumo que..."

"Murió de cáncer cuando yo tenía seis meses. Páncreas." Calla pensativa unos segundos antes de continuar. "Conoció a mi padre estudiando aquí mismo. Ella, Economía. Él, Literatura. Mi abuelo paterno estaba encantado cuando se presentaron como pareja al año de comenzar sus estudios. Esperaba que mi padre se hiciera cargo de la empresa familiar cuando él se retirara. La inclinación de mi padre hacia las letras fue devastadora, pero la llegada de mi madre le dio esperanza. Supuso que podía entrenarla para ser su sucesora."

"¿Tus padres tenían otros planes?"

"Algo así. Al terminar la carrera, le ofrecieron a mi madre un puesto aquí como ayudante, que luego la llevaría a ser profesora. Mis padres se casaron y se instalaron en Arendelle."

"¿Y tu abuelo reaccionó mal?"

"Cualquiera lo hubiese esperado, pero sorprendentemente no... Estaba particularmente orgulloso de tener en su familia a alguien interesado en las finanzas... Y de todos modos, no cejó en sus intentos de convencerla de hacerse cargo de algún área de la empresa.

"Nací cinco años después de que mis padres se casaran. Y en un control post parto le encontraron a mi madre un tumor en el páncreas. Mi abuelo pagó los mejores médicos, los mejores tratamientos...

"Murió muy pronto para todos. Mi padre quedó devastado. La amaba tanto... Su estado emocional no era el más adecuado para criarme solo, así que decidió volver a Nueva York con mi abuelo. Y él... Bueno, George Westergard siempre ha lidiado con todos sus problemas a través del dinero. Así que su duelo consistió en donar una suma gigante a la Universidad en honor a mi madre y pagar por las mejores niñeras para cuidarme.

"A medida que fui creciendo, las niñeras se convirtieron en maestras, éstas en profesores... Cuando notaron mi habilidad para las matemáticas, mi abuelo me impulsó a seguir por ese camino."

"Quería que tú fueras su sucesora..."

"Y las matemáticas son muy útiles en su negocio."

"Creo que no me lo has dicho, ¿pero cuál es la empresa de tu abuelo?"

"Seguros North Mountain."

Anna la mira con sorpresa. Tras unos segundos de shock vocaliza un "wow". Elsa aprovecha que han llegado a la fuente central del parque y le señala un banco cercano para sentarse.

"Casi no he tratado con gente de mi edad, mi casa estuvo siempre llena de adultos. Se esperaba de mí que callara, que hiciera caso, que pasara desapercibida. Aprendí a ocultarme y encerrarme. La mitad del tiempo lo pasaba estudiando, y el resto lo dediqué a leer y a ver películas. Solía imaginar que los personajes eran mis amigos..." La sonrisa triste vuelve a aparecer, pero Elsa sacude la cabeza, tratando de quitarse el sentimiento de encima.

"Esperaba que venir a la Universidad me liberara pero... Como siempre, George Westergard interpuso su dinero. Me dieron un cuarto para mí sola. Todo el mundo lo supo, las listas de habitaciones se hacen públicas al inicio de cada ciclo lectivo, así que me gané las miradas del resto de los estudiantes. Y, en honor a mi madre, me dieron acceso al comedor de profesores, lo que me valió que empezara a circular el apodo de 'Reina'."

"La Reina del Congelador," murmura Anna. "Escuché que algunos te mencionaban así. Creen que tus privilegios son por tu carrera, ¿verdad?"

Elsa asiente con resignación.

"Tampoco los he corregido. No quiero explicar mi historia familiar a todo el mundo." Cruza los brazos frente a su abdomen en actitud defensiva. Siente las lágrimas agolparse detrás de sus ojos. Pero también siente a Anna pegándose junto a ella y apoyando la cabeza en su hombro.

"Mi abuelo murió el último verano," revela, tras un minuto de intentar controlar su respiración. "Y mi padre finalmente tomó el mando de la empresa."

La pelirroja desliza su brazo en el codo de Elsa.

"Lo siento," murmura.

"Suena cruel, pero... En cierta forma es un alivio," reconoce. "Mi padre no me presiona para unirme a la empresa. Y quiere que haga una vida lo más normal posible... Creo que le está haciendo bien recuperar un poco el control de su propia vida."

Anna asiente en silencio. Y así se quedan por varios minutos, acompasando sus respiraciones y dejando que sedimente el relato de Elsa.

"Se está haciendo tarde," susurra finalmente la rubia. "Es hora de que volvamos."

"¿Puedo quedarme contigo esta noche?" La voz de Anna parece a punto de quebrarse. Elsa sonríe y, casi sin pensarlo, le deja un beso sobre la cabeza.

"Las noches que quieras."

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